Hablemos del campo. La cohorte suprema le dio a Clarín lo que Clarín quería: poder esperar para aplicar la ley (para que se entienda: la cohorte suprema no hace caso al Congreso, no hace caso a la ley, cuando se trata de poderosos en general, pero en el caso Magnetto es distinto: además, le teme) a que no esté Cristina, la presidenta de la Nación. O sea, en el 2015. El plazo del 7 de diciembre es un operativo de prensa de los empresarios K, no para debilitar a Clarín, sino por que tienen sus cuentas pendientes en tribunales, para chuparles las medias a Clarín. Lo que la cohorte suprema dijo es que la cautelar debería vencer el 7 de diciembre y entonces se tiene que dar paso a la discusión que Clarín y la cohorte consideran de fondo: si es constitucional que decida el Congreso y no Héctor Magnetto. La cohorte suprema, a pedido de Magnetto, también deja la posibilidad de que Cristina, que ocupa el cargo menor de Presidenta, haga cumplir la ley cuando cese el plazo que la cohorte le vendió a Magnetto, en cuyo caso, comenzarían las demandas internacionales, que coincidirían con los planteos contra una eventual reforma constitucional: decir que la presidenta es una dictadora, en síntesis. Los alzamientos clasistas van en esa dirección. La cohorte suprema, que hasta ahora se ha mostrado independiente de la ley, otorgó los tiempos que requiere Magnetto para el desarrollo de su plan, pero también juega una fichita a que la cosa fracase. Por eso la preocupación por quedar bien con el empresariado K. Esos que tienen trabajadores en negros, chanchullos por todos lados, pero cuyas causas judiciales nunca prosperan. Tener medios de comunicación es la mejor manera de apretar jueces. Los de la cohorte saben jugar este juego, total los que joden son los trabajadores. Es bastante probable, también, dadas las incursiones fracasadas y haciendo cagadas en la política de Lorenzetti y Zaffaroni que ellos se imaginen en algún cargo si prospera el plan desetabilizador, nunca menos que Presidente. Es, en este cuadro, donde entra en juego el drama pasional de la oligarquía. Pero ese es otro tema, ahí hay que hablar de lo financiero, tan imbricado con lo cultural.
Twittear
Twittear
No hay comentarios.:
Publicar un comentario