Intrincados problemas filosóficos.

A esta altura baja y descendente de la discusión en torno a la ley de medios, los asuntos procesales son para los operadores de alquiler. Jurídicos y comunicacionales.



Y comienza, para el gobierno, su peor momento, pero a la vez, el de mayor ´potencial: administrar la ley. Aplicarla es una cosa, bastante poca, aunque se la quiera dotar de épica. Sirvió, sí, la decisión política de aplicar la norma para dar un curso rápido de la naturaleza del poder en la Argentina. Bueno, claro, su raíz no es democrática, el poder es poder de facto, siempre lo fue. Ahora viene la etapa donde el poder de naturaleza y legitimidad democrática tiene que demostrar que administra, gobierna mejor. Tiene que notarse por que hasta ahora, en ésta área, no hay resultados.
Sí, en otras áreas de gobierno, acaso las más importantes, como las finanzas del estado -el manejo económico me parece bastante malo para los resultados pretendidos, lo óptimo y novedoso es el buen manejo de las finanzas estatales- y la inversión social. En otras, a grandes rasgos, como en el manejo de las empresas estatizadas, la cosa bien, razonablemente bien. No hay mucha imaginación política ahí pero la cosa marcha.
O las relaciones internacionales, naturalmente, con contratiempos. O la vigencia del paradigma de los derechos humanos. Y algunos cambios, importantísimos, que hacen a los problemas estructurales del país. Apuntalar el federalismo, cobrar derechos de exportación, medidas redistributivas como en relación al subte del puerto (que ahora lo pagará el puerto) la tarjeta Argenta, la universalización de las jublaciones y asignaciones por hijo. Se paró el impulso en salud desde que asumió Ocaña, hoy es un ministerio vacante. La pobreza intelectual del área educativa contrasta con el aumento impresionante de la inversión social en educación. Argentina vive un nuevo período de inclusión educativa sin que al ministerio se le caiga una idea. Es una paradoja, ciertamente, positiva dado los antecedentes de anteriores gobiernos.
La obsesión con la ley de medios no es un capricho de los dirigentes del kirchnerismo, aunque habrá, en medio de tantas calumnias, también algo de esa naturaleza. Pero el análisis correcto debe situarlo en la matriz ideológica y en su eficacia en el terreno político. Una cosa, la ideología, no se legitima con la otra, la eficacia; pero sí se retroalimentan. Hay ahí, entonces, un peligro. Lo que resultó eficaz -la ideología (de larga tradición en el campo nacional y popular)- puede, en la esfera de acción de lo real, en su aplicación, derivar en ineficacia. Por que la cosa no marche. Y, entonces, volverse en contra. Esta es la clave de la derrota del Partido Clarín. Pero tengo sueño, no tengo ganas de explicarlo. Y además seguramente estoy equivocado.