viernes, julio 19, 2013

Macri en la antesala del adiós



La novela del fracaso de Macri no es estudiada por quienes, desde la oposición ineficaz a Macri, se la creyeron, pues su análisis los incluye. Sorry, very granaderos. Pero son inevitablemente municipales.
Todo comenzó con el manotazo de ahogado de postular a Gabriela Michetti en la provincia Ranquel. Sabía, ella, que en esas condiciones, la excursión iba a salir mal, para sus términos de intercambio. Quedaría segunda. Y ella no tienen ningún proyecto político por el cual luchar. Le da lo mismo cualquier cosa siempre y cuando no la dejen afuera. El libro de Fernando Amato muestra ésto.
Igual. Ya la habían dejado afuera. En el ridículo. Con el paparulo de Macri tomándole examen, junto a un Rodríguez Larreta que había llegado al punto más alto de su carrera. La nada y muchas gracias.
Con subordinación y valor no se arma una candidatura presidencial si se carece de un partido preexistente. Ahora, el conservadurismo social tiene en Scioli su candidato y en Bergoglio su cultura. Resta que el resto del paisaje se desdibuje. Cosa difícil. Pues Massa abre, es lo que todos los kirchneristas de verdad esperan de él, el panorama, para que los gobernadores tallen en la sucesión.
El radicalismo probó con el narcoprogresismo y así le fue. Volvió El Hijo De alfonsín, como candidato, para no perder la personería, con el De Narváez Blanco: Binner, Stólbizer, en fin, los Tangalanga de la provincia Ranquel.
Acorazados en su triunfal vecinalismo, la experiencia macrista llega a un fin de ciclo, junto con su enemigovia, Cristina, que por lo menos deja un importante legado cultural y económico. Ese boludón deja nomás la consabida sobrecarga de empleados públicos.

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