lunes, junio 03, 2013

El combo

Hay un pibe que vende boludeces por Plaza Italia, en la Ciudad del Puerto. Le dicen Cachilo. En la otra connotación, no la uruguaya o la de la costa uruguaya de Entre Ríos. Igual, no viene al caso eso. Bah, nada viene al caso. Casi todo lo escrito está siempre de más. Y es una nueva (y prescindible) mezcla de sentidos preexistentes, anteriores. Empezando, por ejemplo, por las letras. Cada letra es una estación de tren vacía. Las estaciones de tren funcionan como esperando algo. Pero no son neutras. En cuanto a sentido. Y en cuanto a nada. El punto exacto, en una idealización totalizante, de neutralidad será nomás un constructo pasajero.
El sistema funciona así: Cachilo sale a las 6 de la mañana desde José C Paz. Por el San Martín, que es un tren sin derechos humanos. Baja en la estación Palermo. Ahí busca unos pesos del dealer de porquerías. Y se toma la línea D para ir descendiendo de calidad subterránea haciendo una combinación de movilidad social descendente. Llega a un lugar en Constitución donde tiene que comprar la mercadería que le vendan, la que sea, desde repasadores a detergentes, siempre por 100 pesos, aunque la mercadería puede variar. Y salir, caminando, a venderla. Usualmente, si vende todo, el margen que le queda ronda los 300 pesos, de ahí hay que descontar la comida y los pasajes.
Vendía, días atrás, a la vuelta de casa, un combo de cosas para limpiar. Algunas eran una porquería, otras cosas servían. Le compré para que no me rompa las pelotas.
Las esponjas -esas amarillas con una cara más dura de verde, como una tortuga- estaban rotas. Deben ser las que salen falladas. Y las cosas de acero para raquetear los platos. Y así.
El punto es que el combo resulta, a primera vista, barato y agradable. Pero no deja de ser un combo. Que es la manera de presionar para meter cosas que por sí solas no valen. Es la inversión ideológica de la fuerza que hace la unidad. En esa fuerza se cola cualquiera al tren, también. Así funciona hoy lo que el conservadurismo despectivamente llama El relato. 
Hay que saber resistir el combo.
Pero en las condiciones realmente existentes. De disparidad de cartuchos. Dentro de correlaciones de fuerza  complejas, que implican una intensidad ideológica que balconea apenas enormes mayorías populares.
No es fácil.
Nadie dijo que iba a serlo, por otra parte. 

4 comentarios:

  1. Nestor Magnetto S.R.L3 de junio de 2013, 7:20 p.m.

    Argentina, paraíso de confusiones y confundidos.



    ██████████

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  2. Es muy bueno lo que escribiste Lucas, me hiciste pensar. Son muy valiosas las analogías relacionadas a lo cotidiano por el poder de razonamiento que generan. Entré a tu blog con desazón, y me voy contento.

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  3. Yo creo que siempre es un combo y que rara vez se parece al de la foto pero que no es un combo en la vida? Si hasta vos, admirado Lucas, sos un combo de virtudes y defecto (con onda)y yo obviamente. Por que el peronismo tiene que ser diferente? El desafío y la lucha es que cada vez se parezca más al de la foto, no? En eso trabajo todos los días para que mi hijo sea un mejor peronista que yo!

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  4. No se si es a propósito, pero me gusta eso de que el texto esta escrito en la forma del concepto. Metes en el combo lineas que no deberían ir. A veces me agarra el estructuralista lenguajico (?) y veo si la palabra "derecha" esta a la derecha y boludeces asi, jaj. Esas locuras obsesivas pueden llegar a la cosa criptica al pedo. Ya estoy pensando porque puse "propósito" y no "adrede". la cosa que tiene que ser natural, si existe lo natural y .... bue.

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