lunes, mayo 14, 2012

Este es el show





Por la pasión actoral de María Laura Santillán y su compañero de ruta (no me acuerdo el nombre) en el noticiero de Canal 13; el clima, digamos, artístico, sin repercusión jurídica que creó la ley de medios dejó a ese mismo informativo como un boletín de circulación interna, con nula relevancia política. Los noticieros en la televisión, a partir de la irrupción del cable, se han, además, debilitado como organizadores comerciales de la agenda pública. No cuentan. Como contaban antes, por lo menos. Deben analizarse desde la dramaturgia. Son, así, más divertidos. Aún, el profesionalizado noticiero del 7, que tiene el mandato -público- de la densidad conceptual. Pero, dado que todos se han formado en las universidades públicas (ésto es kirchnerismo) no escapan a la tendencia, teatrera, a sobreactuar. De todos modos, el noticiero del 13 siempre fue el mejor actuado. Claro que sobreactuado. Fuera de eso, por primera vez el Grupo Clarín decidió testear al aire el show de la falta de libertad de expresión. No sé si finalmente tuvo raiting. Que, además de las sospechas que sobrevuelan el único índice estadístico que está prohibido discutir en el país, tiene el áurea de la soberana estupidez comunicacional de sobredimensionar el alcance de la influencia. Sobreinterpretación de la matemática, muy común en las ciencias ocultas de la charlatanería. Toda ciencia debe prestigiarse con porcentajes, con la extorsión intelectual de la estadística. En eso, el kirchnerismo, al que se le discute, por supuesto, todos los índices menos que no tiene rating, no ha sido novedoso. Más teniendo en cuenta que la industria aumento un. Y el desempleo bajó tanto. Dividido cuatro, a la raíz cúbica del coseno. Todo muy aburrido. Pero legitimador. Nuestra vieja tradición de decir huevadas sociológicas se viste de etiqueta cuando tiene sus correspondientes operaciones aritméticas avanzadas (de cuarto grado).  La influencia está en otra parte. Los porcentajes, también, pertenecen al género, filosóficamente redituable, de las alegorías. Pero de las alegorías alienadas. Como si fueran la idea de la idea. Nuestro dios. 
Lanata le pone precisión, para que parezca que se bandea pero sin perder el juicio de la historia. Entonces un conjunto de perdedores bien remunerados con la galletita del ego hacen su pregunta. Como si ahí se jugara el mundo. Desde Alfredo Leuco hasta Fernando Bravo. Todo muy berreta. Muy de folletín. Muy, diría Sarlo, muy feo, che. 
Ya no importa banalizar. Caer bajo. Someterse al ridículo. Parecer un imbécil. ¿Qué es lo que importa, cuál búsqueda -¿derecho a qué se reclama?- ya ni hablar de un sujeto social, hay detrás de estos viejos derrotados que tienen, por primera vez en su vida de alcahuetes, la oportunidad de broncearse con Lanata, que ya no será el tipo prestigiado de otrora, pero carga en su haber y en su debe, lo que ellos no, qué se siente, eh? Debe ser un momento fundacional. Una sensación hermosa. Sentirse, por fin, legitimado. Entre las minorías intensas que han luchado en serio por derechos humanos, sociales y políticos que, a pesar de que los viejos derrotados están gordos y cansados, les quedan, todavía, muy grandes. Debe sentirse uno así. Muy conmovedor. Lástima la fugacidad. Ya no se trata de ética, de guita, de temas de abogados, de jugar, ya no se trata de nada. Es la fugacidad. Nadie te cree. Es todo muy imbécil. Es muy, perdón, pero es muy chanta. 
Conmovedoramente chanta, la cara, de oportunidad, de Fernado Bravo. Tan naif. Tan, perdón de nuevo, tan poca cosa. 
Los que conocen, cara a cara, a los que ya tienen, según ellos, las respuestas, de pronto, cambian el lugar de enunciación y, entonces, este año, no pueden preguntar. Bah, preguntaron. Con el peso de la historia saliendo por la boca de Fernando Bravo. Qué momento. Conmovedor. Debe ser un poco triste ir a disimular el lugar de enunciación. Que te pongan en el fondo, donde en puntitas de pie, tratás de salir en un plano torcido. A siete cabezas de luchadores sociales atrás de Fernando Bravo. Muy conmovedor. Sinceramente. Después te buscás en google, la sensación de llegar a Seprin, o a Perfil, que es el Seprin con derechos humanos; o a Tribuna de Periodistas, el Seprin con secundaria completa. Qué hermoso llegar a casa, besar la esposa y llamar a la vieja: mamá, lo logré. Estoy en Seprin. 
Y desde el geriátrico la señora muy mayor para acordarse le suplica que tenga cuidado. Ahora que se ha peleado con el presidente Videla. 
Todo muy conmovedor. 
Muy trucho. 
Perfectamente imbécil. 



5 comentarios:

  1. es raro que siempre en todos los segmentos se halla retwitteado la misma cantidad de veces

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  2. Qué gentuza más patética! Ser parte de un coro dirigido por Lanata.. tocaron fondo!

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  3. Qué gentuza más patética! Ser parte de un coro dirigido por Lanata.. tocaron fondo!

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  4. http://conferenciadeprensa.tumblr.com/
    no te anotaste?

    lo sabía! ni siquiera es original:

    http://www.youtube.com/watch?v=bJOjn6JkVK8&feature=related

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  5. @Martin: el numero de retuiteos se refiere a la url del blog, no a cada post.

    En todos los post se refiere a la misma búsqueda por lo que es lógico que en todos los post el ícono de tuiter tenga el mismo numero.

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