Es difícil que el libro que narra la década sea escrito durante la década mismo. Pero me parece que sí es el caso de Orden y Progresismo, el libro periodístico de Martín Rodríguez que relata desde un lugar raro e incómodo, pero sin concesiones, lo que hemos vivido. Y lo que estamos viviendo. Este océano difícil de contradicciones, épicas, demasías e histerias.
Orden y Progresismo se puede aconsejar -cuando los amigos te preguntan qué leer- por su distancia crítica, que no es equidistante de los hechos, con relación a lo que el twistar Coronel Gonorrea llama el “negocio del país dividido”. La ruleta rusa de los densos ultraK y los paranoicos ultrantiK. Que hacen de la discusión estéril su razón de vivir.
Hay vida y análisis por fuera de todo eso. Y Martín encuentra el tono. Sostenido por su calidad literaria, su oficio de poeta y sus incursiones filosas en el periodismo gráfico.
Martín fue integrante de La Cámpora, uno de los blogueros que irrumpieron durante el conflicto con el campo, trabaja los mediodías en Radio Nacional y escribe en el periódico del Grupo 23 que edita este diario, Miradas Al Sur, una columna dominguera ácida. Tiene innumerables libros de poesía. Escena donde siempre se destacó.
Está casado. Tiene un hijo.
Y para demostrar que es humano, se consiguió un defecto. Es amigo mío. Bue, nadie es perfecto.
Orden y Progresismo se puede aconsejar -cuando los amigos te preguntan qué leer- por su distancia crítica, que no es equidistante de los hechos, con relación a lo que el twistar Coronel Gonorrea llama el “negocio del país dividido”. La ruleta rusa de los densos ultraK y los paranoicos ultrantiK. Que hacen de la discusión estéril su razón de vivir.
Hay vida y análisis por fuera de todo eso. Y Martín encuentra el tono. Sostenido por su calidad literaria, su oficio de poeta y sus incursiones filosas en el periodismo gráfico.
Martín fue integrante de La Cámpora, uno de los blogueros que irrumpieron durante el conflicto con el campo, trabaja los mediodías en Radio Nacional y escribe en el periódico del Grupo 23 que edita este diario, Miradas Al Sur, una columna dominguera ácida. Tiene innumerables libros de poesía. Escena donde siempre se destacó.
Está casado. Tiene un hijo.
Y para demostrar que es humano, se consiguió un defecto. Es amigo mío. Bue, nadie es perfecto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario