Por ¡novena! vez me llama de Personal uno de esos boludos entusiastas que pululan híper explotados por los Call Centers de un modelo económico sin destino. Está enojado conmigo. Que se joda. Yo no tengo la culpa de que los delincuentes de Personal le diseñen un guión bastante estúpido. Agravado porque son las 8 de la mañana.
-¿Con el señor Carrasco Lucas?
-Qué pasa
-Lo llamo para ofrecerle ser parte de la empresa Personal
-Ok, mandame las acciones a mi casa, pelotudo.
Solo el gobierno más corrupto de la historia democrática puede lograr que ni siquiera se pueda hablar por teléfono, por que las llamadas se corten a los 10 minutos, las empresas, todas extranjeras -con Menem por lo menos había empresas nacionales en el mercado celular, con la vieja neoliberal ni eso- que el cóctel se complete con el acoso, que el 3G sea una mentira y que bien africano todo, una vez que la vieja se patinó en aplaudidores la mitad de las reservas, les regale el espectro radioeléctrico a los principales monopolios a cambios de migajas, con promesas inciertas del 4G, con la banda de gánters de Julio De Vido y La Cámpora apurados por cobrar las coimas en divisas para cuando tengan que fugarse y todo bien sudanés del sur, como le gusta a Ricardo Forster, sea en nombre de la Democracia, la Santa Inquisición,el abono para palomas y los derechos humanos de los perritos chiquitos abandonados en la calle que morirán sufriendo mucho, mucho, mucho si no salimos a gritar que la vieja es lo mejor que le pudo pasar a la patria, que hay que dejarla que robe, pobrecita. Alá es grande.
Pelotudos.
Naturalmente, todo esto es posible porque el delincuente que cobra las valijas para Máximo les vende desde el gobierno el listado de usuarios de cada empresa a la otra empresa con la que ni siquiera compite.
Un clásico kirchnerista: roban, pero hacen el ridículo.
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