La estatización de los trenes de larga distancia es una gran medida. Hacia distintas direcciones. Más cuanbdo se conoce que los gánters de La Cámpora usaron para enriquecerse Aerolíneas Argentina: con ese dinero podríamos haber terminado con la pobreza, en vez de enriquecer a esta oligarquía político sin destino y subsidiar las fugas de dinero al exterior, los viajes de la clase alta y los costos empresariales del país. Es insalvable eso. De hecho, una muestra clara de que a Mariano Recalde le espera la cárcel es la absoluta soledad política con la que tuvo que salir a defenderse de haberse patinado 4.000 millones de dólares.
Los trenes, en cambio, son populares. Es cierto que esta estatización viene después de que la vieja y su familia se dedicaron a saquear los trenes asesinando a mucha gente. Ojalá terminen presos como corresponde. Pero el por qué de las medidas no agota sus efectos.
Contribuir al federalismo, a mejorar la vida de los trabajadores y a devolverles algo por parte de la oligarquía política es siempre una buena noticia.
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