Cuando la prensa opositora es verosímil, como en el caso de Ciccone y esa inolvidable conferencia de prensa sobre el cadáver de 51 argentinos, por parte del Cachafaz Errante, el vicepresidente que voté, cuando es, fundamentalmente Clarín, verosímil, el kirchnerismo rectifica. Queridos esbirros. Probablemente, el punto más bajo del gobierno: la privatización de la emisión de dinero y todas las flores de floripondio que le crecieron alrededor. Es kirchnerismo, se rectifica: lo hará a su modo, en sus tiempos y con sus formas. En general, en sentido progresista. Y sin decir, sería un imperdonable correligionarismo, perdón. Sin decir perdón. Total, que esto no es un asunto del psicoanálisis, sino, cómo vive la sociedad. Dentro de estos países que conviven, en el mapa militar, bajo el nombre de Argentina.
¿Reorganiza esta jugada de estatizar la sospechosa Ciccone, el campo político interno del peronismo, en tanto postula, nuevamente, el sueño perdido del Plan B, la candidatura a sucesor sin reelección en 2019, de Boudou?
Habrá que ver. No brota un entusiasmo esbirro.
Más bien, por hartazgo de la mismidad, últimamente nada conmueve el cuadro.
Cristina elige sus colaboradores a la derecha de ella para quedar a la izquierda. Cuánto de sintonía (fina) popular tenga esa lectura, no sé. También elige Cristina a la oposición y está muy a la derecha de ella, y a la derecha de los colaboradores más de derecha, como por ejemplo, los que calientan las sillas de empresas formadoras de precios, ja.
En resumidas cuentas, La Cámpora es el techo maldito del país burgués.
Sé que en el circulito de aplaudidores incondicionales hasta que dure el contrato, luego fervorosos opositores, se manifestó una alegría total por la composición de una fórmula donde el otro no aportaba nada. De haber sido otro el fervor hubiera sido el mismo. Ok, los votos los tenía Cristina. Podía ser cualquiera. Se quemó, la incipiente dirigencia política K, poniendo las manos en el fuego -nadie le creía nada- por Boudou, que no sacó los pies fuera del relato. En los alrededores, algunos se comieron la gastada excusa de que fue una operación de prensa. Probablemente, también. Pero luego empezó a desfilar una comparsa de impresentables, monotributistas del arribismo, que mostraban, Doña, todos los hilos.
Las cartas estaban echadas.
En Venezuela les llaman Boliburgueses, nombre feo. Brasil tiene sus apodos. Bolivia también. En Ecuador recién arranca. Para los lectores de este blog, es el lumpenburguesariado. No poco dolores de cabeza me trae, ja, saber apodar. Con una lectura crítica.
En Brasil, menos en Venezuela, no se consigue, lamentablemente, esta distancia, novedad K: la del kirchnerismo, es decir la primacía de la política por sobre los negocios de los clase dominante, con los empresarios que favorece. Ni que hablar con los que desfavorece, como los monopolios.
Ese golpe bajo que son las declaraciones patrimoniales, tiene su compensación simbólica. Ahora, cómo quedaron, los ponedores de mano en el fuego, en orsai. Mamita. El mismo día donde, previsible, dado que se creó un ámbito de consenso entre Provincia y Ciudad del Puerto, o sea, se juntan más autoridades para dar una mala noticia -ese amateurismo comunicacional que en la Casa Rosada es más importante defender que las cosas verdaderamente importantes- por que las buenas noticias se dan en la cadena del ánimo. Contra la cadena del desánimo. Todo así, puntilloso. El mismo día donde se golpeó, con contundencia, el bolsillo de los trabajadores aumentando el transporte.
Afectando, principalmente, a los jóvenes. Los que más sufren el desempleo. Los que más fervorosamente kirchneristas, son. Los jóvenes del conurbano, que volvieron, Doña, a tener peligrosos sueños de justicia social. Y no dejarán de serlo, ni K ni peligrosos, por que aumenten los trenes. Se nota que Macri y Scioli están pintandos, que no hacen nada, ni clientelismo ni políticas de transporte.
Tienen menos imaginación que un libro de Rodolfo Techint Terragno.
Hay una generación que sólo confía en el gobierno nacional. Bah, no, precisemos, en Cristina. El gobierno, no despierta fervorosas adhesiones. Un Alak, un Lorenzino, un Sileoni. Dan, convengamos, un poco de pena.
Claro que la adicción ideológica a las encuestas y a los medios coincide con las curvaturas económicas.
En el microclima de Clarín, ahora seprinizado, se llama clientelismo.
En la academia, independientemente de las posiciones políticas y escuelas epistemológicas, se llama marxismo.
Me gusta joder las capillas, Doña. Desde chiquito. Cuando nos robábamos, en la iglesia de mi escuela, las hostias.
En Ñoquilandia, las universidades del conurbano que financian el relato, se vive un solitario clima festivo. Una fiesta sin arraigo. Sin permanencia. Alejada de esa generación de jóvenes criados y entusiasmados con el kirchnerismo.
Ñoquilandia permite el ejercicio contable de hacer pasar por educación el financiamiento de culturas populares destinadas, por pueriles y pequebús, a la marginalidad. Documentales sobre Evita. Sobre Malvinas. Ñoquis en los canales de cable. En las radios estatales. El Branding personal de los subsecretarios del Algo. Costosas excursiones a la "batalla cultural". Esos pecadillos se permiten mientras las cosas marchen. Y marchan.
Están destinadas al álbum de los arrepentimientos. Que ya se insinúa.
El Doctor Carrasco, lo dice ahora. Cuando no conviene ni te trae amigos.
Ante la esperable fila de arrepentidos.
Conmigo, no cuenten.
Los hilos que unen Ñoquilandia, el simpático periodismo de orillas que tiene sueños nobles pero un staff permanente de fracasos, sirven, más que las encuestas, para mirar las relaciones de fuerza en lo cultural. Hay problemas.
El gran asunto es la sucesión.
El resto es tiempo y colateral.
¿Estatización de deuda privada?
Ay, la palabra maldita.
Habrá que ver.
Por ahora, el asunto huele más a abogados que a contadores. A salvarse del Poder Tribunal más que a los (multimillonarios) balances contables de "privados".
Lo que resulta difícil es hacer pasar esto por algo, digamos, entusiasmante. Es la consecuencia lógica de "errores", subsanados, de manera y ortientación progresista.
¿Lo digo o ya se entendió?
Se acaba de rectificar el asunto de que viene el lobo. En realidad, el pastor resultó un mentiroso. No venía el lobo. A las pruebas, de la realidad política, hay que remitirse, Doña.
Esa herida narcisista en el corazón de Ñoquilandia sólo un necio podría no ver.
El permiso de obra para hablar de Ciccone, en la prensa oficialista, banalizada hasta decir basta, sólo puede generar, a mediano plazo, cuando avance el peso del vacío sucesorio, bronca.
Es decir, Doña, que de ahora en más cada cosita o cosota de gobierno será mirada bajo la óptica de la sucesión.
Lo dice el bloguero estrella de La Cámpora, Jorge Asís.
Lo corrobora, por orden del primer piso de la Casa Rosada, el Doctor Carrasco, insoportable. Con sus mordacidades de costado. Y esa capacidad de escupir el asado avisando al microclima que viven en un microclima. Como si el no tuviera más mérito que vivir en varios microclimas. Y postergarse entre varios relatos.
El menemista maldito -numerosos libros geniales apartados de su biografía: crueldades de la política- que supo reiventarse, recién ahora puede divorciarse de su apostilla. Asís. Pagó el pecado de no narrar el relato menemista tal como Menem lo concebía.
Decía, el rumor cuidadosamente dirigido, que Néstor Kirchner le había encargado a Boudou que se ocupara de Ciccone. Esto es, que la estatizara. Murió Néstor y Boudou se quedó, de camino, con el encargo. Poniendo a los amigos que se obstina en decir que desconoce. Incluso, ponele, sea cierto. Ya, está perdido, de antemano. Cuando se fuerza, el asunto. Obligado a estar a la defensiva. Se llevó puesto, el jefe de los cenadores, adrede con C, eh, se llevó puesto al Juez Rafecas y al camporista de verdad, Esteban Righi. No así al ultraK Adelmo Gabi. Presidente de la Bolsa de Comercio. Nunca menos. Nada menos.
Los buenos mueren.
Es la historia de cada día, siempre el mismo guión. Lo de siempre. Trabas y burocracia, qué frustración.
Volvamos: se ampliaron capacidades estatales, se estatizó una empresa estratégica, se atacó una caja negra de la política -como las cajas negras, también, de los aviones: ahora esa información goteará, maligna- se reforzó la presencia de lo público, se irguió la autoridad impositiva. Por encima de este decorado, también, quizás, cierto. Por la costura. Que merece el lugar de anecdotario. De nota al pie. Pero que hace las veces de asunto vital, en el juego, ajeno a nosotros, Doña, de la guerra comercial de los medios. Cuidadosamente envuelta en éticas irreconocibles, dado que no son éticas, sino, ni más ni menos, La Ética. Los periodistas, Doña, se pelean así. Por los mismos bajos motivos y altas pasiones que los barrabravas, pero con mejor prensa. Y de esta manera. Grandilocuente. Con muchas palabras esdrújulas.
Que lo asmático se vuelva oxígeno. Yo soy asmático. O lo fui. Creo que esas alergias no se curan, nunca, del todo. Como las viejas rebeldías cuando levantás, un poco, la cabeza. Se te nota, todavía, en la mirada, un poco de lo que fuiste.
Ya el diario perfil no se me burla de mis dichos de Boudou. La derecha, que solía acosarme en Twitter, a través de la agencia La Ese, que trabaja para Macri ahora, y para Clarín, manejando las cuentas, qué paradoja, de Lanata, ya no me jode con eso.
Una señal.
Ahora, interpretan, me serviría.
En mi microclima todos se miden la pija todos los días.
Ganadores tácticos de una larga marcha hacia la nada.
Es poco creíble el rumor, porque sino Cristina no lo habría llevado a la vicepresidencia. Ni hubiera sentido que golpeaban en la línea de flotación al coartarle el plan B de la sucesión. El plan B hasta el 2013, no hasta después del 2013.
¿Qué pasó con Ciccone?
No lo sabremos.
Lo más probable es que sea lo obvio.
Cuando se descartan todas las posibilidades, la más simple suele ser la respuesta.
¿Y entonces?
Entonces, Doña, se ampliaron las capacidades estatales, y es lo importante. Entonces está herido, aunque eufóricos lo negaran, un pedazo de la credibilidad. Por supuesto. La herida no es tan profunda. Está en las declaraciones juradas.
Y los llantitos de quienes me piden que acompañe la defensa de las declaraciones juradas, así sean obtenidas honestamente, la verdad, me chupan un huevo.
Vivo en un país cartonero.
Me siento más cerca de los cartoneros que de los que levantan banderas pomposamente.
Y les quedan, a veces, grandes.
La cachafacidad termina, así. Aunque sueñen, desmesurados, con reciclar, como un cartonero, la ética.
Puede que lo logren, ojo. Pero no cuenten conmigo.
Cada uno de los amigos o desconocidos del vicepresidente, merodeadores del negocio de tener, como tengo yo pero con otras finalidades, amigos en la Casa Rosada. Cada uno de ellos era una puñalada. De esas que desde las oficinas sin ventanas, en la asfixia cotidiana de custodiar valores ajenos, no se sienten. pasan. Hasta la próxima batallita.
Da un poco de pena avisarles que no, las cosas, quedan. Los buenos mueren.
El kirchnerismo tiene buenos reflejos, no es sordo. Reacciona. Demuestra, por suerte, vitalidad.
De allá de mis pagos, el nombre largo e inconfesable de Yabrán, todavía resuena, como un hueco en la oscuridad.
Como un disparo en la oscuridad, dirían esas novelas, de editorial Machette. Que a veces compro, a 5 pesos, en la feria de usados frente a la Sociedad Rural. Para el viaje, en colectivo, a Paraná.
Recomiendo una atenta lectura, de un peronista viejo, o sea, mesurado.
No hay ingenuidades ahí. El asunto de los abogados. Ja.
Es por ahí, Doña. La clave del asunto.
Políticamente, el gobierno mantiene, con reflejos y saludable dirección, la iniciativa.
Qué suerte, además, que existe la prensa opositora.
Qué importante que la ley de medios haya empujado negocios a una dirección donde hay, efectivamente, mayor libertad de expresión. Y mayor pluralismo. Y un aburrimiento de guerra comercial que pronto, para un lado o para el otro, se aplacará, con naturalidad. Y quedará una prensa mejor.
Y aunque a nadie le cueste reconocerlo, una dirigencia política de mayor calidad. Necesariamente.
Señores abogados, pasen. Ahora el negocio de la ética, es suyo. La dejamos, a la ética, en buenas manos.
Nunca cachafaces, aunque trabajen, prestigiosamente, de esbirros. Y aveces se les note. Que son, contra lo que firman en los poderes, esbirros de su propia billetera. Buenas noches.
$$$$ NO HAY PREGUNTAS, NO HAY QUE ESPERAR QUE LAS MAYORIAS SE DEN CUENTA, HAY QUE CONTRASTAR CON HECHOS, Y LOS HECHOS SON QUE CUALQUIER FUERZA POLITICA O POLITICO-ECONOMICA, SOLO SE SOSTIENE SI ACAPARA LA MAYOR CANTIDAD DE $$$$, MIRA A MACRI, QUIERE 10.000.000 MILLONES DEL BID, NO VA A AGARRAR EL SUBTE SIN ESA GUITA, Y DESPUES QUIEN LO PARA? HAY QUE BUSCAR EN LA LEY O LO QUE SEA, DE CREACION DE LA CABA ALGO PARA FRENARLO, PERO CREO QUE NO LO PUSIERON, Y LO MISMO CON LAS VILLAS, SON UN NEGOCION, LA OPCION POR LOS POBRES, JE JE, ES LO QUE HAY
ResponderBorrarPara que establecieron en su momento que si se transfiere un servicio, se transfiere CON LO FONDOS que al momento está utilizando? para que no pase como cuando el turco transfirió las escuelas sin los fondos?
ResponderBorrarSon de cumplimiento eventual las normas legales ?
Ojala haya financiacion del BID a devolver en 30, 40 o 50 años a tasas muy bajas para el desarrollo de infraestructura. Pero la mierda K no le va a firmar el apto financiero a la ciudad para que pueda obtenerlo, por miedo a que Macri se luzca ¿y la gente? que se cague, lo que importa es asegurarnos que macri no se luzca.
No veo la hora que llegue el 2015 y se vaya la mierda K, la basura K y todos los demas K tambien (o se reubiquen dentro del peronismo con el que venga, como hace siempre los peronistas)
El esquizo-peronismo menem/kirchnerista reacciona porque es ... reaccionario.
ResponderBorrarel gobierno de la ciudad no va a aplicar 10.000.000 m al subte, ni loco, te va a quedar la deuda para tus nietos, ese es el negocio y si no anda a ver las estaciones terminadas desd ela epoca de ibarra en plaza flores y en av. nazca, viste los subtes empapelados con afiches amarillos con el verdulero contento porque en setiembre inaugurarían plaza flores? sólo quiere la guita
ResponderBorrarAunque soy seguidor habitual de su blog porque sus presentaciones me parecen muy interesantes -incluso divertidas- creo que nunca, hasta ahora, me anoté con algún comentario.- Lo que me mueve para hacerlo es el tono tan depresivo que percibo en su post de hoy.- Seguramente Ud. tiene más información que yo, pero ¿en qué se base para dar por hecho que Boudu efectivamente es parte de un curro con el tema Ciccone? Hasta ahora, a mi entender, lo único que tengo por comprobado es que fue un ganso en la conferencia de prensa donde tiró bosta con el ventilador, entre otros, a Righi.- Semejante error ya es muy grave, pero no permite afirmar livianamente que efectivamente fue deshonesto en el tema Ciccone.- Si Ud. tiene información seria en contrario ¿podría exponerla? Ojo, dar por sentada la deshonestidad y hasta sugerir la criminalidad de los demás sin aportar los datos en que uno se funda, me parece más a la táctica de una Carrió - o de un Leuco- que suya. Un abrazo. Capitán Medibacha
ResponderBorrarel comentario que màs me deleitò de estos primeros cinco, es del del boludòn de las 12:50,. que nio ve la hora de que llegue el 2015 para que se vaya la....mierda K. Està buenìsimo que el tipo trague todo el veneno posible hasta el 2015. buenìsimo. joya. el veneno le va a reblasar y le va a salir por las orejas. buenìsimo. joya otra vez.
ResponderBorrarNo hay peor ciego que el que no quiere ver. Seguro que el amado es un tipo 100% honesto y todo lo de Ciccone es una opereta. Y porque como es TODO ficción ahora la expropian. ¿no?
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