domingo, abril 08, 2012

Ciccone y Cirigliano: un cambio de etapa


Podría decirse, para unirse la lógica que atraviesa la coyuntura, que si Boudou hacía su megadenuncia a cielo cerrado otro día, que no fuera feriado, quizás hubiera habido menos víctimas. Cínico, el comentario. Un poco de humor negro. Para aliviar la trama. Con perfectos buenos y perfectos malos que ahora agrega, en la megadenuncia, grises: ¿El ex ministro de Cámpera y actual altísimo funcionario de este gobierno, es malo o es bueno? ¿Eduardo Anguita ahora es malo o es bueno? ¿El juez Rafecas, el de los fecas con periodistas del palo, el fiscal Frívolo, al final cómo quedaron en la película? ¿Scioli es malo o es bueno? ¿Página 12, que también cubrió el allanamiento al departamento de Boudou alquilado a otro, es malo o es bueno? ¿El presidente de la corrupta Bolsa de Comercio, tan elogiado hasta ayer, es malo o es bueno?
El vicepresidente puso grises en lo que los posestructuralistas trasnochados llaman despectivamente "el relato". Y al poner grises, matices, sutilidades, sí que con un lenguaje patético de novelísimos cachafaces, esbirros y mafiosos; puso también un mojón sobre la nueva etapa: la del fin de Blancanieves, el comienzo de los matices.
La cosa se complejizó.
Es natural.
Van 9 años de gobierno, y aún así, la economía resiste y crece, el Ejecutivo no pierde sus reflejos progresistas, Cristina lidera el peronismo, la oposición política se autopulveriza, la oposición orgánica se debilita y desconcierta, la cosa, en conjunto, funciona más que bien.  Ésto, corazones, es lo sólido. La parte dura del relato.
Lo que cambió fueron las tácticas con que abordar la coyuntura. Quizás ni cuenta se haya dado Boudou, pero su megadenuncia a cielo cerrado TUVO que incluir a otros actores de la dramaturgia para tornarse creíble. Con Magnetto, no alcanzaba. Por variadas razones.
Es la etapa de los colores y los matices, acuarelas. Una etapa más difícil, más sutil, más problemática. Sintonía fina. Pero si se pierde de vista lo esencial, lo sólido, la sinfonía gruesa, entonces se corre el riesgo de seguir pintando consignas allá arriba mientras alguien te saca la escalera.
Todo empezó con Cigrigliano chocándose la realidad.
Boudou logró que los archipiélagos del FAP -Frente Anti Peronista- se unifiquen en contra suyo, ha quedado anulada la interna entre Bonfatti y Binner, o dicho de otro modo: ahora Bonfatti no podrá seguir llevándose bien con el kirchnerismo. Lo que, a la vez, debilita al kirchnerismo santafesino. Boudou logró que el PRO se unifique detrás suyo, o dicho de otra manera, a Pinedo y los sectores dialoguistas los acorraló internamente. Boudou logró que el kirchnerismo se desunifique detrás suyo. El saldo parecería negativo, Todo Negativo. Pero, no, no es así. Boudou logró hacer entender la nueva etapa política para muchos que aún dudaban de la sintonía fina: es necesaria, es importante, enriquecedora, y a mediano plazo, unificadora. Siempre y cuando no se pierda de vista lo esencial, que es la sinfonía gruesa. Y el kirchnerismo podrá ponerse, aveces, en materia de declaraciones públicas, un cucurucho en la frente, pero nunca pierde de vista que mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar. Y ha realizado. Y sigue realizando.


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