No me rompan más las bolas con los años 70

La década gloriosa, los 70. Bueno, no toda la década, porque en el 76 arranca el golpe de estado, que no genera, por rechazo, ni siquiera una huelga en el ese año. Nadie salió a la calle a repudiar ese golpe de estado. "El nivel de conciencia" y bla, bla: bueno, eso. La mitad de la década, entonces, mmm. Todos sabemos que los años 70 tal y como los conocemos fue un genial invento del Partido Intransigente en los años 80.
El año 75 fue muy productivo para la violencia impolítica, la preferida de la guerrilla antipolítica y cool, los Montoneros. Chicos con vocación por la agresividad que, por su pertenencia no tanto de clase sinoi de tradición (familia y propiedad) no podían ser militares. Jugaban a que eran guerilleros. Cruzaditos del señor.
Pero sus años mozos no son el 71, el 72, sino el año del oportunismo, el 73: luego viene el 74 que es el año del Perón real y mejor no hablar de ciertas cosas, ¿no? Sí, quiero un tostado. Un tostado arrasó a mi ciudad.
El año del oportunismo fue grandioso. Lástima que el escritor de autobiografías no autorizadas, en una de sus autohagiografías, recuerda que los días del oportunismo, fueron 49. La década de los 49 días. Donde se podía ser guerrillero con un permiso del minstro del interior. Y te defendía la policía. Y el ejéricto no se metía. Y hacer una pintada era tomar el Moncada. Y después volvió Perón y la joda se terminó y el giro represivo, el legal y el ilegal, fue siniestro. Renunciaron menos de 10 diputados. Y tooooodo el activo revolucionario marcó tarjeta en la ortodoxia; que era, ¿porqué no decirlo con todas las letras? un intento corporativista que naufragó, siendo amables.
Los años 70 son Leo Dan, Palito Ortega, Isabel, Victoria Ocampo, no dan muy revolucionarios. Lanusse ha quedado olvidado por su poca desmesura de dictador.
Se ha hecho más por los ideales que se inmolan literariamente contando los 70 desde el año 2003, cuando Néstor Kirchner, por esas contradiciones de la historia es presidente, hasta el día de hoy, cuando ser militante es ser un privilegiado, y en buena hora y celebremos que esto sea así: porque quien se ocupa de los demás merece ser tomado en cuenta, el resto, que coma pochoclos, pague sus impuestos y disfrute sus electrodomésticas nociones soberbias de qué deben hacer los otros. Se ha hecho más en la década kirchnerista, cuando se hicieron pocos libros y se sacó a muchos compatriotas de la pobreza, que en los 49 días de los años 70
Si no hubiese existido la carnicería de la dictadura, daría para cagarse de risa de los promotores literarios de los años 70