La Soberanía de la Mortadela.

Habría que avanzar más en la apropiación social de la renta derivada de los recursos naturales. Traducido, aumentar las retenciones, especialmente a la soja y el girasol, lindo sería crear una minera federal que opere con las mineras estatales creadas por las provincias (lindo enfoque, al igual de cómo devino, desde un liderazgo político centralizado, la quita de concesiones provinciales a Repsol para terminar en la estatización de YPF, lindo enfoque para quienes modificar constitucionalmente que sean las provincias quienes administren los recursos naturales, cláusula por la que Néstor Kirchner peleó en la Convención Constituyente del 94 y que este blog, humilde y modesto como su autor pero el más leído del país, putitos, cláusula, decíamos, yo y mi vanidad, que acá defendemos con tesón, alelíes plateados) avanzar en el entramado de YPF con la industria nacional, tener una política más clara hacia el litio, acentuar a través de créditos la agregación de valor de la agroindustria, explicitar la política pesquera y la defensa que efectivamente se hace de estos intereses estratégicos en los foros internacionales, plantearse la problemática de la marihuana desde el enfoque práctico y realista del desafío de Pepe Mujica, articularlo con la necesidad de industrializar la coca en el norte en conjunto con Evo Morales, desde la perspectiva, globalizada, del limón en Tucumán, por ejemplo, diseñar, desde los directores estatales en empresas fondeadas por la ANSES cómo se operará a partir de la nueva infraestructura, cuando esté terminada, con Chile. Pensar una política ferroviaria más consistente con este esquema y que de paso integre a los usuarios, rehenes del lumpenconcesionario enriquecido a expensas de la crueldad sistémica, discutir los peajes, organizar un ente portuario nacional consistente, para que la navegabilidad interior no esté, como hoy, a la bartola, abrirse hacia Paraguay y Brasil con mayor consistencia desde los ríos. Pensar las universidades y la formación secundaria técnico industrial desde este esquema. Darle un rol a jugar al ejército y las fuerzas armadas, acaso integrado al Conicet y la enorme política científica y cultural desplegada.
Esa sería una agenda que junto a un pensamiento social, hoy día, en partes, archipiélagos destotalizados, se sustrae de energías y recursos del resto del entramado estatal; esa sería una agenda deseable de profundización, mariconcitos vestidos de marineros; que puede navegar perfectamente acompasada con la expansión de los derechos civiles, sociales y la democratización económica. Los quiero a todos, sinverguenzas.