jueves, octubre 09, 2014

La cultura política en Formosa


Por  Ricardo Buryaile 
Diputado Nacional
UCR

En la provincia de Formosa a lo largo de años de ejercicio se ha construido el liderazgo de un gobierno basado en una compleja trama de poder. El actual gobernador Gildo Insfrán fue cuatro años diputado nacional, ocho años vicegobernador de Vicente Joga. Desde hace casi 20 años ejerce la gobernación con la posibilidad de ser reelegido indefinidamente.
El pilar en el que se basa es una telaraña de intereses, que incluye tanto el sistema político partidario y de elecciones, como el empleo público, el clientelismo, los negocios con el estado, los favores, la compra de voluntades y principalmente el miedo. En Formosa el miedo se percibe, y sirve para mantener el control, para ejercer un poder que domestica. Con la sola excepción de muy pocos espacios políticos, sociales y religiosos, el grueso de los formoseños está sometido por el gobierno vía todos los pliegues y repliegues que éste maneja.
"Lealtad y disciplina" es la fórmula consagrada por este gobernador eterno, siempre fiel al presidente de turno, que con la llegada del kirchenrismo, llenó la provincia de obras, pensiones y fondos públicos.
La organización del partido FpV en Formosa está muy influida por la dinámica que impone la utilización de la Ley de Lemas para todos los cargos, salvo el de gobernador, y la reelección indefinida.


Hay una apariencia de democracia, pero en realidad el sistema hasta tiene características feudales en cierto sentido. Con la ley de lemas se fomenta la competencia para los cargos menores. Entonces, salvo para gobernador, se presentan como mínimo dos sub-lemas oficialistas, pero el lema no se discute, todos trabajan y suman a favor de un solo “señor”. Así, la cúpula dirigente del partido se mantiene siempre unida y hegemónica.
Lo mismo sucede en las relaciones con los municipios. La falta de desarrollo favorece la relación de dependencia de los gobiernos locales con el provincial.
El clientelismo se practica corrientemente, a través de referentes leales al gobierno, que pueden ser diputados, concejales, directores de hospital, agentes de oficinas municipales o provinciales, ONGs en apariencia, o simplemente allegados políticos. En tiempos electorales ejercicio se intensifica ferozmente.

Por otro lado, las actividades políticas que no son organizadas por el partido gobernante son estrictamente controladas, a través del seguimiento policial. Las marchas son vigiladas, los presentes fotografiados, se elaboran listados de las personas que participan, llevándose un registro bastante meticuloso. Entonces lo que sucede es que la gente tiene miedo de manifestarse, o de expresar algún tipo de oposición al gobierno. El pueblo se sabe vigilado y actúa en consecuencia, por temor a represalias laborales y económicas, como perder su empleo o contrato con el estado.
Los representantes de la oposición son constantemente agredidos, como fue mi caso, que durante la campaña para las elecciones del 2013 tuve que soportar ser objeto de maniobras tan sucias como ser llamado asesino, golpeador, violador, y hasta genocida. Terribles calumnias e injurias hacia su persona y su familia.
El estado provincial también controla los medios de comunicación. Los dos canales de televisión públicos en Formosa están en manos de la provincia, y los principales diarios locales dependen de la pauta oficial, ya que el gobierno es su principal auspiciante y así puede controlar sus contenidos. El gobierno también controla de esta forma a más de 60 radios.
De esta manera también puede vigilar la difusión de las problemáticas sociales. Éstas tienden a esconderse, y se incentiva a los funcionarios a no realizar registros oficiales de las mismas.
Todo no está perdido
Si bien la cadena de respaldo del gobierno es amplia debido a las dependencias que el grueso de los formoseños tiene del Estado provincial, Gildo Insfrán tiene miedo a perder el poder. Lo demostró en el 2011 cuando, a semanas de las elecciones a gobernador, promovió una reforma a la ley de lemas para los cargos de gobernador y vice-gobernador, que se sancionó luego de media hora de debate.
La campaña que precedió a las elecciones de octubre de 2013, demuestra también la pérdida de poder del gobierno provincial. Para vencerme como candidato a Diputado de la alianza opositora “Frente Amplio Formoseño”, quien se puso al frente de la campaña oficialista fue nada menos que el gobernador Gildo Insfrán, que utilizó todo su aparato y gastó alrededor de $60 millones de los formoseños en conseguir votos, llevar a votar entre 5 y 6 mil paraguayos, pagar remises, repartir dádivas a mansalva e incumplir la veda electoral inaugurando obras y haciendo anuncios políticos  aceleradamente los días previos a la elección. Pero los resultados definitivos fueron contundentes: el hombre que gobierna la provincia hace 19 años descendió del 78% en 2011 a casi el 62% en 2013, es decir 16 puntos menos en 2 años, y la oposición consiguió un alentador 35,7%.
Algunos datos.
De acuerdo al último censo, la provincia de Formosa tiene 530 mil habitantes, el 1,32% de la población total del país.
Registró en el primer trimestre de 2012 la segunda tasa más baja de actividad del país (34,5%). El sector productivo, industrial y de servicios solo genera el 14%  del empleo, es decir da trabajo a 26 mil personas.
El sector público, a través del empleo en la administración estatal y la obra pública, es el mayor motor de la economía provincial  captando  casi el 65%. Asimismo, es la segunda provincia con menor tasa de desocupación (1,8%), ya que  los planes sociales y las pensiones funcionan como subsidio de desempleo: casi 45 mil personas reciben pensiones nacionales por discapacidad y planes sociales.
Los niveles de ingresos son muy bajos, el 42% de los asalariados gana por debajo del SMVM.
Baja calidad educativa: La provincia de Formosa obtuvo un 54% de resultados bajos en el operativo de Evaluación Educativa  (matemáticas)- Secundaria (el más bajo).
Salud: Por cada 10 mil nacidos vivos mueren más de 12 mujeres, siendo la Tasa de Mortandad Materna más alta del país (Promedio país 7%oo); y por cada 10 mil nacidos vivos mueren más de 21 chicos (promedio país 12%oo).

El 95% de los recursos de la provincia provienen de Fondos Nacionales. Coparticipables, de asignación especificas, transferencias.

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