Kicillof es un encanto

Que el cantinflas que la vieja puso como ministro de economía no sirve para nada es algo que no admite discusión. Resta saber si hace más ricos a los ricos y disemina el país de pobres porque es corrupto como la vieja o, como sostenemos acá, de puro pelotudo nomás. Por la costumbre de la vieja de poner ministros de economía con cama adentro.
Al destruir todos los instrumentos con los que medir su giro al neoliberalismo pobre (la vieja le pone el fascismo tilingo que necesita el neoliberalismo pobre), entre otros, las cifras de pobreza, Kicillof se garantiza no solo tener que hacerse cargo de su parte en la destrucción del empleo, la industria, y la creación de tantos pobres, sino cargar gustoso a cambio del enriquecimiento súbito con las cartelizaciones que armó Moreno, las cagadas de la patota de Boudou y todos los descalabros monopólicos que traen las coimas que cobra la vieja.
¿No es un encanto?