El gobierno nacional ya tiene, por fin, oposición. Saquen de los radares a Macri, que es un boludo part time. Solamente las tres cabezas más perversas de este país -Chacho Alvarez, Héctor Magnetto y Carlos Menem- pudieron hacer que un intendente del Puerto como De La Rúa llegara a la presidencia. Pero, en una coyuntura, extremadamente difícil de repetir. Digamos, por ejemplo, que si Binner, el kirchnerista disidente, fuera intendente del puerto y estuviera, como candidato presidencial, a punto de ganarle a De La Sota...No, tampoco. Por que Duhalde estaba a la izquierda de De La Rúa. En fin, es historia contrafáctica, no viene al caso. Vamos al punto. Hoy en día hay solamente tres federaciones de partidos provinciales que, en el marco coordinado de su federación, tienen real alcance nacional: el peronismo (que tiene una sola agrupación de alcance más o menos nacional, La Cámpora), el radicalismo y la iglesia católica. El resto, es decorado.
De La Sota, si sale de Córdoba, no tiene nada armado. Pero, ojo, el show de provincianismo -que muy poco tiene que ver con el federalismo- es altamente redituable políticamente y no busca debilitar a CFK, al contrario, sino a su rival interno, Pimpinella Scioli.
La ecuación de los gobernadores es simple: Scioli pidió más guita, lo cagaron a palos, se peleó con todos y agachó la cabeza. De La Sota hizo un show para periodistas porteños -en Córdoba a un prestigioso chanta como Lorenzetti o Zaffaroni nadie los conoce- que, en términos prácticos, sube el precio de los gobernadores. Los hace más caros. La hace, a Cristina, salir a recorrer el país, compartir, un poco más, con los gobernadores.
Ese es el efecto práctico de la jugada de De La Sota, que también, obvio, busca su Clarín. Todos quieren un Clarín, acá nadie es boludo.
Alguien a quien echarle la culpa, digamos.
Macri, en su desesperación política, se juega, en el banquillo de los acusados, la posibilidad de pasar sus últimos años de vida en una cárcel, pero además, la liquidación de su partido -ahí, al segundo día de cárcel para Macri o, si coimea bien a los jueces, de condena firme pero libre, al segundo día huyeron todos, al kirchnerismo, seguramente, como el delincuente criminal (¿creo que ahora ya se le puede pegar, no?) de Schiavi o todos los dirigentes principalísimos del kirchenrismo que jamás, tras un profundo cambio ideológico, volverán a sus antiguas formaciones reaccionarias y de derecha, donde fueron, además, tan pobres- y la posibilidad de ver cómo se diluye, rapidísimo, el poder. La lógica de la sucesión, que desespera al círculo de aplaudidores de cualquier gobernante, no está, sólo, comiendo los nervios en el gobierno nacional. También en la intendencia porteña y la mayoría de los principales gobiernos nacionales. Excepto los que tienen votos, la comitiva que los rodea, ya están pensando su futuro. Son seres humanos, y no de los mejores, al fin y al cabo.
El único que tiene, de los grandes jugadores de la política, reelección, es De La Sota. Y la pone sobre la mesa, se burla, digamos, del resto. Los deja estallarse entre sí. Hace su juego.
El punto clave es otro.
¿Puede el peronismo volcarse un poco más a la derecha, con un liderazgo como De La Sota?
Y...no te queda duda.
Sí.
Se arregla en cinco minutos.
Con los cargos se hace magia, muchachos.
Lo saben, justamente, los mágicos.
La reelección de Cristina es la esperanza de continuidad. Pero, no nos engañemos, por ahora, la cosa viene floja. Funcional para que el poder no se le diluya -estos son los dramas de los sistemas presidencialistas sin relección de Latinoamérica, prima el caudillismo y el partido único. En Europa, mis amores, je, eso no pasa- y no es poca cosa lo logrado.
Igual, falta mucho, sobre todo, las elecciones de legisladores.
Cristina es probablemente la presidenta más federal de la historia. Su fuerte liderazgo, opaca el provincianismo, una tendencia coexistente con los dramones federales desde el comienzo de la historia.
Es, también, quien más hizo por la igualdad social y civil.
Es entonces esperable que con estas mismas banderas -nuestro sistema político funciona así- o con un revanchismo asqueroso, se le entre. De La Sota, por ahora, no logra sintonizar ninguna de estas banderas. Macri y Scioli, no están para las grandes ligas. La población los ve como buena gente, que no provienen de la política. O sea, que no pueden, jamás, ser presidentes. A De La Sota, en cambio, lo ven con todas las cualidades (ambicioso, desleal, pragmático, peleador) para ser presidente.
Está demasiado a la derecha para sintonizar, aún, con el electorado. Arrastra, todavía, tics, superados culturalmente, del ucedísmo.
Puede cambiarlos, quién sabe.
En todo caso, nació una oposición.
Y les subió el precio a los gobernadores. Los que tienen la llave de la gobernabilidad en el país. Ni más ni menos.
De La Sota no es tan reaccionario como Scioli o Binner en materia impositiva y social, es decir, en la materia que le debería interesar a una izquierda inteligente, pero sí es reaccionario en materia cultural para la izquierda boba, la que apabulla el boludismo portuario, dado que De La Sota es católico, culto, ambicioso hasta el colmo, trabajador provincia de la política, o sea, tiene experiencia.
De La Sota, si sale de Córdoba, no tiene nada armado. Pero, ojo, el show de provincianismo -que muy poco tiene que ver con el federalismo- es altamente redituable políticamente y no busca debilitar a CFK, al contrario, sino a su rival interno, Pimpinella Scioli.
La ecuación de los gobernadores es simple: Scioli pidió más guita, lo cagaron a palos, se peleó con todos y agachó la cabeza. De La Sota hizo un show para periodistas porteños -en Córdoba a un prestigioso chanta como Lorenzetti o Zaffaroni nadie los conoce- que, en términos prácticos, sube el precio de los gobernadores. Los hace más caros. La hace, a Cristina, salir a recorrer el país, compartir, un poco más, con los gobernadores.
Ese es el efecto práctico de la jugada de De La Sota, que también, obvio, busca su Clarín. Todos quieren un Clarín, acá nadie es boludo.
Alguien a quien echarle la culpa, digamos.
Macri, en su desesperación política, se juega, en el banquillo de los acusados, la posibilidad de pasar sus últimos años de vida en una cárcel, pero además, la liquidación de su partido -ahí, al segundo día de cárcel para Macri o, si coimea bien a los jueces, de condena firme pero libre, al segundo día huyeron todos, al kirchnerismo, seguramente, como el delincuente criminal (¿creo que ahora ya se le puede pegar, no?) de Schiavi o todos los dirigentes principalísimos del kirchenrismo que jamás, tras un profundo cambio ideológico, volverán a sus antiguas formaciones reaccionarias y de derecha, donde fueron, además, tan pobres- y la posibilidad de ver cómo se diluye, rapidísimo, el poder. La lógica de la sucesión, que desespera al círculo de aplaudidores de cualquier gobernante, no está, sólo, comiendo los nervios en el gobierno nacional. También en la intendencia porteña y la mayoría de los principales gobiernos nacionales. Excepto los que tienen votos, la comitiva que los rodea, ya están pensando su futuro. Son seres humanos, y no de los mejores, al fin y al cabo.
El único que tiene, de los grandes jugadores de la política, reelección, es De La Sota. Y la pone sobre la mesa, se burla, digamos, del resto. Los deja estallarse entre sí. Hace su juego.
El punto clave es otro.
¿Puede el peronismo volcarse un poco más a la derecha, con un liderazgo como De La Sota?
Y...no te queda duda.
Sí.
Se arregla en cinco minutos.
Con los cargos se hace magia, muchachos.
Lo saben, justamente, los mágicos.
La reelección de Cristina es la esperanza de continuidad. Pero, no nos engañemos, por ahora, la cosa viene floja. Funcional para que el poder no se le diluya -estos son los dramas de los sistemas presidencialistas sin relección de Latinoamérica, prima el caudillismo y el partido único. En Europa, mis amores, je, eso no pasa- y no es poca cosa lo logrado.
Igual, falta mucho, sobre todo, las elecciones de legisladores.
Cristina es probablemente la presidenta más federal de la historia. Su fuerte liderazgo, opaca el provincianismo, una tendencia coexistente con los dramones federales desde el comienzo de la historia.
Es, también, quien más hizo por la igualdad social y civil.
Es entonces esperable que con estas mismas banderas -nuestro sistema político funciona así- o con un revanchismo asqueroso, se le entre. De La Sota, por ahora, no logra sintonizar ninguna de estas banderas. Macri y Scioli, no están para las grandes ligas. La población los ve como buena gente, que no provienen de la política. O sea, que no pueden, jamás, ser presidentes. A De La Sota, en cambio, lo ven con todas las cualidades (ambicioso, desleal, pragmático, peleador) para ser presidente.
Está demasiado a la derecha para sintonizar, aún, con el electorado. Arrastra, todavía, tics, superados culturalmente, del ucedísmo.
Puede cambiarlos, quién sabe.
En todo caso, nació una oposición.
Y les subió el precio a los gobernadores. Los que tienen la llave de la gobernabilidad en el país. Ni más ni menos.
De La Sota no es tan reaccionario como Scioli o Binner en materia impositiva y social, es decir, en la materia que le debería interesar a una izquierda inteligente, pero sí es reaccionario en materia cultural para la izquierda boba, la que apabulla el boludismo portuario, dado que De La Sota es católico, culto, ambicioso hasta el colmo, trabajador provincia de la política, o sea, tiene experiencia.
Una sola observación Lucas: De La Sota es mucho más reaccionario que Scioli (lo que es decir mucho)en materia impositiva: en Córdoba pagan de Inmobiliario Rural menos aun que en Buenos Aires, y ni hablar de Ingresos Brutos. Si está a la izquierda de Binner en ese punto.
ResponderBorrarEstas cerrando algún arreglo con De La Sota o me pareció a mi?
ResponderBorrarAbrazo.
Flames.
jamejodéee, de la sota es LO reaccionario, desde hace décadas, por eso sus muchachos siempre se llevaron muy bien con los muchachos de menéndez
ResponderBorrarChicos,
ResponderBorrarNo puedo creer que Cristina sea la presidenta más federal de la historia y no haya una nueva ley de coparticipación.
En qué nos diferenciamos de los ATN del Tesoro de Corach?
Saludos
A ver Lucas, me sorprende - por inocente - la vision que tenés de de la sota, es casi idilica, sacada de una autobiografia no autorizada: DE LA SOTA ES UN VIOLADOR DE LOS DERECHOS DE LA GENTE, TE QUITAN TU CASA POR DEUDAS, CONSTRUYE GUETTOS, EN LAS ESCUELAS NO SE DISCUTE NADA, LA PAUTA PUBLICITARIA ES ASQUEROSA, VOS LO DEBÉS SABER, MARIO PEREYRA EN CADENA 3 TAPANDOLE EL CEREBRO A LA GENTE, QUE SE NIEGA A PENSAR, LA VOZ, LA "TELE, EL DOCE DE CORDOBA" , ES EL DEMONIO. por eso peca de huerfana tu vision de este personaje.
ResponderBorrarIgual nunca va a llegar a nada, acá todavia hay gente que lo vota por el bolson, si señor, por el plan , pero lo que el tipo baja a la sociedad es miseria e ignorancia. bastaría una semana para que viveras acá y te dieras cuenta QUIEN ES esta basura "que paradojicamente estuvo preso en la carcel de san martin"... buscate lucas, buscá.
roberto de la capital cordobesa.