domingo, mayo 06, 2012

El pesimismo de la inteligencia avisó, pasó parte de enfermo. No viene.

 El devenir de virus y antivirus informáticos (sólo regulado por las leyes de mercado) demuestra la crisis cultural del ideario socialista. Del cual, quedan, apenas, cenizas. Dicho desde Sudamérica, donde reina el optimismo de la voluntad y el entusiasmo de la inteligencia, suena raro. Apocalíptico, no integrado. Dicho desde un blog. Con tendencia kirchnerista. En las periferias, artesanales, de la literatura política.
El Estado-Nación ha claudicado primero y renunciado después al siglo XXI en tanto renuncia al petróleo de la circulación de datos: a la informática. Reina el libremercado, muere el pensamiento crítico, sólo la derecha policial, desde su pensamiento estratégico militar, tienen, desde la política, respuestas a estos interrogantes. Tenemos un conjunto de cabezashuecas cobrando salarios como militares. Son un chiste. Sirven, con eficacia, para asesinar monjitas. Si es que están encadenadas. Habría que decretar la disolución del ejército, declarándolos infames estúpidos. Incapaces de hacer bien un mapa. Hablarles de soberanía es perder el tiempo.
Y además no les estoy hablando, estoy escribiendo. Mal de males. Leer.
Lo que, desde Buenos Aires, ahora tipeo en una máquina hecha en Estados Unidos y ensamblada por los sudacas al mando de un lumperburguesariado, quizás Cirigliano. Con fotito de agencia: oh, entramos al primer mundo. Bueno, un poco sí. El 1 de mayo yo estaba en Buenos Aires: sólo trabajaban los inmigrantes extranjeros, eso es estar en el primer mundo, trabajaban los Chinos, los Peruanos, Los Tucumanos, los Paraguayos, Los Bolivianos y los del Conurbano. La mitad de los trabajadores está en negro, el desempleo en sus más bajos registros históricos, pero jamas, ni cuando llegó al 25%, dejó de ser feriado el 1 de mayo. Una conquista. De la enorme hipocresía. De esas alucinaciones colectivas que a los argentinos nos encantan.
Los virus son los delitos que se cometen desde el individualismo. No hay respuesta estatal a eso. Ni siquiera, pero lejísimos, se pueden politizar estos temas. No hay antivirus estatales. La burocracia que en nuestro país llamamos ciencia, ese elefante astuto -si es que enfrente hay un viejo idiota como el rey Juan Carlos- que saquea, prestigiosamente, las cuentas públicas, jamás pensaría en algo tan delirante como producir ciencia que mejore la vida en comunidad. Esos son sueños pelotudos, para poner en el paper. Las universidades privatizadas, como las de la ciudad de Buenos Aires y sobre todo las de la provincia de Buenos Aires, gestión progresista, no tiene nada que ver Scioli (qué lástima!) están con el viejo libreto del siglo antepasado, y de paso, también, asaltar el presupuesto público. Son incapaces de formular un pensamiento crítico. De hecho, reaccionan como viejas en matiné. Llorando. Si uno les muestra la poquedad de sus cosas, las miserias que los atraviesan, la distancia entre, je, el relato y la realidad. El relato que la universidad privatizada postula sobre sí misma es uno de los grandes logros de la literatura negra, una gran producción intelectual, autojustificativa, torpe, pero eficaz. En este país se privatizó para los grandes capitales todo, menos la universidad. Que se privatizó para los intereses comerciales de su propia burocracia. Esa que se vive quejando.
En el mundo informático reina el mercado (el hermano bobo del ejército, el mercado), la furia y crueldad del mercado neoliberal en su estado más puro. La notable incapacidad para siquiera plantearse estos problemas desde el campo popular no es notoria, ni eso. Es nada.
La historia de las comunicaciones tiene esta ucronía: nace de lo militar, deriva en el mercado, el capitalismo tardío recurre a sus crisis cíclicas para devenir en monopolios, y todo termina en un asunto de soberanía, ahí viene la respuesta militar. Internet va derecho a esa cárcel.
Una pena.

2 comentarios:

  1. Hola
    Hace rato que no te leía pero en este articulo es impactante solo este párrafo merece todo un ejercicio al pensamiento:

    "El Estado-Nación ha claudicado primero y renunciado después al siglo XXI en tanto renuncia al petróleo de la circulación de datos: a la informática. Reina el libremercado, muere el pensamiento crítico, sólo la derecha policial, desde su pensamiento estratégico militar, tienen, desde la política, respuestas a estos interrogantes."

    GRACIAS

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  2. Una pena? Internet era la última bifurcación.

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