Los medios de comunicación hegemónicos quieren un golpe de estado

El socio de Abal Medina, Carlos Slim, quiere entrar en Telecom; o sea, Telefónica
Ya está adentro, pasa que el Partido Clarín necesita blanquear que también está adentro. A este ritmo de creación de grandes monopolios en la Década Ganada, el golpe de estado, más que Milani, lo vendrían planificando, según Reibel, yo. Lucharé contra Granados, Casal, Insaurralde, Berni, los narcos, los monopolios, Puricelli, la CIA, Boudou, la DEA, Slim, Mauro Viale, Haddad, el servicio penitenciario, Critina, Marambio, la gendarmería, Larroque, Oyarbide, Stiuso, la Federal, las hinchadas, la bonaerense y hasta contra los chicos que hacen el coro del chuchuá de la Liberación. Todo muy lindo, mientras la Patrullera pasea en paraísos fiscales por una escala técnica y oculta, a pedido de la CIA, la gravísima denuncia de Héctor Timerman sobre medios de comunicación hegemónicos de verdad: en la cumbre de Montevideo, Timerman le mostró a Cristina, dado por alguien que él no quiso identificar, un listado de 100 correos electrónicos de gente importante de Argentina con sus contraseñas, según publicó la revista América XXI (edición impresa, dirigida por Luis Bilbao y financiada por el gobierno de Venezuela). En ese momento, la embajada de Estados Unidos era ultraK, lo que le permitía a Moreno hacerse el malo contra trabajadores de Clarín (a este nivel de degradación hemos llegado) ahora, la situación cambió, es de suponer: 1) Porque la presidenta, en parte para contener el sector progre que quiere creer que el giro a la derecha es propio del oportunismo de Cristina y apenas pasajero, 2) porque como explicábamos en algunos post atrás, como ya pasó con Menem, los Estados Unido suelen regalar investigaciones de corrupción llave en mano y 3) Cristina es Jefa de Prensa del kirchnerismo, cuyo vicelíder, Susanti Pancho, está en contra de la guerra y 4) El acuerdo secreto para reprivatizar YPF en manos de los yanquis les permite cuestionar la forma de la guerra petrolera. Y tiene razón, si Cristina hubiera sido presidente de Siria, Chevron no haría una guerra
Da miedo el actual kirchnerismo policial. Sobre todo, a mí. Se la van a agarrar conmigo el tinogargamuzismo, es lo lógico de los impotentes que, de pronto, quedan desnudos.
Pero hay que aguantar. La resolución de estas batallas, incluso para lo más violentamente torpe dle neoconservadurismo, se sigue dando en las urnas.
¿Funcionará el Voto Miedo, se logrará traspasar al electorado de clase media y media alta la sensación de que el senineldinismo de Cristina garantiza la propiedad privada y la vida de los blancos? ¿El terror inoculado con los desfiles, las declaraciones temerarias, la delincuencia ascendida a lois ministerios, el discurso blumberiano, la policía moral, los carpetazos, la impunidad para los narcos y delincuentes de guantes blancos, la represión sistemática, el giro conservador; too eso, alcanzará?
Supongamos que sí. Y el seineldinismo gana las elecciones. Al otro día, se desprenden a las patadas del ala progre. Que ha demostrado flexibilidad contractual y un oportunismo intergaláctico. Ingenuos. Creen que los van a perdonar...
Supongamos que no.
Ahí, los mariscales de la derrota en las PASO van a reclamar la vuelta atrás del seineldinismo. Y ahí, bueno, queda nada más leer a Luis Delía y sus habituales amenazas (con golpe de estado con fecha puesta por el golpeado, jajaja) de que alguien quiere atentar contra Lorenzino, Milani, Puricelli, Casal y Granados.
Mientras el sector pavote del kirchnerismo sigue patrullando diarios que son socios de los monopolios que defiende el gobierno, el mismo gobierno dio un paso adelante: ahora los patrelleros ya no son simióticos.
Que dios nos ayude.