Ilusiones II (PONELE PERONISMO!)

Del Todas las voces Todas al Nuestras voces Nuestras se partió la coalición, entre el Festilindo y el Peronismo. Con un agravante, la Ley de Medios no cumplió sus objetivos federales, con lo cual, lo territorial, que fue fundamental para que la  ley salga, fue otra violación a la ley.
¿Dónde están los trabajadores?
El asunto es estrictamente simple: el avance de los testaferros del gobierno por sobre Clarín, al contrario de lo que en un principio parecía, hoy, significa, concretamente, la pérdida de derechos laborales, la vuelta al país laboral anterior ya no a Perón, sino a 1916. No solo es la falta de manejo profesional, con la banda de arribistas que no entienden un carajo, los lobistas, los nabos de La Cámpora, todo eso. También es ponerse, sencillamente, en contra a los trabajadores. Que saben cómo son las cosas en cada medio, por algo son, en el sentido originario del término, un gremio.
El componente Festilindo de la coalición que apoyó la ley a la vez está desilachado. No es ninguna novedad que quedan los más...cercanos, por decirlo de alguna manera menos comercial, al gobierno. No están los analistas, están los militantes. Que por propia vocación y decisión, no leen, ni piensan, solo obedecen (tal como los gorilas les contaron que es el peronismo. Y se compraron todos los mitos)  y resulta que le piden a una ley milagros. Ya no solo tapar una derrota 
También, modificar los contenidos.
Una especie de...bueno, en fin. A ver, esas cosas sin sujetos que si hablan bien de la familia presidencial y sus curiosas estadísticas, son buenos informantes (de la SIDE, pero esto no lo aclaran) Bueno, eso, que es en sí mismo reaccionario, además de algo frívolo, esa carencia estratégica de sujeto social de la ley, que fue pensada de otra manera, es hoy el principal riesgo.
No se le puede hablar a los alpargatas sí, libros no, allá ellos. Hay que dialogar con los trabajadores. La supuesta implementación viene junto con la devaluación diaria, el ajuste inflacionario, el parate en la creación de empleo y en la legalización del empleo. Es decir, en los peores tiempos políticos. Andá a contarle los diputados a Gardel. Si el cuadro general -de condiciones reaccionarias- no se modifica, si no se abre el juego y se incorpora un sujeto social real, no testaferros y familiares de los políticos, entonces, nada de esto tiene destino. Y en el remotísimo caso de que la derecha, o sea, Cristina, logre sus objetivos, se van a decepcionar los fans de Festilindo. La línea editorial, que es lo que desean y se les nota, no se va a modificar.
Para frenar las denuncias de corrupción es más sencillo dejar de robar