jueves, diciembre 17, 2009

Internet y yo




 Yibuti es un pequeño país con capital homónima, donde se concentra el grueso de su población, más los exiliados de la guerra de Etiopía y Somalía. El resto de sus habitantes, en el resto de su territorio, son nómades. Estoy diciendo todo de memoria, sin buscar ni poner los links, cosa que no se hace. Se independizó de Francia en el 77 del siglo pasado y desde entonces está gobernada por el mismo  partido político. No tiene agua, ni recursos naturales, no tiene nada: de hecho, ¿debería haber un estado nación, ahí, o fue la colonización la que artificialmente los creó, diseminando etnias en conflicto y deshilachando los estados de los recursos naturales básicos para su subsistencia? Cuando en Arroyo de la China, en Concepción del Uruguay, en 1812, se declaró la independencia de lo que hoy se conoce como Argentina, quizás haya una clave de lectura. Quizás Pancho Ramírez, el Comandante Andresito, Gervasio Artigas, dijeran algo. Volvamos a Yibuti. La respuesta está en su economía: la más grande base militar de Francia, el país del colonialismo elegante, está ahí, y su PBI vive de la, ejem, "ayuda humanitaria" del colonizador. Porque desde ahí se transporta el petróleo, desde su puerto de abastecimiento.
Cuando tenía, creo que 16 o 17 años, leí la obra de Franz Fanon, un libro, quizás el más famoso, cuyo título no recuerdo. Me voló la cabeza, de todos modos, el prólogo de Sartre (lo mismo me pasó con no sé qué obra de Bukowski: el prólogo de Enrique Sims era mortal).
Hace un par de semanas, llovía, estaban cerrados los bares y los quioscos y me puse a leer sobre Yibuti. Desde internet, desde dónde, si uno sabe discernir, las fuentes son buenas. Como en las bibliotecas, hay que saber discernir.
Hay un oscuro, difícil disco de Juan Carlos Baglietto de 1982, que estoy escuchando. Nunca lo compré. No sabría dónde, o sí, podría, qué se yo, encontrarlo, pero me ahorré el esfuerzo con Taringa. Eso no se hace, ya sé. Tampoco conseguir ese maravilloso casette blanco con letras rojas de Mezo Bigarrena, eso no se hace. Los Condenados de la Tierra, así se llama, el libro de Fanon.
Podría, quién sabe cómo, pero podría, de algún modo haber hurgado para conseguir la película Eva de Losey, de los años 60, basada en La Banda de los Grisomm (¿se escribe así?) de James Chase, que de paso me enteré que se había peleado con Raymond Chandler (de quien supe su alcoholismo terminal y patético, su compromiso con la literatura, sus ansias de triunfar en el cine norteamericano) y amigo de Graham Greene. Que le gustaba, a Chase, menospreciar su literatura, a pesar de que Danniel Hammlet (¿se escribe así?) lo rescataba, que le gustaba la guita, elemento siempre clave de sus novelas. Escribió, Chase, más de 80 novelas. Menos que Agatha Cristhie, pero también, genial. Nunca me creí que el hombre no llegó a la luna, que la NASA tiene guardado un extraterrestre, que las torres gemelas las volaron unos marcianos irredimibles.
Hay, en Brasil, un muchacho que se llama Lucas Carrasco, y según Mi Pequeña, está muy bueno. Le faltó agregar que como yo, pero la dejo pasar. Saqué una receta de flan de remolachas y entendí en qué fallaba cuando hacía, de pendejo, barriletes.
Desde Facebook falté a dos reuniones de ex compañeros de curso, en algunas de las tantas escuelas adonde fui. Pero a una cena sí que fui, y escribí algo hoy sobre eso para una nota que mandé por mail. Hoy. La nota, presentí, era una porquería: demasiadas correcciones le hice, demasiado pensado, demasiado remanido; posiblemente estoy perdiendo mis encantos, chan.
La primer nota que me publicaron la escribí en una máquina de escribir. Se la llevé a Fabiola Claret, a quien no volví a ver desde hace 15 años, ahora es una de las seguidoras de este blog, eso dónde te anotás con una cuenta de gmail o yahoo. No supe qué se hizo de ella. En ese momento, con Claudio Cañete, me dieron buenos consejos. Los admiraba. Pero también quería comerme el mundo. De todos modos, esas cosas te van quedando. Cuando sos pendejo, es muy importante que alguien crea en vos.
Ya, ahora, camino más manso a la heladera. Mezclo vodka con hielo y limón. Me apaciguo, me modestio, me callo un rato. Pero sigo soñando con poder hacer música con los dedos, inventándome que el teclado es un piano.Pasa que ahora me da verguenza, y me da culpa esta verguenza. Leopoldo Brizuela, en el chat del facebook, me dijo: "llevo más de cuarenta años yo con esta verguenza, y vos te hacés problemas".
Supe cómo y cuánto hay que regar las azaleas y cuántos canallas del periodismo se nutren de seprin.
Ahora puedo ver los foros donde me putean anónimos que antes cuchicheaban en los pasillos. Y conocer las fotos de los hijos de mis amigos que están lejos. Y soportar esta falta de nostalgia; bah, dije otra boludez, pero queda linda.
La mayor parte del tiempo trabajo desde casa.
Leo investigaciones periodísticas hechas sólo con google, así de simple y contundente.
El árbol que tengo en la ventana donde escribo cada vez crece más y me tapa el contacto con la juventud. Las chicas que van a correr a la costanera, los chicos que pasan, a la madrugada, borrachos. Yibuti perdió 10 a 0 contra Uganda en las clasificatorias (jamás clasificó) para el mundial de fútbol del, creo, año 2002.
Apago el celular los días que me siento triste.
Mando mail aventureros, planifico, cuando estoy gracioso. Mi amigos me preguntan por mi perro Polémico. Al que le debo, todavía, un escrito final. Los velorios son amargos y horribles. Y debo un par de cosas para poner en el tintero a las muertes.A las últimas. Y lo más probable es que, de pronto, haya gente que no me conoce, quiero decir: que no conoce mi panza de cervezas simpsonianas, la voz ronca, las veces que me cabreo contra todos, y de todos modos, le preocupe. Ni bueno ni malo. Hay cosas que llegaron para quedarse. Y nosotros, que llegamos, para irnos. El viejo dilema. Y yo ya estoy delirando. Los jinetes de Mongolia en el desierto de Gobi deben ser tipos solitarios, es el país con menor densidad de población de la tierra. ¿Leerán la Historia Secreta de Mongolia, escrita en el siglo 13,  sobre el Temujin? Mongolia, al igual que Bután, son las únicas naciones soberanas donde la religión  budista tibetana es predominante. Bután está en el Himalaya, entre los gigantes Chinos e Indios. Si me fui viajando, los ojos en la pantalla, me fui de los devaneos del plomero, la ingratitud de la inmobiliaria, la última amargura de la militancia. Si el teclado no fue ni desafinado un piano, si ni siquiera una metralleta; o ese cross en la mandíbula que pegó Roberto Arlt. Al reinado de Bután escaparon los monjes tibetanos tras la represión al Tíbet del 59, en China, donde los cerdos consumen nuestro producto nacional de la República Unida de la Soja, este emirato sudamericano de los Grobocopatel y la Mesa de Enlace. En todo el reino de Bután está prohibido fumar cigarrillos. ¿Se puede estar de acuerdo con esa insensatez?.
¿No debería dejar de decir boludeces y acostarme a dormir?
Mi respuesta no es que no.
Mi respuesta es una larga, torpe, vengativa carcajada.









miércoles, diciembre 16, 2009

La tapa de Clarín





A esta tapa de Clarín, a nuestro juicio, le falta un poco más de onda. Una sugerencia, para la próxima.







Scioli-Mirta Legrand

Daniel Scioli y su esposa almorzaron con la anciana reaccionaria, Embajadora Cultural del gobierno de Santa Fe (nombrada por Hermes Binner), Mirtha Legrand, con hache.Las fotos y el video.








 

                

Sobre la construcción del discurso de Cristina




La presidenta me cae mal. No sé porqué. Coincido en la mayoría de las cosas que dice y, sobretodo, en las que hace. Pero, sinceramente, no me resulta una persona afable, simpática, cercana. Supongo que con ningún presidente pueden darse estas condiciones personales, sino la apariencia de las condiciones. Area en la cual trabajan los publicistas, asesores de imagen y demás. Y que, con mucha eficacia, logran, a mi juicio, tipos como Macri o De Narvaez.
Incluso, cierta rebeldía para con ese mundo de la patria asesora, como tuvo en sus inicios presidenciales Néstor Kirchner, pueden, también, resultar eficaces. Lagente, la desmemoriada y vanagloriada, tampoco come vidrio.
¿Qué será, entonces, que los adversarios y los enemigos, tan encarnizados, que las demandas tantas veces postergadas, te ponen, me ponen, tenaz en la defensa de Cristina, pero me cae mal? Yo creo en  la imposibilidad de la indefinición que, provisoria y precariamente, puede llamarse carisma. Y entiendo que eso no define rumbos, trazos gruesos de la construcción de la historia. Y que tampoco estos atributos carismáticos son del todo inmanentes, ni menos transhistóricos, ni agradables para todos los públicos y personas, y así sucesivamente. Pero que tienen su dimensión, módica en el discurrir de la Historia, que la gestualidad también construye, pero no define ni, digamoslo: crea dignidad.
Hay algo, quizás, del orden del discurso. Quizás.
Por ejemplo, cuando habla Carrió, yo puedo imaginar a la persona que construye como escucha. No me resulta agradable esa persona que construye como escucha, pero ese es otro cantar. En el cantar de los cantares, la polifonía implica que uno pueda crearse una imagen de un escucha, de la construcción de un interlocutor. La frase que acabo de escribir suena muy bien pero no la releas, es conceptualmente una obviedad y una pavada. Sigo.
No sé a quién le habla Cristina Kirchner. Y quizás debería razonarlo más. Pero tampoco sé a quién pueda importarle mi razonamiento. De modo que lo dejo acá. O no. Que total. Si me pidieran que sugiera algo, y dicho así rápido, yo sugeriría:

-hablar menos para acentuar más lo que se dice.

-participar en un par de programas televisivos, en el estudio del canal (y elegiría TN). Tiene con qué para aguantar la que se le vendría.

-convocar a la gente de a pie a algo. Por dar un ejemplo, a no comprar donde aumenten.

- asistir a una reunión de padres del colegio de la hija, o mejor aún (como hizo Kirchner en el 2003) hacerse un chequeo médico en un hospital público.

-anunciar la puesta en marcha de x cuestión que haya sido propuesta de algún radical o socialista.

- evitar las referencias a actos fundacionales. O el discurso es fundacional, que no lo es, o lo es el hecho y habla por otros ese hecho. Las referencias a viejas demandas que ahora se satisfacen, restan más que sumar. Porque además, se me hace, las constantes referencias a actos fundacionales, le quitan densidad a los hechos más pesados.


Bueno, por supuesto, todo esto que digo no tiene ninguna relevancia ni estudio ni conocimientos serios detrás. Perdón, pero me dieron unas ganas tremendas de seguir educando mi paladar, y cenar, salchichas con puré. Como las que hacía mi vieja. Viejos, no tanto pero sí, recuerdos infantiles. Claro que semejante alimento nutritivo a las 11,30 de la noche es difícil de conseguir, pero ya vengo, veré qué consigo abierto. De todos modos, tampoco quizás sea conveniente retocar el discurso hoy: quizás, que la oposición intente meter un par de goles en el Congreso, así sea que terminen, el Grupo A, metiéndose goles en contra, quizás no sea, hoy,  inconveniente.
Un estudio de opinión de la consultora Casa Tía & América 2 (Magnagement, que está en PDF y no sé cómo se linkea), dice que la imagen positiva de la presidente está en el orden del 20%. La consultora no es muy seria, pero los datos deben ser más o menos esos. Cambiar ahora, en vez de dejar correr esta sensación de alivio de la derecha acorralada, quizás no sea una buena señal.
Pero, qué se yo.






la reelección de Obama





El gobierno de Obama es un fiasco. Las iniciativas progresistas, prontamente disminuídas sus energías, están quedando en la nada. Con nobles, si se quiere, batallas. Por lo demás, el resto del mundo, bajo la amenaza de las armas, sigue y profundiza el pago de las deudas de los Estados Unidos.
Cae la imagen de Obama.
Y Obama, lamentablemente, es Demócrata, y los demócratas no son como Carter.  Ni de lejos.
Durante el 2010, Obama tiene que diseñar una estrategia para la reeleción.
Los países del tercer mundo tienen que cuidarse.
Cuando un gobierno imperial intenta tibias,  muy tibias reformas progresistas y termina en un fiasco, echa mano a una masacre humanitaria. A una invasión, a crueles torturas, a la destrucción carnicera, en nombre de los derechos humanos y la democracia. A Obama le sobran pergaminos para ser un carnicero fundante, es el primer Premio Nobel de la Paz que administra campos de concentración, masacres de civiles en dos países invadidos, y el país de las cárceles y los ciudadanos que viven de que el resto del mundo les pague sus deudas. Hay que tener cuidado.
Carter perdió la reelección, porque era "blando". No ser un carnicero paga poco.
Y ser progresista, pero pacifista, paga menos.
Todo bien con los Kennedy (tiene mucha mística entre los demócratas), qué se yo. Fue un carnicero.Sin embargo, la carnicería se le adjudica al presidente más progresista del imperio en el siglo 20: Lyndon Baines Johnson. 
Que también fue un carnicero.
Pero a Kennedy lo mataron. Y Johnson fue reelecto. En un abrumador plesbicito.
Y, quien sabe, pero es probable que en la formación política de Obama incida más Johnson que Kennedy.
Los que vivimos en un país del tercer mundo, tenemos que tener cuidado.