domingo, mayo 06, 2012

YPF, porqué ahora


La pregunta es estúpida. Pero sirve para entender el kirchnerismo y el momento político con mayor profundidad, bajo condición de no mentirse, como los chicos en jardín de infantes, encima. Salvando un par de discursos -el de Rossi, más que nada- el Congreso fue un ámbito completamente delirante, alucinante, que revela la falta de formación política de nuestra dirigencia promedio y la capacidad para crearse microclimas.
El juego de hipócritas que se acusaban de no haber hecho antes lo que ahora todos iban a hacer o se acusaban de privatizar lo que todos habían privatizado, mamita. Qué manga de pajeros. Sinceremos el debate: se estatiza  ahora porque la tesis de recrear una burguesía nacional que vuelva a ocupar el lugar anterior a su reemplazo por la hegemonía de los capitales multinacionales; ésa tesis, hace agua por todos lados. Esa tesis, sin ningún misterio, es la del kirchnerismo. Que, no es solamente eso (sino yo estaría en la vereda de enfrente) pero es también eso. Y lo que explica la tragedia, aún impune, de Once. Y el lumperburguesariado que desfila alrededor de la privatización de la impresión de billetes. Y así. Con un problema, y es la aplicación del clima cultural -lo otro tendrá que esperar- generado por la ley de medios. Y el lumperburguesariado, la Patria Contratista, la que, sin saberlo, necesita de YPF (oh, notable descubrimiento: el gobierno no estaría encaminándose a una revolución socialista!) y del estado bobo, ochentoso, que en algunas esferas del estado -los ferrocarriles, o todo el transporte, todo- goza de muy buena salud ese estado muerto, ochentoso, qué tal, bienvenidos al desengaño.
No estaba escrito en el cielo del curso inexorable del kirchnerismo que iban a estatizar YPF. Se entiende -pero conmigo no cuenten- que chamuyen como que sí. Esto es política, no es para tanto.
Probablemente, no, más que probablemente, en la ideología de algunos funcionarios del gobierno, como mis amigos de La Cámpora, o Máximo y el Cuervo y los principales dirigentes, sí, me consta (bah, de Máximo no sé, no lo conozco, pero si él armó eso, que incluye judíos marxistas como yo y petisos engreídos como también yo, hay claves ideológicas ahí) sí está en el horizonte la recuperación de esos instrumentos estratégicos. Pero el punto es otro: el kirchnerismo es cualquier cosa menos boludo. Sabe reaccionar. Lo de Ezquenazi fue un fiasco. Actuó, con los huevos y la audacia que sabe poner a prueba en sus momentos más altos, como tenía que actuar. Ahora, la presidenta tampoco elige los tiempos de acuerdo a su criterio como único criterio. Y esto no la excusa. A ver, yo he planteado críticas, horizontes, y me mandaron a la mierda -no la presidenta, no la conozco, pero sí ministros- y cuando Cristina las lleva adelante, son una maravilla. Está bien. Es la política. No es para tanto. Pero está claro que tampoco es la coherencia en persona, porque, como escuché por ahí, la historia no se construye linealmente, je. Pero tampoco estaba escrito en el cielo que esto podía suceder.
Las condiciones se dieron. La crisis financiera, que es la crisis militar, que llevó la bandera de YPF a realizar genocidios en Irak e invadir Afganistán, de la mano medieval de la corona Española, esa crisis, que es también la crisis del dólar y por tanto del Euro, creó las condiciones de debilidad del bloque en tanto bloque europeo y de España en particular. No pueden ni cazar un elefante. Los atentados de Atocha les abrieron los ojos de qué costaba matar a los otros. Matar musulmanes. Sentarse a mirar la tele, con la energía que le robaron a los asesinados, es una cosa. Que la bomba explote cerca, es otra. Pero en Europa este nivel de comprensión de sus crímenes, no se consigue. Todavía. La crisis aún se despliega y es esa crisis la que posibilitó y posibilita que EEUU no mire para acá, que China sea un jugador mundial, que los comoditties estén por las nubes, que nuestra balanza comercial sea resplandeciente, que necesitemos el petróleo para vender la soja. Esquemas. Marcos de comprensión. Condiciones de posibilidad. Un 54% y la derrota, histórica, de las visiones liberales. Y la autocrítica de la conducción de Clarín. Los liberales no votaron YPF por ninguna convicción, en su mayoría -como tampoco lo hicieron los peronistas sin beneficio de inventario, los mismos que profundizaron la privatización que comenzó con Terragno y Alfonsín, pero que con el peronismo de Menem llegó al colmo- Está bien, son astutos, juegan su juego. Los felicito. Pero basta de chamuyar con eso de que porqué no se hizo antes.
Que YPF es parte del acervo cultural de las grandes formaciones políticas...sí. Y no. A ver, no es la YPF que nos cuentan la que se privatizó. Y no se privatizó como nos cuentan. Y en "el mundo" las cosas no funcionan como dijeron en el Congreso, un ámbito que en determinado momento parecía compuesto por subnormales. Mamita.
Néstor Kirchner, en el libro que citó la presidente, defiende un esquema parecido al de Petrobras. Ahora, agárrense fuerte al sillón. Menem, también. Hasta, como dice Néstor Kirchner, el año 99. Cuando venden la acción de oro. Ah, una cosa, es el mismo esquema ideológico planteado en la ley que se acaba de votar. Pero profundiza el rol del estado, que minga, diría De Angelli, somos todos. Naaaa, no me jodan. El estado es menos neutral que Gustavo Silvestre, el bloguero K. Ahora, hay un estado en disputa. Dónde la oligarquía y el puerto siguen teniendo el petróleo subsidiado. Y no por el idiota del rey Juan Carlos. Ni siquiera por el delincuente de Ezquenazi. No, es el gobierno nacional. Y no lo hace por ninguna perversidad, no, putitos, lo hace por necesidad. Por equilibrio. Por análisis de coyuntura, política, por relaciones de fuerza. Por manejo de los tiempos. Pero vaya que está claro que éste no es el gobierno de la oligarquía. Éste es el gobierno que hace, por necesidad, algunas cosas que considera que están mal. Como subsidiar el consumo en el puerto y la producción de la oligarquía en la pampa húmeda.
Pero, el capital, como relación social, no está amenazado. No lo estaba ni en el proyecto que le tocó liderar a Cámpora. Pero era un capital subordinado al estado, a la mezcla de intereses que representaba, entonces, y hoy, el estado. Eso sí está inscripto en el cielo del porvenir de algunos integrantes, hoy influyentes, del kirchnerismo, como los de La Cámpera. Y hoy son más influyentes, justamente, por que se avanza en esa dirección. Quizás, en algunos, no por convicción, sino por realismo. Néstor Kirchner, cuando estatizó el correo, dijo, o él o alguien del gobierno, que no se descartaba sanearlo y volver a privatizarlo. Puede que se haya emitido ese mensaje por la debilidad del gobierno entonces, año 2003, cuando Kirchner no tenía ni diputados propios (las elecciones presidenciales, que perdió, aunque logró, por pelitos, estar encima de López Murphi y pasar él al balotage con Menem que nunca se hizo, no eligieron a la vez legisladores....menos mal: sino serían los mismos pero con el mandato de ser neoliberales. Con esas condiciones políticas, Kirchner no, es cierto, no estatizó YPF en ese momento. Menos mal, porque sino hubiera durado menos días que Cámpora)  o puede que creyeran, de verdad, en eso. Pero la realidad les cambió. Como a las mayorías sociales, mis amores, las que apoyaron las privatizaciones. Ahora que el único menemista que queda sobre la tierra soy yo (me declaré menemista porque alguien tiene que ser parte de ese pasado, hoy en peligro de extinción, que goza de un presente muy saludable) debería quedar claro que nuestra Corte Suprema jamás hubiera permitido ni el 3% de lo que hizo el kirchnerismo. Asunto por el cuál Néstor Kirchner los echó a las patadas. Uno por uno. En un trámite largo, trabado, complejo.Para después sacarse de encima al duhaldismo, y así.
YPF fue siempre el entramado estatal por el cuál la entonces naciente lumpenburguesía -hoy, empresarios que salen con la pendeja que alquilaron, en las fotos de editorial Perfil- afanó contratos y mordió al estado para crecer. YPF privatizada fue, y en buena medida sigue siendo, el canal de comunicación de la clase empresarial argentina, y de la clase política. Estatizar YPF requería de condiciones políticas extraordinarias. Por ejemplo, que la Corte Suprema no sea tan corrupta como era con De La Rúa y Chacho Alvarez (¿Porqué solamente los menemistas tenemos que cargar con eso? ¿Por ser más eficaces?). Por ejemplo, el clima cultural contra Clarín, contra Techint, por ejemplo, la Anses recuperada. Y así. La consolidación de la gobernanza sudamericana. La crisis internacional.
La semana que viene -cuando baje la espuma revolucionaria que embebió a una clase dirigente opaca, mediocre, bien bananera para mentirse encima- quizás estas cosas vuelvan a debatirse. Pero en serio. Sin discusiones maritales, donde nadie se escucha y todos saben que se mienten. La semana que viene, cuando haya que seguir gobernando (o "gestionar", como dice la derecha y buena parte de la izquierda colonizada) y entre otras cosas, se empiece a gobernar la economía, porque ahora, YPF es nacional.
Los quiero a todos. Putos.
Pero porqué, ahora, simple: porque van tres mandatos de un gobierno popular sin que estalle la hiperinflación ni haya intentos de golpe de estado. Ni más ni menos que por eso. No es poca cosa. Es la primera vez que sucede en los 200 años de historia que se cumplen este año. Aniversario de la delcaración de independencia, que hizo ese gran patriota argentino, Artigas.

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