Zambayonny-Moretti

por @beablue 

Historias cruzadas y canciones para escuchar a cara lavada.

Centro Cultural Torquato Tasso – 1 de Noviembre de 2012. 22hs.

Zambayonny - Manuel Moretti.

Juntos por primera vez.

Hermanados en coincidencias y desandando líneas paralelas, los dos músicos llegan solos a esta seguidilla de recitales todos los jueves de noviembre.

Tango en el Tasso anuncian los enormes carteles de la calle y uno no puede menos que preguntarse: Zambayonny toca tangos? Bueno, no tanto.

De Manuel Moretti, sin embargo, no sorprende tanto la propuesta ya que en el cantante subyace un perfil más arrabalero.

La fecha prometía no uno sino dos shows distintos a los que estos músicos dan usual y últimamente. Interpretaciones no habituales, un recital alternativo.

Si alguien esperaba escuchar “Las cosas que dejé” (la canción “de la paja”) o perderse en los versos de “Ella dijo”, este jueves el Centro Cultural Torcuato Tasso era el lugar equivocado.

Zambayonny no sólo volvía a tocar unicamente con cuerdas, y con estreno de guitarra incluído para la ocasión, sino que parecía retroceder el camino que lo había llevado a instrumentar los temas que toca en vivo con la banda que lo viene acompañando (chequeen la muy buena banda Bomvivant) y que otra vez desarmaba para estos shows.

Por su parte, Manuel Moretti también en plan solista, sin Estelares, prometía lados B y tangos, sí, acompañado por el pianista Eduardo Minervino

Los dos barbados, canosos, pero con zapas casi adolescentes, tipos que trasuntan una experiencia que nunca sabremos si es real o tomada prestada, pero que sin duda se la creemos a ambos, siguiendo lo que alguna vez dijo el propio Zambayonny: “La gente te saluda con respeto cuando tenés la barba larga (porque) un tipo que tiene barba suele estar más cerca de la verdad que un lampiño.”

Y la verdad a veces suele ser dolorosa.

Una noche verdadera y con el dolor a flor de piel. Canciones del dolor, el desamor y las soledades insomnes.

Zambayonny arranca su parte con “La joya de la abuela” de su último trabajo discográfico, Búfalo de agua. Un enorme tema que recorre las últimas décadas de nuestro país a través de la historia de una pareja.

Surgen así las primeras sensaciones en una audiencia que empieza a entender en qué se metió.y que no va a tener respiro emocional durante el transcurso de los dos shows. Si vinieron para no pensar mejor sería haber ido al cine a ver una peli pochoclera.

Zy continúa con “Me dejo hablando solo”, un clásico de su álbum en vivo Salvando las distancias.

Y como para no bajar la aparente seriedad de la cosa nos sorprende entonces con un tema de la época en la que Zambayonny no era Zambayonny y grababa junto a Alfredo “Titi” Gallinger. Días de fernet y música (busquen también Diego Perdomo - Alfredo Gallinger y disfruten. De nada.). Suena “Que no sea nada” del disco El secreto de los extraños, donde por un momento creemos que es a nosotros a quien nos pide “…perdón por el fracaso, las culpas y el amor”.

Sigue otro tema de los que se salen del actual repertorio zambayonnesco: “La puerta del Cabaret” de aquellas grabaciones caseras con la voz deformada, en este caso el disco Milanesa de pija.

Y aquí, digresión mediante, intercalo una nota sobre el artista.

Zambayonny, entre el año 2004 y el 2007, grabó 6 discos en forma independiente en su casa (3 durante un mismo año!), discos con la voz irreconocible, versiones jóvenes de temas que luego fue reversionando. Ya tenía 3 discos más (uno doble) bajo su nombre real con Gallinger, también grabaciones cantando como Silvio Rodríguez y otras con el dúo Zambomba ya desde 1998.  A partir del año 2007 edita tres discos oficiales: Tu palabra contra la mía (un falso vivo), Salvando las distancias (en vivo en Cava 71) y Búfalo de agua, actualmente nominado a los Premios Carlos Gardel 2012 en la terna Mejor álbum artista canción testimonial y de autor, junto a León Gieco y Juan Quintero - Luis Pescetti (la ceremonia de revelación de los ganadores será el próximo 7 de noviembre y cruzamos los dedos).

De este último trabajo toca entonces el hermosísimo tema Don Fermín, sobre el viejo querible, ejemplo a imitar, en el que algunos querríamos convertirnos por oposición al viejo de mierda en el que muchos se convertirán finalmente.

La gente aplaude y alguien le pide que toque “Milanesa de Japi” (sic.) Está claro que no es un show tipico de Zamba. Nadie pediría Milanesa de Japi porque cualquier presentación de Zamba es a Pija o nada, pero el Tasso, de por sí, transmite una cierta seriedad y compostura que no se altera casi en toda  la noche y que confirma la dureza del siguiente tema.

“El Whisky de Dios”, un tema para pensar que cada pequeña decisión que tomamos en la cotidianeidad diaria (doblar hacia un lado o el otro, comprar un jean o no)  puede modificar nuestra vida o nuestra muerte para siempre.

Para darle un respiro a la audiencia Zamba introduce su tema  “El último peaje” contando la historia de un tipo que va manejando, ve el enorme cartel de una modelo en ropa interior, “se distrae, choca, y se mata. Qué risa nos da cuando decimos que se mata” relata el cantautor.

Y aquí recuerdo que un antiguo ex novio me recomendaba mucho ir a ver a Zy en vivo, como una especie de terapia de shock por habernos separado (ja, vaya terapia traumática) y me decía que si bien conocíamos las canciones, y eso podía emocionarnos más o menos, lo interesante era escuchar a Zamba “entre las canciones”.

Escuchar su introducción a cada tema.

La historia que se relata, atrás de la historia que se canta.

Y él sabe bien cómo contar historias.

Llegando al final escuchamos “Todas mis hijas se llamarán Julia” y “Las horas perdidas”, el tema en que sugiere que no apaguemos los celulares y que si alguien siente el impulso de llamar a su pareja, antes de que la relación se vaya al carajo, que lo haga, que la canción tiene por objetivo salvar a alguna pareja esta noche, no para que se casen .-defiendiendo la soltería!- pero sí para que tengan de postre milanesa!

En medio de un estribillo desgarrador mi amiga y compañera de velada bautiza a la fecha como “una noche para el corchazo” y, aunque no sonó “El Roger”, nos alegramos de no portar armas.

El show culmina con “Amoxapina por joder” que fue instrumentado en la versión de Búfalo de agua y que hoy volvía a la vieja versión a guitarra sola como fuera grabado originalmente en Tu palabra contra la mía.

El público acompaña con algunas palmas pero a esta altura la noche luce más para la reflexión y el disfrute en silencio que para el vitoreo de cancha.

El pasaje de Zambayonny a Moretti es medio mágico, pasan apenas unos minutos y casi nada cambia en el escenario. La presencia inmutable del atril parecería indicar que quien bajó y quien sube son la reversión de una misma persona.

Se apersona un Moretti de remera blanca y pantalón azul, descontracturado, alejado de la camisa, saco y corbata que lo mostraba en los afiches.

Manuel Moretti se refiere a las canciones de quien lo precediera como “refrescantes, llenas de imágenes liberadoras” y a aquél lo llama Diego.

El secreto peor guardado del mundo de los cantautores es revelado con la naturalidad del que está entre amigos, amigos que tal vez no sean los de siempre, pero amigos al fin. Caen algunas vestiduras y Moretti se siente más en casa que nadie.

Arranca con “Autobuses” un tema del quinto disco de Estelares Una temporada en el amor y los versos que dicen “Todos aquí me preguntan por vos / 
Yo les miento les digo: ‘regresa mañana’.” dejan en claro que vamos a seguir sufriendo, con la enorme alegría de saber que no estamos solos y que alguien, mucho mejor que nosotros, puede describir lo que nos pasa, lo que nos pasó, lo que nos va a pasar, con la poesía que nos fue negada.

Siguen dos temas del disco “La mañana del aviador”, que Manuel Moretti se esfuerza en decir que era un demo, como restándole importancia a tremendo trabajo compositivo. Un compilado de temas que se animó a mostrar, según él mismo relata en la web, como si fuera su diario de canciones. Del mundo de “su urgencia” tenemos el placer de escuchar “Hudson” y “Mis pertenencias”, tema en el que lo acompaña Eduardo “Rata” Minervino al piano.

Finalizada la interpretación, Moretti se para, deja la guitarra y arranca a puro tango con  “Garúa” (Troilo-Cadícamo) y entre las lágrimas propias y ajenas se escucha “Garúa. Tristeza. Hasta el cielo se ha puesto a llorar”.

El siguiente tango, “Soledad” de Gardel y Le Pera, no da tregua ni permite recuperarse demasiado : “Pero no hay nadie y ella no viene / Es un fantasma que crea mi ilusión.”

Para amenizar, el cantante de Estelares vuelve a la guitarra para “Playa Unión” del último disco de la banda platense “El costado izquierdo”. Las chicas cantan. El mundo brilla.

Antes de empezar con “Los Lagartos mueren en familia” (del inédito El mundo al revés) vuelve a referirse a las canciones de Diego como frescas y esta vez las compara con las suyas que dice ser más “obtusas”. Su prosa increíble demuestra el error evidente de esa afirmación.

Los temas de Estelares, aún los más viejos, son fácilmente identificables sólo escuchando el tímido coreo de algun@s de los presentes que no se atreven a levantar la voz para no romper el increíble clima que se ha ido generando, y así empieza “La ruta se ha roto” del disco Amantes suicidas. 

Le sigue “Cuero de ciervo”.

Una vez más aflora el perfil tanguero en un Moretti que casi se justifica por cantar tangos: “Yo supongo que no debe ser nada fácil escuchar a un cantante de tangos que no es cantante de tangos” dirá más adelante para recibir enseguida en respuesta lo que parece un neófito “están bien interpretados”. Arranca pues con el valsecito criollo “Tu nombre” de Manzi.

Le sigue “Yuyo verde” y el hermosísimo tango “Tres esquinas”.

Le sienta bien el arrabal a Moretti. Hasta nombre de tanguero tiene.

Se lo ve cómodo al juninense en un género que nunca le fue ajeno a pesar de no ser porteño.

Los últimos dos temas los toca solo.

“Esta -canción- la encontré el otro día” comenta con la familiaridad del que se encuentra a sí mismo en sus propias melodías.

“No caigas”, premonitorio para el que lo ve tocar por primera vez (siempre hay alguien así en un show compartido) dice un verso: “Yo tengo un disco que te gustará”. Y es así.

Cierra “Se rompe el pasto” y se hace evidente que algo más se nos fue rompiendo durante esas dos horas. Rompiendo y volviéndose a unir como las piezas de un rompecabezas en manos de un tonto, diría un autor español.

Dos grandes músicos en una gran noche de historias cruzadas en canciones.

Un show para emocionarse y tener el pañuelo apretado en la mano.

Afuera no llueve, pero el corazón se queja y antes de irnos sólo se me ocurre pensar en los versos de Manuel: “No llores, ya pasará”.

Y los próximos jueves de noviembre: “Vamos, ven, subete, el viaje te sentará bien”