Rosario: capital nacional del narcotráfico

Por Gabriel Reyes

POR QUE LA GENTE PIENSA TAN POCO EN LA MUERTE?

PORQUE LOS GOBERNANTES SE INTERESAN DEMASIADO EN SUS PROPIAS VIDAS.

LAO TSE

Se apagan las luces de las cámaras de televisión y culmina la rueda de prensa. La Intendenta ha tenido que salir de forma improvisada a mostrarse públicamente; ya que su jefe la ha excluido de las fotos oficiales. Resalta su gestión; y el haber puesto siempre la cara ante la ciudadanía. Recuerda el accidente en el parque de diversiones, donde murieron dos niñas y quedaron decenas de heridos. Recuerda también la explosión en el edificio de calle Salta, que arrojó decenas de muertos. Hace que habla a la ciudadanía; pero el metamensaje es evidente.

Ha decidido salir del ostracismo a jugar sus fichas, mañana el 6,7,8 de la ciudad estará al servicio de su gestión. Comenzará temprano con Susana Rueda, la esposa del Ministro de Gobierno Rubén Galassi, que gusta mostrar las tetas y su obsecuencia con el PSP, en el informativo mas visto de la mañana rosarina. Seguirá con los programas de radio, los de cable, los diarios, etc.  En el fondo Rosario no es mas que un pueblo grande; donde a los multimedios con sede en Miami (Grupo uno) o Inglaterra (Grupo 3) solo le interesa la seguridad de la pauta oficial.

De a poco, se van acercando los productores; lambiscoides calvos, educados en la mas absoluta  subordinación ideológica, o  para decirlo en una forma políticamente correcta, en la “línea editorial”. Cuarentones enfundados en camisas Dior, smartphone touch, perfume importado; metrosexuales del vestir y del lenguaje. Aprovechan el off, para hacer relaciones y palmear a la Intendenta. En un rincón oscuro de la sala que ya quedó vacía, le juran lealtad. Sabe la Doctora que hablan por sus patrones, se siente contenida. Son mas de las 12 de la noche, los antidepresivos, el stress y la conciencia se vuelven un cóctel incontrolable; la Intendenta aprovecha los oídos confidentes y se descarga.

Sabe que la cagaron, jura que le dieron el Titanic  segundos antes del Iceberg; que la mandaron a luchar contra Jerjes y le sacaron 299 combatientes para apuntalar la gestión Provincial,  que está gobernando una ciudad incontrolable; que las diferentes luchas internas en las que se vio involucrado su partido, opacaron su gestión. Hoy en el PSP (Partido Socialista Popular) hay  tres líneas políticas bien definidas: 

la del Ingeniero Lisfchitsz, miembro de la Fundación Libertad y representante de la derecha pro imperial  dentro del partido; la del Senador Giustiniani, con una pose de centroizquierda, conocida como “La Familia” por su entusiasmo para repartir cargos entre parientes; y la de Binner, una línea voraz, pragmática y recaudatoria; decidida a hacer lo que hay que hacer, para juntar los 600 millones de pesos que necesita su campaña presidencial.  

Grita la Doctora, que mientras ellos se peleaban, le vaciaron el presupuesto de recursos y le acomodaron parentela en todo el municipio. Putea al presupuesto hijo de mil putas que le dejaron, que sangra entre ñoquis de planta permanente; una Guardia Urbana que solo sirve para hacer mandados y una cantidad impresionante de Concejales, asesores de los concejales, hijos de los concejales, amigos de los hijos de los concejales, auxiliares políticos, y busquines de todos los calibres.

Sabe la Doctora que alguien tiene que pagar la fiesta de la “Ciudad Ribera”; de esa  pulsión socialista de gobernar para la Rosario que se concentra entre los cuatro Bulevares, mientras que en los diferentes barrios, abandonados a su suerte, han ido surgiendo familias narcos, que reemplazaron al Estado. Esa ciudad Ribera,  la de los edificios inteligentes construidos  a  metros de donde algunos vecinos  vivían literalmente en cavernas sobre la costa del Río, es la que la presidenta elogió en su última visita. La rosario pujante, la que se ve desde los helicópteros. La otra, está oculta.

A la otra Rosario, ha arribado una virtual intervención Federal, una gran parafernalia montada sobre las antenas comunicacionales, que arrojo el saldo de:
9 detenidos,
300 gramos de cocaína,
1 kilo de marihuana,
y el dato mas relevante:
50.000 pesos en efectivo (la recaudación de un bunker durante la tarde).

JAJAJAJAJAJAJA

La intendenta resiste estoica, los insultos del anestesista Binner al otro lado del teléfono. La han dejado afuera de todos los flashes, han escondido su gestión, sabe la Doctora que la responsabilizan por el descontrol en la ciudad y sobre todo, por esta intromisión que le va a costar parte de la caja a su jefe.

La intendenta, grita, suda y carga las tintas sobre el “pija floja” de Lamberto. Un septuagenario, que ha pasado su vida, succionando el erario público; y al que en los últimos años, pusieron de blanco de dardos como Ministro de Seguridad. Sabe la intendenta que Lamberto no manejó a la policía, que los narcosocios se desbocaron, que Binner ha recaudado gran parte de su campaña a través de las taquerías, que venden la “prote” a los bunkers manejados por familias narcos, que a su vez también contribuyeron al partido y ante la presión de la opinión pública han tenido que traicionar; y que estos comerciantes especiales, al no encontrar el anexo, “político estafador” entre las cláusulas contractuales, decidieron tirotear la casa del gobernador Bonfatti.

La culpan de los linchamientos, de la carta de Francisco que ha puesto a Rosario en la picota del mundo, como ejemplo de barbarie y subdesarrollo.

Monica, se escuda en las circunstancias y se caga de risa de todos estos hipócritas que se muestran compungidos ante los daños colaterales del sistema que defienden. Sabe que en esta ciudad olvidada por Jesucristo, unas 300 veces en el año, la mano invisible del mercado, encarna visible, empuña un arma, y cosecha la vida de algún pibe de barrio.  Si Alejandría era conocida como la ciudad de los mil palacios, la Rosario del siglo veintiuno será recordada como la ciudad de los mil bunkers. Es literal; la intendenta revolea cada vez que alguien le habla del narcotráfico, una lista de mil bunkers, que ella misma se encargó de denunciar y que no tuvo respuesta. La maraña burocrática, entre Ministerio, policía, juzgado federales y fiscales, sirvió de gran bonete,  durante los cuatro años de su gestión, para no resolver el conflicto. Ahora le cargan la factura de la fiesta a ella.

El jefe la insulta y la trata de pelotuda, es un viejo político, sabe perfectamente que este circo culmina en un reacomodamiento de precios y de porcentajes. Berni llegó para lanzar en Rosario el programa “Narcos Cuidados”; para llevarse una tajada de la caja.

Se hizo de madrugada, el auto oficial conduce a la Doctora hacia su casa, en una esquina, unos pibes juegan a la jarra loca. Son jóvenes, tienen los antebrazos marcados.  La intendenta mira sus cuerpos varoniles y recuerda años pasados. Se pregunta a si misma, en que momento se convirtió en esto que es hoy. Años y años de administrar módicamente poder ajeno, la convirtieron en esta sociópata anorgásmica, que sonríe frente a los medios, mientras sus compañeros de tropelías, le regatean al ex carapintada un porcentaje del negocio, en el que ahora serán socios.

Justo a ella, que era fuego; que gustaba tocar a su marido por debajo de la mesa, mientras su suegra hacía comentarios triviales sobre novelas; que gustaba felarlo en los asientos, del fondo oscuro del cine Laprida; donde iban, ilusos y juveniles, a ver las películas del viejo cine sueco.

Baja raudamente del auto oficial y se dispone a abrir la puerta de su edificio. Espera que alguien esté despierto para que la rutina familiar la ayude a humanizarse; luego recapacita sobre la trampa de la psiquis, cae en la cuenta que por mas que alguien nos espere despierto, estamos solos.

La Intendenta entra en su departamento y deja los zapatos en la alfombra. El silencio se le hace insoportable. Toma sus benzodiacepinas mientras abre la ducha. Será una larga noche de sueño inducido. Mientras tanto, afuera, la ciudad de los pibes sin calma, es una puta borracha; que espera  con los brazos abiertos, perfumada en pólvora y acetona.