domingo, julio 15, 2012

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Ezequiel Meler, siempre inteligente, con una mirada ácida, para debatir:


Apocalipsis now.

15/07/2012
Mientras la minoría intensa se debate entre el vamos por todo y la idea de que eso lo hace alguien más, las cosas cambian rápidamente. Ya se dan cuenta de que no hay tercer mandato de ella, de que este es el último, y algunos empiezan a sospechar que la distribución del ingreso es la que hay, para lo que alcance. Y obvio, nunca alcanza para todos… esperemos que nadie reedite el “siempre hubo pobres”, porque el problema no es que sea cierto, sino que pueden ser más.
Mientras pasa eso, me da ternura el Chino Navarro en los medios dibujando a Moyano como un conservador que no quiere tocar intereses reales. Porque, dice el Chino, hasta ahora todo fue simbólico, confesión exagerada y poco realista que entre otras cosas sirve para decir: efectivamente, ha habido un abuso de lo simbólico, pero también hubo cambios reales, FMI, AFJP, AUH, YPF, UNASUR, etc.
Pero como eso tampoco alcanza y es cierto que la transformación social no ha llegado (¿quién dijo que estaba en los planes?), entonces debe ser que es lo que viene ahora. Porque o avanzás o te caés, y el que se estanca se pudre, y… ¿Y? Poco timing, chicos, lo que viene ahora es buscar mercados como loco, así sea en Uzbequistán, porque no somos competitivos. Y no se siente en los bolsillos, porque es la vieja historia de la economía argentina la que vuelve: el Estado se nos cae encima, literalmente, y en el medio se lleva puesta la actividad económica. Vamos frenando poco a poco, pero la inflación no baja lo esperado, y entonces la devaluación, que ciertamente existe, corre riesgo de trasladar sus efectos.
“Porque del laberinto se sale por arriba”. Sí, claro, pero ¿dónde es arriba? ¿Impuestos a las mayores fortunas? No creo, no. ¿Parar la obra pública? Eso es mucho más probable, ya está pasando. El problema es que es recesivo en recesión, valga la depresión ¿Y las 400 mil viviendas en cuatro años? ¿Y Candela? La pregunta es igual de irrelevante: el gobierno no tiene la plata y con racionalidad busca accionistas para YPF. Mientras tanto, las provincias se endeudan porque el parate de la actividad se traslada a la recaudación, y aunque el porcentaje es el mismo que el año pasado, el número real es más bajo.
En medio de todo eso, me hablan de cifras que uno no sabe de dónde salieron. Del INDEC seguro que no, porque extrañamente está tirando números negativos. ¿Le agarró un ataque de sinceridad a destiempo? ¿Soft landing en la realidad? Puede ser. Cuando lo analizás comparativamente es peor.
El problema de analizar la realidad con gente poco entrenada en política y economía es que siempre van a tender a rescatar el poder de la voluntad. Bueno, todo bien, pero esto lo arregla una buena suma de plata, de magnitud nacionalmente significativa. Un crédito puente sería una opción si, por ejemplo, pasara una de tres cosas: a) hubiese un mercado de capitales con tasas normales, b) ese mercado hipotético no estuviese tratando de salvarse a sí mismo, c) la Argentina fuese parte del circuito de los que pueden recibir préstamos. Cero en tres, el problema sigue siendo ese 25 de inflación que no se asume, pero que empuja la lucha distributiva -y por ende se alimenta a sí mismo-, y empuja la apreciación real por ese medio. La sensación es que el dólar vale cada vez más cuando, en verdad, el problema es que vale menos en comparación con el peso, viejo y querido.
¿Están equivocados los que apuestan al dólar? La historia, antigua y reciente, no lo demuestra. Cada vez que se huele un ajuste, el reflejo natural del hocico es sacar la plata de los bancos y, tras dolarizarla, meterla en el colchón. Pasó en el 75, en el 81, en el 89 y sí, en el 2001. Nada que ver con nada, excepto por la crisis fiscal, la crisis de un gasto que se fue disparando desde, ponele, 2009 -las malas lenguas dicen que 2007, por eso la 125- mucho más allá de lo que podía crecer la recaudación. El comportamiento del ahorrista que recuerda estas “peripecias de la razón” es todo menos irracional: eso es lo que el culturalismo berreta que nos explica que el problema es que somos unos colonizados nunca va a entender. Sacrificarse por la patria es una pelotudez, los utópicos siempre terminan quebrando. Preguntale a Owen.
¿Distribución positiva? No creo. Me conformo con evitar la crisis en espiral, esquivar la quiebra y mantener, más o menos, el trazo grueso de un 20 de pobreza y un 35 de informalidad. ¿Revolución? Largá el vodka, viejo.
En el fondo del vaso, el problema se reduce a esto: cómo tabicar lo logrado. Eso, que sería revolucionario, requiere ya de medidas que van más allá de todo lo hecho hasta ahora. La reforma fiscal, por ejemplo, pero andá a implementar una cuando justamente lo que te falta es recaudación. Las grandes herramientas no están a mano porque nadie tiene seriamente el coraje de irlas a buscar, y porque si todo falla siempre tendremos Mar del Plata.
¿Obra pública? ¿Planes faraónicos de vivienda? Chamuyo, relato que vuela. El problema es y sigue siendo el estado del Estado, que tapa los agujeros de las firmas industriales, sostiene como puede el empleo, mantiene una estructura de subsidios que permite el derrame del consumo de las clases medias y con eso espera también contener la fuga hacia adelante de todas las variables… mientras pueda. Lo malo y lo bueno de la economía es que las cosas se van encadenando, y si tocás los subsidios tenés más plata, pero el consumidor tiene menos, puede gastar menos, y probablemente pida que le ajusten el sueldo.
En el fondo de todo esto, una serie de cambios imperceptibles. Hace seis años decías que teníamos tipo de cambio alto / competitivo, superávit comercial y de cuenta corriente, inflación moderada a baja. La recaudación crecía todos los meses, y no hiciste los deberes: dejaste los subsidios como estaban, la inflación y las paritarias se comieron el tipo de cambio, etc. Seis años después, tenés todos los quilombos y ninguna de las ventajas.
Dejá de hablarte a vos mismo. Las glorias pasadas se recuerdan en la derrota. Ponete a laburar con imaginación, porque si no, nos comen los albatros. Este no es un problema de comunicación: esto es en serio. Tanto hablar del retorno de lo político y lo que retorna, al final, es lo económico.

5 comentarios:

  1. Huir hacia adelante, lo mejor que hace este gobierno, no se por qué siempre se menosprecia esa posibilidad. Una y otra vez han quedado en orsai amigos y enemigos, vamos por la 125 bis :D

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  2. Muchas palabras, pocos números. El problema de discutir economía o ciencia con gente versada en historia o filosofía es que creen que sus impresiones reemplazan a los números duros.
    Me gustó mucho la parte en que dice que no se puede hacer una reforma fiscal porque no hay guita. Y cuándo se hace? Cuándo sobra? Por lo menos me reí un rato.

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  3. ¿Y cuales son los numeros duros? ¿Quien los tiene? No vamos a ser tan ingenuos de creer los que nos tira el propio oficialismo.

    Los numeros duros se ven en la calle.

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  4. Lo de la calle no son numeros duros. Lo de la calle es opinión. Si no los tenemos habrá que hacerlos; hasta entonces sería bueno abstenernos de decir tonterías que pueden beneficiar a unos y joder a otros.

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  5. Huir hacia adelante fue pésimo en muchas ocasiones.

    La política de la carne era mala, la criticaron, huyeron para adelante y se transformó en nefasta. Se perdieron mercados de exportación, 10 millones de cabeza, cayó el consumo y el kilo de carne vale 40 y algo de pesos.

    la política energética era mala. la criticaron. huyeron hacia adelante, la profundizaron y la terminaron de joder. Hoy no hay petroleo, no hay crudo, hay que imporatarlo carísimo y gas tambièn.

    la política del trigo era mala, la criticaron, huyeron para adelante y la terminaron de cagar, hoy el pan vale 12 pesos el kilo

    malisima la politica de frenar insumos importados

    malísima la política que hace dormir a las inmobiliarias

    malísima la política de emitir pensando que se puede controlar la inflaciòn con un tipo de cambio fijo

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