lunes, marzo 26, 2012

Debatir

Del blog Los Operarios del Plan:



¿Perón nos cagó? historias y debates del peronismo

21MAR

Sin lugar a dudas el peronismo fue el hecho que cambió la historia del siglo XX en nuestro país y su primer conductor en su quehacer pragmático, siempre con vistas la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación, ha sido tratado de comprender por propios y ajenos. Hace tiempo que venimos diciendo que sin que terminen los juicios a los genocidas es muy difícil discutir la historia de los años 60-70. Aún más cuando quienes la discuten fueron parte de esa época y eso, al contrario de lo que muchas veces se convierte en un argumento al “haberla vivido” deja un sabor a poco, porque según entendemos nosotros no se toma una distancia necesaria (que no implicaría una mirada objetiva porque no creemos en eso, pero si que la mirada no estuviera atravesada por un dolor, que nunca acabará, y que matiza muchas veces las posiciones que se tienen).

Este preludio para tratar el tema del que dio que hablar el video que encabeza el texto. Lucas Carrasco, (autor del excelente blog www.lucascarrasco.blogspot.com recomendado desde aquí por su profunda mirada federal de los acontecimientos del pasado y del presente) le dice a uno de los emblemas de la generación diezmada, de la cual se consideraba parte Nestor Kirchner y Cristina Kirchner, que Perón mandó a masacrar a la juventud peronista de la que el Canca Gullo participaba. Decir eso en un programa de tv peronista es bastante osado, pero Carrasco tiene un rol muchas veces de provocador y no tiene problema en marcar los puntos ciegos del peronismo. Más allá de si Carrasco seguirá teniendo aire o si otra vez lo corren por su falta de filtro, está diciendo algo que Josè Pablo Feinmann viene diciendo hace rato, pero seguramente nunca se lo dijo a un emblema de esa juventud. Están hablando de un desencuentro histórico que determinó la pérdida de una posibilidad histórica que se había construido durante 18 años y se esfumó en 5 minutos. Y eso muchas veces no se puede aceptar sencillamente. Esa idea se llama Perón nos cagó y vamos a tratar de ver si puede ser cierta o no.

La idea base es que Perón no podía desconocer la existencia de un brazo paraestatal, como fueron las tres A, por lo cual eso lo convierte en cómplice de las muertes que ocurrieron cotidianamente por la mitad de los años 70. Las que ocurrieron en su gobierno y las que vinieron después. Creemos que el trasfondo de esta mirada, siempre que se hace desde lugares de militancia nacional y popular (los otros no nos interesan) tiene que ver con tratar de entender porque cuando se creía tener todo en el año 73, se lo perdió tan rápida y drásticamente. El movimiento nacional y popular argentino había logrado batir a la dictadura y traer a Perón después de 18 años, pero no se había puesto de acuerdo en que hacer después de eso. Por eso Perón jugaba su carta de aglutinador de todos y estos todos debían entregarle su confianza en el rumbo que eligiera. Porque quien se creía que estaba en condiciones de decir para donde había que ir era el líder. Los demás podían opinar, pero el peronismo, como organización, era y es vertical.

Entonces Perón eligió un rumbo determinado que algunos de los que formaban parte de la izquierda armada del movimiento no compartió y creyeron poder revertir enfrentándose al líder. Dejando de observar, para nosotros, que si se peleaban con Perón en vida, su estadía en el peronismo no tenía razón de ser porque era este quien encarnaba cualquier posibilidad de cambio transformador y virtualmente organizado que pudiera ocurrir. Era el aglutinador de tantas energías que se habían puesto para realizar su vuelta al país. O querían que volviera para ponerlo en un museo?

 El intento de transformar a Héctor Cámpora en la puerta de entrada para la disputa por la dirección del rumbo del país fue la jugada que intentaron desarrollar en la estrategia de enfrentamiento con Perón, cosa que Cámpora entendió y eligió, siendo presidente de la Nación, dar un paso al costado para que Perón efectivamente tomara el control del Estado. Ante esta situación y cuando se visualizaba que Perón sería quien definiría en última instancia para que lado se rumbeaba, la organización político militar Montoneros decidió cuestionar la legitimidad de la decisión de crear nuevamente un pacto social que tendría al movimiento obrero organizado en la CGT como principal interlocutor dentro del movimiento peronista. Perón pese a repartir los cargos de forma equitativa, por su mirada del mundo priorizó al sector sindical que ante la situación internacional de crisis del petróleo y la reconfiguración que se estaba desarrollando con el acecho del Plan Cóndor en América Latina se podía entender que necesitaba de esa unidad con el sector del capital para garantizar la paz social. Pero los Montoneros, o su cúpula, o el sector social que encarnaban, no aceptó el lugar secundario al que los querían destinar (una posible tarea de promoción del bienestar social) y de esa manera redobló la apuesta eligiendo confrontar. Esto se vio el 1º de mayo de 1974 cuando se retiraron de la plaza de mayo en medio de un discurso duro de Perón que defendió a los dirigentes sindicales de la CGT, quienes eran acusados de burócratas por el otro sector del peronismo. Es decir que para Perón el rol que debían cumplir los jóvenes, por considerar que para ellos era muy temprano y para él ya muy tarde, era el de inserción desde un lugar que en su momento le había adjudicado a Evita. Por diferentes motivos no aceptaron y Perón entendió eso como una afrenta a su liderazgo, cuestión que combatió endureciendo las leyes para garantizar el monopolio de la fuerza por parte del Estado (recordar que Montoneros no había abandonado los fusiles). Esa fue su respuesta conocida, dar poder a la policía para que enfrenten a quienes en un gobierno democrático se ubicaban fuera de la ley. Claroque la policía no era una entidad sin intereses y ese poder que obtuvo lo utilizó para armar una fuerza de choque paraestatal que comenzó a masacrar al sector ligado la juventud política y peronista. La muerte en la Argentina, como dice Abel Fernandez en http://abelfer.wordpress.com/2012/03/18/dante-gullo-lucas-carrasco-y-nuestro-pasado/ lamentablemente era moneda corriente y arrojarse cadáveres era una práctica que se había vuelto habitual. Con el asesinato del jefe de la CGT, José I Rucci, montoneros eligió ponerse fuera de la política y discutir en otros términos el poder.

Nosotros entendemos que Perón quiso que los jóvenes se alinearan, algunos lo hicieron como los que crearon la orientación de la lealtad, pero quienes siguieron aferrándose a su objetivo por encima del líder fueron rechazados por la ley aplicada por un sector de las fuerzas de seguridad que no había tenido una necesaria reconversión hacia un espíritu democrático. Y aunque sus ideas fueran mejores, y esto lo pensamos también de por ejemplo Mariano Moreno, debían lograr un consenso determinado para garantizar la posibilidad de conducir el país. Si algo hay de cierto es que no lo lograron. De ahí a aseverar que Perón mandó a matar a la juventud hay un largo trecho. Hasta el día de la fecha podemos reconocer las decisiones que tomó y como se desarrollaron los acontecimientos. Y en ese terreno no podemos decir eso, porque Perón se murió y el gobierno fue parala Triple Ade López Rega y los sindicatos en alianza hasta 1975 cuando son estos los que saliendo a la calle terminan echando a López Rega. Perón había elegido a Isabel de vicepresidenta porque garantizaba neutralidad entre los sectores que se disputaban hacia adentro la dirección del movimiento peronista. Tenemos que creer que Perón no sabía cuando se iba a morir, y que por ende ver esto como un error es hacer historia contrafáctica. Si empoderó a López Rega, pero mientras vivió lo controló. Desde nuestro modo de ver Perón no pensó en una forma de resolución del conflicto interno del peronismo si él se moría. Pensó en una si él vivía. ¿Le podemos demandar eso? Esto tendrá que quedar para adelante en una cuestión que quedó trunca dentro de la trayectoria del líder y el pueblo. Lo que vino después con la dictadura genocida es el proyecto opuesto a Perón, pero algunos peronistas en un  momento no lo entendieron. Hoy estamos demostrando, junto a Néstor y Cristina, de que lado se pone el peronismo en la historia.

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4 comentarios:

  1. Está bien, puede ser exagerada la expresión "Perón mandó a matar a la juventud". Por otro lado, apelar a las mismas organizaciones militares y policiales para controlar a los sectores armados sí lo tenía en conocimiento y sí tenía claro cuáles podían ser las consecuencias.
    Si fuéramos benévolos, podríamos decir quizá que juzgó Perón que en cierto tiempo encauzaría a los sectores convenciéndolos de que alzarse en armas en democracia no sólo no era el camino del momento, sino que directamente no es el camino. En ese sentido la respuesta de la plaza funciona como anécdota pero no como quiebre definitivo.

    A mi manera de ver, bastante kantiana: "pensád lo que queráis pero obedeced". Claro que Perón no fue Federico II... En definitiva, no es tanto la verticalidad como la visión estratégica de conjunto que quien lidera debe tener. Y, obvio, se mide por la positiva: si sale bien, tenía razón, si sale mal, se equivocó. Pero eso funciona de los dos lados, ya que a Montoneros no le fue bien ni temprano ni tarde.

    Ladislao Fokas

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  2. Muy miedosa la teoría sobre Perón. Emponderó pero controló a Lopez Rega ascendiéndolo 15 cargos en un día? Nombró al asesino Villar como jefe de la policía, sin poder desconocer que el tipo era un fascista de primera! Perón, que llamaba a combatir la subversion por dentro y fuera de la ley, era un hombre que quería "la unidad nacional", dijo el genocida Videla. El General pensaba que subía al balcón, pegaba dos gritos y los Montoneros que él alentó se iban todos a su casa. Y no jodamos, era íntimo de Lopez Rega, el Brujo le daba masajes de próstata, vivía con él. Pretender separarlo de Perón es tomarnos a todos de boludos.

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  3. Si partimos de la idea de que "Perón nos cagó", estamos reviviendo una vanidad que la historia debería haber archivado para siempre. De esa idea deriva la de que hubo peronistas buenos (la tendencia) y malos (los otros). Esperluznante simplificación-. Saludos

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