¿Hay purgatorio para los abusadores de menores?
Por Juan Manuel Berlanga
La máxima autoridad de la Iglesia Católica Argentina, Monseñor José María Arancedo, rendirá honores especiales a quien fuera un fiel servidor de la jerarquía eclesiástica, el ex arzobispo de Santa Fe, Edgardo Gabriel Storni.
“Quien esté libre de pecado que arroje la primer piedra”. Storni podrá haber abusado de menores que pretendían ser sacerdotes, pero quién no ha tenido una flaqueza en su vida. El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina dará una misa especial en la catedral santafesina en su nombre.
Es probable que los trastornos que ocasionó con sus delitos hayan sido irreparables para algunos pibes. Pero un “desliz” lo comete cualquiera. Edgardo Gabriel ya había sido encubierto hasta por Juan Pablo II, cuando tuvo en sus manos las denuncias de aquellos adolescentes. ¿Cómo, entonces, no celebrar una misa en su nombre? Y ya que decidieron hacerla, se organizó en la catedral declarada patrimonio histórico de la provincia y de la cual Arancedo es custodio.
Lo verdaderamente importante, es que Storni cumplió con su misión. No permitió ninguna de esas menchadas de andar poniéndole onda a las canciones en las misas, alejó a esos curitas que se hacían los modernos y sobre todo a los zurdos tercermundistas. Hacerse frotar óleo, desnudo, por un pibito, ponele que estuvo mal. Ok. Pero siempre defendió a la familia y condenó la homosexualidad.
La Iglesia católica argentina despide con honores a quien fuera su fiel servidor, Monseñor Edgardo Gabriel Storni. Si Dios existe y si además de existir, es juez, lo juzgará. Los católicos que creen que las dos cosas son ciertas, no pueden digerir la realidad. Los que no tenemos fe, tampoco.
Vivimos tiempos nuevos y las actitudes del viejo mundo, se ven tan feas. Tan burdas. Tan asquerosas. Tan evidentes. Tan Mirtha Legrand. Tan Mariano Grondona. Tan Storni haciéndose besar el anillo por alcahuetes que se ponían de rodillas ante su presencia.
¿Quiénes van a ir a la misa en honor a un ex pedófilo poderoso? Hasta los propios familiares del abusador tuvieron la inteligencia de velar su cuerpo y enterrarlo en Córdoba. Allí, en donde la misma Iglesia que comanda Arancedo le había comprado una casa. Allí, donde cobrara una jubilación especial pagada por el Estado Nacional. Laico.
Arancedo es Arancedo porque sabe cumplir muy bien su tarea. “Todos tenemos derecho a que oren por nosotros”, dirá ante las cámaras. “Su condena no estaba firme”, ¿se animará a tanto?
Lo verdaderamente importante será el mensaje construido, especialmente, para todos los sacerdotes argentinos. El “modelo” Storni es el que va. Es el que sigue estando de moda. La Iglesia “prudente” de Videla. La “ortodoxa”. La que condena la homosexualidad y encubre a los pedófilos. La que clama por no al aborto, no a los forros, no al sexo fuera del matrimonio, no a la masturbación, no al divorcio, no a rehacer una vida, no a todo.
Arancedo (ergo, el poder de la Iglesia Católica Argentina) va a cometer una provocación al presente. Una bofetada al hoy. Pero esto no le preocupa. Porque la Iglesia (la de los Obispos, Cardenales, Primados, Purpurados), no está cómoda con el presente. Honores para Storni entonces. Es el mensaje para los religiosos vivos. Para el “adentro” de la Iglesia. Para los demás Obispos, para los curas, para los curitas y para quienes quieren serlo. Para los fieles, inexplicable.
Debe ser muy tranquilizador tener fe en Dios, creer en un paraíso para vivir una vida eterna. Y en el purgatorio para encarrilarse por pequeñas macanas terrenales. Pero debe ser complicado entender, entonces, cómo es que el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, le dedica una misa especial a uno que se fue directamente al infierno. ¿O para los abusadores de menores hay purgatorio?
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