Sos tan linda.
No, yo no, yo soy astuto.
Vos sos tan linda. Yo tan astuto.
Qué se yo, a veces, no se de qué escribir. A veces. A veces, también, especialmente esas veces, creo que nunca sé de qué escribir. Salga o no salga, lo que quería, cuando tenía algo que, creía también, decir. Pero me levanto de la cama, prendo la luz, prendo un cigarrillo y prendo la computadora y tecleo con la actitud de estar escribiendo el Manifiesto Comunista o Trópico de Cáncer o Facundo o así, esas cosas, pobladas, mayormente, de obviedades tan sombras, sombras como metáforas gastadas que todavía estremecen, contando lo que estoy haciendo -fumar, teclar, tras prender la luz- y algo de pronto surgirá. O no. A veces salen porquerías. Cosas que estoy probando a ver si de verdad pienso eso que ya, de todos modos, está escrito.
Me da bronca que seas tan linda, que estés dormida, que yo esté despierto, que todo sea, camino a nada, un lugar, así como una estación, en la vida. Que tendrás otras. Y ojalá, sean muchas. O pocas. O una. Y que seas feliz hasta aburrirte. Y dejes de recuerdo una postal en cada lado. Con pintura de labios. Acá, por ejemplo, podría intercalar, algo de un buzón. Da una panorámica, también una imagen contundente, una panorámica de añejo y vendedor, autoconsciente, de ilusiones. Que se derribarán. Pero ya no hay buzones. En la literatura. Queda algo, en eso, de lo que aún vivo, el periodismo. Me tiene harto. Pero ahí, como se escribe para viejos o pendejos envejecidos, los buzones, pero sólo como metáforas, pueden tener lugar.
Claro que el buzón, esas viejas cajas de hierro, no tenían sentimientos. Más que simbolizar la espera. Y a mí me duele todo. Como un boludo. Como un arquero de barrio. Como un buzón. Como otra cosa así, de imagen nítida y singnificaciones polivalentes de una semiótica del disturbio que suba, a la vez, por los escalones quietos de un mensaje que te enamore. Definitivamente.
Me da bronca que seas tan linda. Me duele, por mí, porque me hago viejo, con una calma imprescindible, sin demasiada protesta, como contento de haber vivido. Un espíritu, quien lo diría, de mesita de luz. Me duele saber que no serás, belleza inmensa, la última parada. Que ya no crea en el tiempo. Que vos ya lo sepas, que seas inteligente, que vivas todos los mundos que a mí me dan miedo con una naturalidad de artista en un país extranjero, donde todo parece, corazón, tan bien. Donde uno es siempre el equivocado.
Conocí a mi bisabuela. Le decíamos la abuela, y a mi abuela, la llamábamos y llamamos por el nombre, Marta. En una cama, siempre estaba en cama, la abuela, mi bisabuela, y siempre era muy viejita, en Paraná. Me regalaba unos caramelos de fruta abrillantada, envueltos en nailon transparente, recubiertos de azúcar. La ví a mi abuela Marta, su hija, dormir en un colchón en el pasillo. Y a mi vieja nerviosa. Y supe, pero muchos años después, qué eran las vísperas. Sabía que algo iba a ocurrir.
Un día de esos, forzado, volví de jugar en la vereda. Volví tarde sin que me reten. Me habían dado un franco demasiado largo, sospechoso. Antes de que me digan nada corrí las escaleras y subí y prendí la luz por que había un mueble que me daba miedo y la cama estaba tendida y vacía y la abuela, a quien nunca llegué a ver parada ni caminando, no estaba.
Cosas de chicos.
Tomé aire.
Tomé coraje.
Y me asomé debajo de la cama.
La abuela no estaba, tampoco, ahí.
Bajé y pedí explicaciones.
No me acuerdo qué me dijeron. Algo sobre dios. Pero a mí me parecía terriblemente injusto que la abuela no esté más acostada en la cama.
En la misma cama donde mi abuela Marta, su hija, está ahora.
Ahora que entiendo todo.
Ahora que sé, esa cosa, tan, no sé, la puta madre, tan insistente, de la finitud de la vida. Ahora que ya he vivido. Que no tengo, a grandes trazos, de qué arrepentirme. Y te miro, acostada, tengo unas ganas locas de besarte. Despertarte de tus sueños y explicarte, con esos rodeos y modos rebuscados con los que hablo y me disperso y bueno, contarte, que no es por vos ni sobre vos ni sé a qué ni porqué, pero tengo miedo.
Mucho miedo.
A que no me quieran, a que se den cuenta, a que me dejen solo. Pero también tengo miedo a que me quieran, a defraudarlos, a que se equivoquen. A no merecerlo. A sentir dolor, físico, no sé, que me choque un auto y me deshaga la rodilla, como le pasó, hace un par de meses, a mi hermano, que se recupera, suerte que salió vivo, se recupera leyendo, dolorido y entre médicos, y leyendo, probablemente, pienso, inhibitorio, ésto, que ahora mismo estoy escribiendo.
Vivo en un planeta de casas, bares, oficinas, donde todos tienen certezas.
Como si tuvieran la vida que yo querría vivir.
Los miro por la calle, de la mano, comprando algo en un kiosco, esperando el colectivo, haciendo tiempo en la cola del rapi pago. A algunos les sobra la plata. Otros cuentan moneditas. Pero se parecen, me siento tan, si lo supieran, lo disimulo, como si yo perteneciera a otro lado, secreto y errado, de la vida. Parecen tener una paz, una tranquilidad de objetivo cumplido, una seguridad que a mí me falta.
La mayoría de mis amigos dedicados a la escritura de algo, sea el periodismo, la poesía, la publicidad, qué se yo, son así, algunos, lo cuentan, entre líneas, otros se matan, otros la manejan. Esa desesperación interna. Arrolladora.
Te miro, dormida, en cada punto y aparte.
Y quedará en la nada, lo que finalmente, escriba. En ese océano terrible donde quedaron las ideas que nunca surgieron. O las que descartamos. O las que no nos animamos decir. O las que fingimos creer, pero se notaban. O creímos, quizás, ya nadie podrá saberlo, que se notaban. Duchos en el arte de fingir. Un cuentista es eso. Un narrador social, de cualquier género de la literatura (el periodismo también lo es, devaluado, como corresponde, pero no más devaluado -el criterioso y salvaje mercado capitalista regula, eso sí, a través de la técnica de los honorarios, los prestigios, recursos simbólicos de administración económica de las emociones- que la literatura sin fisuras, la literatura a secas, ja, carajo) es siempre un aprendiz de sí mismo. Es casi tonto acusarlo de sus egomanías, no tiene otra materia prima. Hasta la demagogia, por ejemplo, postular que a uno le importa "lo que dice la gente" tiene ese insumo vital de existir, pero previamente diagramarse un modo de conocerse; hasta esa demagogia requiere el displacer de explorarse. Narrarse. Con la viveza criolla de la necesaria técnica para que El Otro, esa otredad misteriosa, crea que se está mirando al espejo. Ahí, en ese interrogatorio policial con uno mismo y en cierto y lejano punto inasible inteligible, ahí, hay magia. Conexión. Redes. Cosas así. Buenas noches. Ya me desvelé. Pero voy a salir a caminar. Por ahí. Las calles también tienen misterio y escritura. Mentira. Pero queda bien decirlo.
Mirá, pibe, el sutil arte de descalificar un adversario exige una profunda desconfianza sobre sí mismo. Tomarse en joda. A fondo blanco. Ahora sí, adiós.
Siempre estoy despidiéndome. Con ceremonia. Y protocolo. Todo pomposo. Hasta para, sencillamente, tratar de volver a dormir. Son, total, solamente unas horas.
Para abrazarte, aunque no pueda dormirme, y hacer de los insomnios la ceremonia del largo pensar entre la calidez de tus tetas. Es tan injusto para con el pibe, arrebatado y tierno, que no pude ser. Cuando me quebraron sobre la línea de flotación. Culpa de un montón de chicas que ahora quieren hablarme por facebook porque las cosas me salieron más o menos bien y a ellas, no. Cuando creían que con este loco el único norte era la frustración constante. Y ahora, cuando ya es tarde, cuando ya se rieron demasiado vulgarmente de mí, cuando se sienten vacías, cuando ya no me importa, cuando hice, del rechazo, un resentimiento constructivo. Ahora que envidio a las personas con paz. Pero pago, casi regularmente, el alquiler.
Voy a robarte los ojos, no, voy a sacarte la mirada y dejarte los ojos, voy a quedarme con un 10% de tu mirada y guardarla en una cajita, bajo la almohada, y voy a quedarme, además, con un pedazo de la intensidad de tus labios. Con tus mejores años. Con la esperanza de amarte. Con la promesa incauta de la eternidad.
Voy a quedarme, si no te molesta, uno de tus besos de hoy, de nuestros besos de hoy, voy a quedarme con uno, te lo confieso, es éste, lo escondí bajo las sábanas, para guardarlo en la página 93 de la novela de Alberto Moravia que me dieron ganas de releer, yo, no sé, te quiero, yo me voy a quedar con eso y el mes entero de setiembre y darte, tomá, llevalo a donde quieras, éste es mi compendio, estadístico, edición definitiva, mi compendio de promesas desgarradas, de apuestas pobres a la vida, te soy, como homenaje a la suavidad gloriosa de tus mejillas, sincero: siempre fui una promesa; pero he defraudado a tantos que me agarra, cuando tengo estas horas de la mansa plenitud que te debo y agradezco, ganas de protegerte de mí, de esta felicidad de conocerte y tenerte y todas las promesas que te hice y haga, son tuyas, si llego a herirte, no descreas del amor, descreé de mí, no lleves mis promesas al museo de la mentira, dejalas, sino vas a entenderme y se pudre todo o no resulta o me equivoco o me asusto, dejalas en el museo de la esperanza. Que todas las chicas solas de este planeta sueñen, y eso les de fuerza cotidiana, con un retazo apenas de lo tanto que te amé antes de que te duermas. Por esta noche profunda. Y tonta. Por esta noche inmensa. Por que si en tu concha no está dios no hay infierno ni paraíso.
Y ahora estás, ahí, toda desnuda y hermosa, dormida. Afuera, en todos los lugares comunes, llueve a cántaros. Decían en las novelas que ya no leo. Como si llover fuera un acto de dios, con cántaros. No, nubes en procesos químicos que ya me olvidé y bañan los ranchos, acumulan tristezas, manchas de humedad, arruinan peinados, mojan tus zapatitos, enloquecen los planes, estremecen la escritura falsa de la dichas perdidas, la mía. Sentada en mi silla. tecleando mi computadora. Con ganas de golpearme, por gil, por desaprovechar, por sentirme, al lado tuyo, menos. Se abren paso. Las cosas. De la vida. A medida que envejezco. Parecía, creía, que ya no podía. Volver a querer con la rabia linda de la pasión. Y me mirás y me quedo tan débil. Sos tan hermosa. Que amago, como a la defensiva, explicarte. Y no me animo. Me da verguenza. Quiero despertarte. Animarme. Y decirte. Que tengo miedo de enamorarme y que, no sé, sos, sos tanto. Tengo miedo de que al final no te parezca. Que me veas poco, siempre asustado, siempre sensible y pesado, siempre, buscando, lo imposible.
En las ramas caídas de la plaza cuando amanezca y el cielo esté, de nuevo, sin esos enojos de tormentas. Cuando quede en el aire el olor a pasto. Y los empleados municipales, ajenos a la poesía, recojan, a desgano, la resaca de la lluvia, las ramas en las plaxzas, las baldosas rotas, los paredones tristes, una alcantarilla tapada de escoria, el retorno de las viejas del barrio a la ceremonia de la bolsa de almacén y las vidas sin naufragios y sin penas ni recompensas tibias en el amor de siesta, el que ahora tengo, mientras te miro, dormida. Y tecleo. Con el sonido de un piano o un machete talando o un caballo al troque que total, las corcheas guían al leñador arriba del caballo hasta todos los lugares comunes y qué carajo a esta altura de tus labios me importa.
Voy a despertarte. Y mostrarte ésto. Lo que no me animo a decirte, te lo escribí.
CARRASCO: Estamos en Harvard, estas cosas son para La Matanza.
ResponderBorrarCARRASCO: El inconsciente no miente, sino preguntale a los chicos de Carta Abierta.
CARRASCO: Te cabe alguna duda que los Kirchner menosprecian todo lo popular?
CARRASCO: Tenes alguna duda sobre quien es Gorila?
CARRASCO: SEGUIS DUBITATIVO SOBRE QUE ESTO TERMINA EN UNA TIRANÍA?
QUE MENOSPRECIO DE LOS HUMILDES COMO PARA NO ESTAR DOLIDO LOS QUE VIVIMOS EN LA MATANZA, QUE LINDA FLECHA AL MEDIO DE LA FRENTE HDP
Matancero Forro...no entendiste nada no???? seguro sos votante de la Pelandusca de Pinki ...NO??????
BorrarMatancero y con orgullo. Cansado que nos menosprecien. La mina en vez de defender la universidad pública (nuestra universidad) nos hizo quedar para el ocote. Claro que entendí y entendí todo. QUIEN SABE ESCUCHAR se da cuenta que el acto fallido que cometió refleja su inconsciente, es decir lo que realmente piensa de nosotros, la gente que vivimos en La Matanza, QUE PARA ELLA SOMOS UNA MIERDA. Cómo puede ser tan hija de puta, ES UNA DAMA DEL BARRIO NORTE ELLA SÍ QUE LO ES Y NO HAY DUDAS.
BorrarPor que no te mudas de La Matanza?
BorrarAsí no te sentís discriminado...
Tremendo!! Sos de la matanza? Flechazo en la frente? Que indignación, indignada, indignadíiiisima!!! Anddaaaaaaa!!
ResponderBorrarLucas lo que escribiste esta muy bueno. Y hay gente que esta tan enferma que se lo pierde...les divierte mas odiar que disfrutar de un buen escrito. Alla ellos...yo aca.
ResponderBorrarSH
Que bueno Carrasco!,un bálsamo en medio del odio, del dolor, un murmullo suave,inteligente en medio de tanto griterio irracional. gracias loco.
ResponderBorrarQue bueno Carrasco!,un bálsamo en medio del odio, del dolor, un murmullo suave,inteligente en medio de tanto griterio irracional. gracias loco.
ResponderBorrargracias.
ResponderBorrarMeta chango! Zarpado..
ResponderBorrarMuy bueno
ResponderBorrarYo creo que pensás que te vas a morir a los 40 de un cáncer de pulmón, o de un infarto, pero yo te veo, a los 70, sonriendo a las genialidades de viejo amargo que escribías en tu juventud...
ResponderBorrarbello... por un ratito pero bello
ResponderBorrarLa literatura llega si uno se siente reflejado desde algun costado... creo, bah...
ResponderBorrary lo que escribite refleja y esta todo bueno, pero el ejemplo que elijo es
"Por que si en tu concha no está dios, no hay infierno ni paraíso"
Quizas no sea la mejor, pero siendo un varon hetero, esa oracion no puede no llegarte.
y disculpa que le mande la coma...pero la necesitaba (por lo menos para que yo la lea)
ResponderBorrarhonestidad
ResponderBorrarLa verdad que no hay grandeza ni revelacion en tus palabras. Lo cierto es que los intelectuales argentinos dejan mucho que desear, no hay claridad de pensamiento, critica constructiva, evolucion de la idea, razon del proceder. Fundamentos que trasciendan lo pragmatico. Si, es cierto, la camara es de utilidad, pero se utiliza para el show del morbo, que lo compran todos, los ricos y los pobres, y todos pueden hablar, pero no se dicen grandes cosas.
ResponderBorrarEsa sensacion hoy puedo morir, voy tras un perro rabioso, la bestia que el hombre no debe ser y saber que tras tu sacrificio heroico si has de perecer tu sangre sera espectaculo de las hienas. Conocte a ti mismo, conoce tu especie.
Juzgar a un hombre por su trabajo o donde vive no te hace necio, sino peor. Con tus posibilidades tu vuelo es bajo...
Al final lloras por una mujer, poeta existencial.
A veces no se entiende lo compleja que es la tropa y lo complejo que es el mando.
Igual te quiero, perdon por no entender tus palabras, la necedad se comparte.
ResponderBorrarLucas, soy periodista recientemente recibida. Te descubrí en 678 antes del incidente con Dante Palma. Admiro la sencillez y claridad con que te expresas y el apasionamiento que demostras en el ejercicio de tu profesión. Da gusto escucharte y leerte, siempre! Saludos. Gabriela
ResponderBorrarque falso q sos, justo hoy te pusiste romantico.. lo de jarvar fue vomitivo con perdon de los vomitos
ResponderBorrarmuy bueno lucas, muy profundo..!!!
ResponderBorrarquedan pocos grandes periodistas borrachos que amen una mina, donde todos se paran en la parte, de lo que acabo de escribir, oh, qué le dijo, es borracho, ja, queda un mundo entero, hablo ya tu lenguaje, queda un mundo entero para comprender lo inmenso y hermoso que es que te digan que sos un gran periodista. Que contaste lo importante de la vida. Lo que valía la pena.
ResponderBorrarUna carrasqueada no se le niega a nadie, váyanse a la puta madre que los parió a todos.
Intenso, si vos lo compartis y te interesan los comments, un manifiesto casi un poema de amor, no cuento, ni cuento corto, pero como diria el víctor heredia, miro y dos veces miro, creo que podrías revisarlo mas y por supuesto seguir/nos escribiendo.
ResponderBorrarAlgo que nada que ver con esto, el programa del viernes de tt fue terriblemente invadido por el ego de Carrasco y daba para mas con unos invitados pulenta, baja un cambio con el ego Luc, es lo que te atormenta, zapateabas arriba de todos, vos sos muy bueno pero no sos mirta, no hace falta que no dejes hablar a los demás. El programa como viene y con algún ajustecito por ese lado, copa el horario...
algunas imbeciles le creen a este tipo. es un chanta se hace el pueta romantico y no le importa nada, solo asi podria ser k... ademas es cursi
ResponderBorrary ahora se acuerda de las "cosas importantes" ... jaja.. justo despues del papelon atroz q se mando esa mujer q esta en la presid. proximamente la innombrable, como el turco... jaja son increibles uds..
no lo escuché, me lo contó hoy el novio de una chica que estudia en la universidad de la Matanza:
ResponderBorrarecha vapor por las orejas de la bronca
todo el que se rompe el culo postergando disfrutar mucho del tiempo libre yendo a la universidad tiene la fantasía de llegar a ser el mejor del mundo
El presidente no tiene que hablar ni contestar preguntas, los papelones que hace son los papelones de todo el pais para todo el mundo. Que hablen los ministros y los secretarios.
El presidente, poquito, cuidado, medido, sobrio
Magnífico, magnífico... yo casi siempre critico los textos de Carrasco... pero cuando hay brillo y grandeza, cuando se rompe la medianía de una prosa sin riesgos...
ResponderBorrar"si en tu concha no está Dios, no hay cielo ni infierno"
mejor que el: "¿Y si nos escapamos del paraíso? le dijo Adán a Eva" de Nikos Katzansakis
e incluso mejor que el: "cambio el cielo por el beso culpable de una santa" de Emile Cioran
10 puntos (la voy a poner con esta frase haciendola pasar por mia)
te veía diferente, rebelde antisistema, transparente y profundo, pero resultaste un vulgar snob que está encandilado. Tu sobredosis de ego te está jugando en contra esta vez
ResponderBorrarDesilusiona tanta incoherencia
Un elogio: lo compartí en facebook (en mi cuenta). En mi afán de ser escritor este texto me sirve de inspiración. Gracias.
ResponderBorrarAntonio.
A mi me encanto y q feo la mina resentida eh. Tema 2, ayer m tome un taxi (trato de evitarlos con el aumento, pero era tarde para bondi y el amigo con auto muy chupado) y resultó ser muy K el tipo, copado, y en la charla m recomendó q lea al pibe entrerriano, carrasco, es muy bueno m dijo :)
ResponderBorrarHaka Haka- Paka.Paka, JFK- CFK, Harvard -La Matanza. Cómo se nos parece el mundo!
ResponderBorrarche, carrasco.. para cuando escribis algo lindo de jarbar .. jaja..daaallee
ResponderBorrarTradicional Carrasco on the rocks.
ResponderBorrarSerá cosa de egos, como dice el viejo Eduardo, pero la verdad es que anoche encontré a tu mujer convertida en un bonito centro de mesa. Será que no da para arrancarse los dientes. ¿Quién resuelve la fábula sin atacar al dios ajeno? Una lástima el corazón. Corazón.
Salgo a caminar a ver que puedo encontrar....Money For nothing, get your chicks for free...
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