domingo, octubre 19, 2014

No hay ningún fin de ciclo




El conjunto de ideales que la vieja choreó después de ser cómplice de la dictadura militar y fans de Cavallo, no está en un fin de ciclo. La que está en orsai electoral es la vieja, por chorra. Claro que esta simple verdad ofende al Partido Clarín, que necesita un oposicionismo visceral para seguir manteniéndose al margen de la ley, como a los beliebers K, que como todo mercenario necesita idolatrar a la vieja o en su defecto a su familia para poder seguir usufructuando del Estado en beneficio personal. Sencillo el asunto. Antes los mercenarios se hacían periodistas porque el enemigo era todo medio que no adule a la vieja llorona, ahora son los buitres, así que se abren cuentas en el exterior para luchar contra el imperialismo. Fuerza, Lázaro.
Que ningún plan económico puede funcionar si la presidente se levanta al mediodía y concurre a lo que entiende por trabajo, es decir, a elogiarse en la tele, de martes a jueves, es obvio. Pero también lo es que el cúmulo de demandas de derecha a izquierda pide más Estado y no menos. Y entonces, lo que está en juego es algo menos dramático que lo que las murgas del negocio del país dividido quieren mostrar. Es quién administra el presupuesto público.
Nada más.
Perdón por este toque de realismo.
Ya pueden seguir robando billeteras y llorando emocionadísimos porque Larry de Play habla. Es más, Boudou está organizando un pago especial para fin de diciembre a cambio de que lloren porque al gordo haragán le está por salir un diente de leche.
Empiecen ya mismo a llorar.

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