sábado, enero 16, 2010

Aguantar los trapos que se incendian.




Es psicológicamente comprensible que mucha gente crea que el dinero no es fungible, que el Banco Central debe ser autónomo, que es  supuestamente posible que lo sea y demás. No sólo por las traumáticas experiencias inflacionarias, no sólo por las ya olvidadas experiencias inflacionarias positivas (sí, también es comprensible que monumentales pavadas como "la inflación es un impuesto que pagamos todos" resulten creíbles; es casi la pata económica de la burrada máxima de la juricidad al palo: "mis derechos empiezan donde terminan los del otro") sino porque está en la naturaleza de lo social  (con ésta configuración social) temer por el futuro, por lo impredecible, lo efímero, la incertidumbre; suponer los éxitos como logro individual y los fracasos como forzados por el colectivo. Está en la naturaleza, flotando en el aire, el colmo del fetichismo de la mercancía. Que el dinero no expresa relaciones de poder. Que tener reservas, y tenerlas además de en cuentas operativas en depósitos en los Estados Unidos,  es quizás lo mejor posible, algo cerca de lo óptimo, pero no lo deseable. Nuestras reservas financian la vejez europea y sobretodo la obesidad yanqui. Y eso es una soberana cagada.
Pero así son las cosas.
La ausencia de audacia del conglomerado opositor ubicado a la izquierda, sorprende. Cierta postura de ingenuidad y purismo, también.
Pero más sorprende que el gobierno se deje acorralar por los Fondos Buitres, que no son solamente las asociaciones que bordean lo ilícito para jugar  a la quiniela de las finanzas globalizadas, sino los cuervos nacionales y populares que administran lo dado con una prudencia digna de mejor causa.
Este es un debate, de entrada, perdido.
La estudiantina sepia que propone el No Pago de la Deuda Externa es saludada en la cara grave de Nélson Castro, fiscal moral de la república perdida. Ahí no queda más que lamentarse.
Por las tres o cuatro cosas en las que sí están de acuerdo la "clase política", con mucho diálogo, amor y consenso. Mientras Macri en amarillísima camisa partidaria inaugura playas "como en Tokio, París y Amsterdam" su amigo Claudio Lozano propone no pagar la deuda externa con las reservas "de todos los argentinos" y respetando la Carta Orgánica del Banco Central. Al gobierno, cuando en TN lo defienden algunos de los que lo defienden, a mí me dan ganas de irme a dormir la siesta. Este debate, ya se perdió.
El niño obediente de Martín Redrado se rebeló, después de seis años de comunion y hostia, ante el almacenero que todos los días lo llamaba para ver "cuánto hay en el Banco Central".
Raúl Castell, en su saludable perseverancia por el ridículo, lanzó una idea interesante. Si efectivamente, al principio de la saga el gobierno "tomaba" 10 mil millones de las reservas "de libre disponibilidad" y destinaba 4 mil a un extra en las jubilaciones, y el resto al simpático Fondo Del Bicentenario; las quejas exaltadas de la autodenominada izquierda y los pucheritos en TN de la derecha, iban a nadar, como casi siempre, en el vacío.
(Dicho sea de paso, lo bueno de perder este debate es que quedó herida la marca Bicentenario, ante la fatuosidad vacua de los festejos que se avecinaban, una buena, por lo menos)Los dolidos intereses comunicacionales que claman por una crisis con la misma fuerza que la Mesa de Enlace por la lluvia, se enloquecen cuando no encuentran un sujeto social que los sustente, como sí lo tuvo "el campo". Así que el semanario Perfil le pregunta a la "gente de la calle" cuál frustración personal desea vomitar en la pantalla contra la Impostura, pero, en el fondo, la ausencia de cacerolazos en Punta del Este se debe a que nadie sabe muy bien qué se discute, ni porqué. Pasó lo mismo con las AFJP, con la Ley de Medios Audiovisuales, con la Asignación Universal. A diferencia de todos esos momentos donde la derecha quería crisis y la izquierda quería crisis,  ahora, en este debate, no hay un sujeto social del lado del gobierno. No lo hay, tampoco, del lado de la derechizada izquierda ni de la izquierdizada derecha, pero, a diferencia de anteriores ocasiones, tampoco del lado del gobierno.
Una sofisticada discusión sobre las tasas de referencia, las tasas para pagar vencimientos, el nivel de reservas, la posibilidad de tirar abajo la quita del 2005 no pagando ahora, etc, no es algo que le interese a mi abuela. Que lee El Diario de Paraná y La Nación, para enteresarse de las novedades (en los obituarios). No conozco a la gente de a pie, ni a la gente en la calle, ni a la gente común. Conozco a mi vecino que está asustado por los robos, a mi abuela que está indignada (desde hace 40 años) con los montoneros, a mi hermanita que recibe invitaciones en facebook contra La Yegua, y a la almacenera de la esquina, experta en finanzas internacionales, seguridad urbana, obras públicas, movimientos sociales, climas de mercado, presupuestos estatales, consejo de la magistratura, estadísticas inflacionarias, república y presidencialismo, reservas monetarias, accidentología, agricultura, mercados de Chigago y un par de cosas más. Todo aprendido en Telediario, por Canal 9.
Y a nadie de esos podría, si acaso lo intentara, explicarle la necesidad de que Redrado se vaya a su casa con las reservas de libre disponibilidad de dignidad humana que le quede. Si es que le queda.
¿Acaso no era más lindo el fangoso debate nacional cuando le cuestionábamos la policía a Macri, sustentados en una historia de acompañamiento a los organismos de DDHH, mientras en el congreso republicano pasaba sin problemas la apertura del canje de la deuda externa? ¿No era más cómoda esa impostura real, concreta, ¿necesaria?, lastimosa, que la impustura que propone la tilinguería cuando habla del botox, la kaja y otras boludeces por el estilo?
Con cariño, con consenso, con diálogo, como le gusta a nuestra derecha histérica, a ver si hacemos un anuncio social, corremos el arco, para que la hinchada no vea cómo le damos una buena patada en el culo al niño obediente que un día volvió a ser lo que siempre fue. Y nos planteamos una pequeña autocrítica de porqué el lobo está dentro del gallinero, con ese pelo tan cuidado, lindos ojos, buenos trajes, solvencia técnica. No me refiero sólo a Martín Redrado, eh.
Un saludo al Ministro de Economía.
Y al Director de la Anses.
Futuros republicanos consensuales, como martín Loustó, ex joven promesa.
Y después dicen que el gobiernoe stá sustentado "sólo en el PJ y la CGT".
Si así fuera, Héctor Recalde sería el ministro.





Diego F. ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Aguantar los trapos que se incendian.":

A mi me sorprende que se considere ingenuo plantear una auditoría de la deuda y que a muchos les parezca lo más razonable que la presidenta de la nación tire al voleo que "Una vez que el primer gobierno democrático y los posteriores reconocieron la deuda no hay manera de hablar de deuda ilegítima" cuando hay sobrados argumentos legales y antecedentes que plantean lo contrario. El Gobierno tiene que pagar mientras tanto, eso está claro, y lo de Redrado es un mamarracho; pero cerrar la puerta a una auditoría que permitiría con toda razón liberar muchísimos más recursos que el fondo del bicentenario es lo último que pensé que iba a escuchar por parte de Cristina. La renegociación y aceptación por parte de sucesivos gobierno no limpia el delito original; de hecho esto cuadra dentro de la doctrina del fruto del arbol venenoso.
Pero bueno, seré yo que soy ingenuo y purista.





Políticas de Estado 2

Bari2K ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Políticas de Estado":

ayer vino a mi casa la mama de dos niños que desde hace unos años pasan todas las semanas a pedir de todo un poco: comida siempre, pero tambien ropa, calzado o juguetes. La mama es la 2da o 3ra vez que viene.

es madre soltera

palida

flaca

entre los 20 y los 30 creo

primera vez que pidio dinero.

Despues de mas de un año de espera en el hospital habian operado a su nena (11 años) y necesitaba cosas que habitualmente no necesita.

Nos dijo que solo habia cobrado 88$ de la asignacion por hijos, que en ANSES no le explicaron que fue de los otros 200$ ni cuando se los daran. Trajo un papel del hospital para mostrar que era real la necesidad. No era necesario el papel, la semana anterior la nena me habia dicho que la operaban.

Con mi mujer nos quedamos hablando con ella un buen rato. Conteniendola un poco podria decirse. Se la banca. Se banca su vida aun, ¡pero a que precio!. Cada tanto intercalaba la frase "es dificil, muy dificil, no tendria que ser tan dificil. Uno sigue por ellos (refiriendose a sus hijos) pero no deberia ser tan dificil" o "estoy sola"

Tiene que haber sido linda. No es fea pero el dolor o la amargura le marcan la cara demacrada. Sin querer explicó su mal estado fisico: para mañana no tenia que darle de comer a los niños "yo no como, ellos son primero, pero mañana ni para ellos tengo".

Cuando hablaba pensaba en la catraca opositora que quiere ajuste para pagar la deuda; en tanta clase media de mierda que hay (mi vecino que pasó con cara de asco al ver pobres en el jardin que compartimos)

Anunciar y Ratificar



Políticas de Estado




La saludable medida de la Asignación Universal por Hijo no quita la imperiosa necesidad de un urgente programa para sacar a los indigentes de vivir en la calle.
Es vergonsozo, degradante, inhumano, y ofende los valores de toda la sociedad que haya ciudadanos durmiendo en la calle.
Sin dudas, que con un ínfimo porcentaje del Presupuesto, una ínfima eficacia y una ínfima voluntad política, esto podría resolverse.
Ninguna de las medidas tomadas en los últimos años, que efectivamente hicieron descender la pobreza y la desocupación heredadas de anteriores gobiernos (la actual oposición) logra llegar a las personas humildes que por distitnas situaciones viven en la calle desde hace años.
Fenómeno que se repite como parte de la escena de las grandes ciudades, ante una piadosa e hipócrita indiferencia y como parte de la educación de los niños: el mundo es feróz, quedarte afuera es lo peor que te puede pasar.
No hay mejor incentivo para una educación de valores negativos que la presencia dolorosa de ciudadanos en tan compleja, dolorosa y solitaria, situación.
Las solidaridades aisladas son siempre bienvenidas, pero valdría la pena una discusión sincera, profunda y urgente para paliar este drama.
Dinero hay. Recursos humanos y materiales, también.
Falta voluntad política.
Falta, sobretodo, sensibilidad.