miércoles, mayo 16, 2012

Scioli, nuestro héroe al frente de La Pimpinela






-¿Cómo está el gobierno en Argentina?
-Bien, ya se discute la sucesión.

Esa fue una charla, por chat, con un periodista español. Mi respuesta, que parecía jocosa, no lo era. En argentina, cuando se discute la sucesión de un presidente (su continuidad, sus laderos, las posibilidades abiertas) es porque el gobierno anda bien. El larguísimo plazo es pensar cómo seguimos tras la próxima rutina institucional. La que hoy, increíblemente, nadie discute en otra clave que no sea la electoral. Hoy. Tampoco se lo hacía el 9 de marzo del 2008 o en marzo de 2000, qué se yo.
La sucesión de Cristina se reduce, además, a tres candidatos: Cristina misma (hoy, Boudou, que era el candidato por carecer de reelección, no asoma a nada), Scioli o Macri. Y después, el pelotón, que tampóco es desdeñable. El peronismo tiene unos diez candidatos a presidente, con capacidad, de ser ungidos por Cristina, de ganar. Macri no tiene ningún armado y Scioli todavía no despega.
Quedan afuera la mayoría de los radicales, que eventualmente, en su sector minoritario, el radicalismo progresista (o sea, portuario) podría ir detrás de Macri O Cristina, como ya sucedió, hace 6 meses, yendo detrás de Macri Y Cristina. El radicalismo popular, en cambio, es más tradicionalista, y su cultura representa un pedazo grande del electorado que, como también ya ha sucedido otras veces, podría quedar huérfano y, por ejemplo, servir de caldo de cultivo para el crecimiento de Scioli, si optase por una candidatura a lo Lavagna en el 2007.
Todas mesas de arena. Falta, mucho. Hay que mirar el desempeño de Bonfatti en Santa Fe y De La Sota en Córdoba para completar el cuadro, porque cualquier de los dos podría sacudir el tablero. Y prestar atención a los gobernadores K sin reelección, como Urribarri, Capitanich y Alperovich.
Así como, a la vez, el devenir de la política municipal portuaria, que de irse Macri a Ecuador y optar Durán Barba por la presidencia argentina, podrían perder la principal sucursal de negocios y eso cambiar todos los planes hacia un programa de Reelección Para Todos (Y todas) que encierre a Scioli.
Pero, por ahora, nuestro ídolo, fundador de La Pimpinela, apuesta a hacer la plancha, a la tesis del "hartazgo" del kirchnerismo, esto es de la política, y al solucionismo de que sin relato la economía funcionaría igual de bien. Puro voluntarismo cuya eficacia electoral no es desdeñable. Habría que ver qué hace el kirchnerismo cultural en un escenario de ese tipo. Seguramente, naufragar en posiciones parlamentarias hasta reagruparse.
Scioli es el presidente del partido justicialista, pero nadie lo toma muy en serio. Puede ser, eventualmente, depositario electoral del antikirchnerismo, pero se dificulta, porque esa dirigencia no lo seguiría y por que necesitaría un marco de mayor polarización y ahí despegarse y entonces...falta mucho, no es negocio. Scioli, al igual que La Pimpinela, no llegaron a donde llegaron ni con Menem ni con Duhalde, sino con Néstor y Cristina, así que tampoco, deben estar tan seguros de pegar un salto al vacío.
Los movimientos sociales, hoy debilitados, pero que fueron la principal cantera de cuadros políticos para el kirchnerismo, con Scioli, ni a la esquina. Aunque la camporización del gobierno los haya replegado en Moyano y Scioli, como al Evita, sufrirían crisis irreversibles de cerrar con cualquier cosa antiK por derecha. Los sectores provenientes de las tradiciones de izquierda, menos. El poder territorial, ése que hay que analizar después y no antes de estos procesos, no es, ni será, un bloque homogéneo. Necesitaría un discurso homogeneizador, que hoy sólo pueden otorgar, por un lado, el kirchnerismo cultural, que rehizo simbólicamente al peronismo, o el dispositivo de medios concentrados. ¿Tienen lugar los que ahí son llamados barones o caudillos feudales? Todo puede ser, pero es difícil que eso no genere rupturas al interior de cada territorio que pongan en riesgo el capital principal de esos barones y caudillos, ja.  El rompecabezas da como resultado el liderazgo, también en esa esfera cerrada que es la clase política, de Cristina. Pero con un freno institucional.
¿La CGT, por llamar de algún modo al conjunto mayoritario de gremios, detrás de Scioli, sin la venia K? La veo difícil, pero si así fuera, sería con muy poco entusiasmo. No por el peronómetro y esas giladas que importan al diario La Nación, no a los peronistas de carne y hueso, sino por hacer este mismo análisis.
Hay otra cosa más. El conglomerado de empresarios, que a grandes rasgos, se puede dividir en
1) La Oligarquía
2) Los subsidiarios de la Oligarquía, a menudo, socios estratégicos, que posan de Industriales.
3) El Lumpenburguesariado.
5) Los Globalizados.

De todos esos grupos, siempre volátiles, quizás los Subsidiarios, el grupo 2, vea en Scioli -por su gobernación bonaerense- a un aliado. La Oligarquía es el staff permanente, y eventualmente, si Scioli aparece enfrentado al kirchnerismo, podría, mmm, sin mucho entusiasmo, apoyar. Es el único grupo con poder territorial, vocación financiera, poder político, del empresariado, la Oligarquía.
Los Globalizados tienen mayor manejo de la información, podrían jugarse, además de por todos los candidatos, por algo más liberal, un radical, en ese espacio simbólico. El Lumpenburguesariado siempre va a ser escondido, restan votos (cuando no matan a los votantes) pero han comprado distintos estudios jurídicos: los medios de comunicación son, para el Lumpenburguesariado, un estudio jurídico especializado en defensas penales y obtención de contratos.

La realidad es fluida, este cuadro no es estable, no agota ninguna instancia ni decide todo, es lo que sucede por arriba, en el Palacio, después está la calle. Otro cantar.
Pero por ahora, es Cristina la que maneja todas las principales variables en el Palacio. Incluida, la voluntad de cada uno de presentarse a la presidencia. Hoy se mostró con Scioli, seguramente para desactivar la interna real que le quieren inflar. Tanto como seguramente Scioli, recordando al con justicia olvidado Felipe Solá, tiró lo de su candidatura presidencial para avisar: si Cristina va a la reelección, yo también, pero de la provincia. Y Macri, el visitante ilustre de Buenos Aires, ya recibirá los consejos de Durán Barba.


4 comentarios:

  1. Buscar nuevos mercados en un país con 60% de pobres y gobernado por un dictador corrupto es re progre.

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  2. Lucas Carrasco es un robot. Sino no se explica que sea tan pelotudo.

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  3. De la Chota no lo levanta ni el Saturno V. Cuando hizo el amague en 2003 (previo a la candidatura de NK), ni con la banda del séptimo de caballería logró exceder el 10% del padrón nacional.

    A dormir sin frazada.

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  4. Che Lucas, porque decis que el Evita está relegado? En PBA el tandem Evita-Kolina está funcionando de maravilla. De hecho hace poco hablé con un puntero de La república de la Matanza de que si siguen así se quedan con todo en dos años, inquirí el porque: tienen los recursos.
    Ah y otro dato de color, Scioli no tiene inserción territorial, si que se lo quiere mucho pero no tiene territorio. Ahí está jodido.

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