Disculpen. No es fácil. Ustedes saben, nosotros, las celebridades, tenemos un interés, no encuentro la palabra, no es superfluo, sino utilitario, en estas cosas de la escritura. O de lo social. Yo, estoy más allá de eso. Soy una celebridad. Me emborracho y tengo 5 tipos diciéndome luego lo genial que fui. Aunque haya meado en la pelada del obispo. A veces pienso que debería hacer algo productivo con mi falta de talento, o mi abundancia, depende del estado en que se encuentre mi famosa ciclotimia. Pero, aunque no lo crean, nosotros, las celebridades, sufrimos mucho. Por ejemplo. Si en una revista una ex novia -las celebridades tenemos noviazgos por centrimetraje: y ninguna relación dura mucho, siempre hay alguien con más seguidores en twitter- anda con mi enemigo declarado, enemigo por que, ponele, no me invitó a su cumpleaños pero sí a un competidor de mi nicho, entonces, me agarra una depresión que ninguna promoción de shopping alcanza a calmar. Más, si uno, como es mi caso, no está muy interesado en la guita. Pero sí en el reconocimiento. Y el poder. Pero no necesariamente para regocijo personal, no, yo soy un intelectual, estoy más lejos de esas banalidades. Aunque un poco sí, necesito, me alimento de esas cosas. Y una celebridad, como yo, las necesita. Para seguir adelante con su tarea valiente de desenmascarar ya no recuerdo bien, pero bueno, los genios somos olvidadizos. Buenas noches.
domingo, enero 20, 2013
Soy una celebridad
Disculpen. No es fácil. Ustedes saben, nosotros, las celebridades, tenemos un interés, no encuentro la palabra, no es superfluo, sino utilitario, en estas cosas de la escritura. O de lo social. Yo, estoy más allá de eso. Soy una celebridad. Me emborracho y tengo 5 tipos diciéndome luego lo genial que fui. Aunque haya meado en la pelada del obispo. A veces pienso que debería hacer algo productivo con mi falta de talento, o mi abundancia, depende del estado en que se encuentre mi famosa ciclotimia. Pero, aunque no lo crean, nosotros, las celebridades, sufrimos mucho. Por ejemplo. Si en una revista una ex novia -las celebridades tenemos noviazgos por centrimetraje: y ninguna relación dura mucho, siempre hay alguien con más seguidores en twitter- anda con mi enemigo declarado, enemigo por que, ponele, no me invitó a su cumpleaños pero sí a un competidor de mi nicho, entonces, me agarra una depresión que ninguna promoción de shopping alcanza a calmar. Más, si uno, como es mi caso, no está muy interesado en la guita. Pero sí en el reconocimiento. Y el poder. Pero no necesariamente para regocijo personal, no, yo soy un intelectual, estoy más lejos de esas banalidades. Aunque un poco sí, necesito, me alimento de esas cosas. Y una celebridad, como yo, las necesita. Para seguir adelante con su tarea valiente de desenmascarar ya no recuerdo bien, pero bueno, los genios somos olvidadizos. Buenas noches.
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para la cuestion nacional un intelectual es nada mas , y nada menos que un pensador, vos sos un pensador situado que sabes captar el hedor y la resaca de palermo.
ResponderBorrarEs un lumpen leido. Lo que no se es porque caen todos en palermo.
Borrarporque ahí está la joda
ResponderBorrarA donde vayan los iremos a buscar!!
ResponderBorrarAnda preparando el culo, asesino.
Dejá de hacerte el popular y decí cuanto te llevas por adiestrar giles.
El nivel de sufrimiento y el de evolución de un individuo es directamente proporcional a cuanto tiempo demora en desechar el socialismo.
ResponderBorrarhttp://america.infobae.com/notas/65162-Latinoamericanos-seran-750-millones-en-2050
yo amo a todo aquel que, borracho o no, mee en la calva de un obispo.
ResponderBorrarInteresante que creas que vivir en-contra-de es un mérito.
BorrarAnónimo, vos te comés todos los amagues, eh.
Borrarmee nomás al obispo
ResponderBorrary a todos los pelotudos que ven a Lapegúe y después te putean anonimamente
que ninguna promoción de shopping alcanza a calmar. jajajajajaja!
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