lunes, noviembre 08, 2010
domingo, noviembre 07, 2010
Violento y Gran Concurso para jóvenes K
Hay que entrar en ese enlace. La nota no importa tanto (es de la serie todos contra los jóvenes, que amablemente, La Nación y Clarín entregan en fachísculos diarios). Pero, atención, atención, vamos a lo importante: estaban los capos de la juventud socialista Rubén Giustiniani y Hermes Binner, integrantes de las 2 corrientes del socialismo: la nada sonriente y la nada pura, respectivamente; de gira por la peatonal de Rosario, dónde mi primita compite con las amigas por quién tiene el mejor celular. Salían del local de la juventud socialista.
Pasó, por esa esquina, una militante de La Cámpora, encargada de la brigada Odio y Destrucción, sección Podarles los Rosales a las Viejitas, de Oroño y Salta, en Rosario, barrio populoso si los hay. Compañeros, la compañera en cuestión, tiene unos atributos tremendos, al punto que Binner quedó así:
Sí, compañeros, es la pura verdad. La joven K, doy fe, está muy buena. Pero no puedo decirles el nombre. Igual, al que acierte de quién se trata, hay un premio: una caja de fósforos autografiada por el Cuervo Larroque. Pero caja, eh. Caja K. Posta.
Ya abre el concurso a las 1, a las 2, a las 6,7,8!
Pasó, por esa esquina, una militante de La Cámpora, encargada de la brigada Odio y Destrucción, sección Podarles los Rosales a las Viejitas, de Oroño y Salta, en Rosario, barrio populoso si los hay. Compañeros, la compañera en cuestión, tiene unos atributos tremendos, al punto que Binner quedó así:
Sí, compañeros, es la pura verdad. La joven K, doy fe, está muy buena. Pero no puedo decirles el nombre. Igual, al que acierte de quién se trata, hay un premio: una caja de fósforos autografiada por el Cuervo Larroque. Pero caja, eh. Caja K. Posta.
Ya abre el concurso a las 1, a las 2, a las 6,7,8!
Usted sabe dónde está su hijo ahora?
El muchacho ése que señala la pantalla se presentó en la editorial diciendo que era íntimo amigo de Máximo Kirchner. Al muchacho ése que señala la pantalla le creyeron. Habían vendido 40 mil ejemplares de la fabulación planificada de Luis Majul -imprimieron 90 mil, sobreron (y retiraron en estos días) 50 mil ejemplares del plagiador vulgar- así que le dieron un anticipo. Al igual que a Leuco. Se venía una feria del libro preparada para mentirosos profesionales.
Lástima, se les murió Néstor. Adiós libro.
El muchacho ése que señala la pantalla, entonces, va a descargar las fábulas construídas en el diario Clarín y en sintonía con Perfil.
Se viene una campaña muy divertida. Que seguramente, les saldrá mal. Y el Cuervo Larroque pase a ser una estrella de rock. Y yo no pueda contar qué película estaba viendo ayer Julia, para no darle pasto a las fieras.
Se van a cumplir, dentro de tres años, la primer década desde el 55 en que el estado no hace mierda a una generación de jóvenes. Algo intolerable.
Hay una nostalgia de los 90 que se expresa como miedo a esa novedad tan vieja.
A mí, voy a contarlo, todo esto me divierte pero me preocupa. Profundamente. Me preocupa, de verdad.
Esquemáticamente dicho: me divierte porque hay una generación que se va a cohesionar un cacho más con esta corriente en permanente construcción, me divierte porque los adversarios, faltos de sofisticación, mientras hieren fortalecen. Me preocupa, al borde la desesperación, porque ayer, dos amigas, en lugares distintos, me dijeron "qué bueno que está Mariano Recalde". No, paremos la moto, eh. Acá el único soltero codiciado, soy yo. Tá? No jodamos, que sino se pudre todo de verdad.
Lo único que falta es que termine más virgen que el muchacho ése que señala la pantalla.
Mariano está felizmente casado, es más, parece la familia Ingalls. En cambio, yo tan solo en esta vida.
No es justo, Agustina, tené en cuenta: el muchacho ése que señala la pantalla, está científicamente comprobado, y lamento tener que dar esta noticia en el día de la primavera, pero este muchacho es un boludo.
sábado, noviembre 06, 2010
Los derechos de la gente como uno terminan donde empiezan los derechos de la gente como uno
Ayer, un grupo de “independientes” (quienes no pertenecían a algún partido político pero detrás de los cuales se puede ver, directa o indirectamente, la mano del gobierno), tomaron un avión por casi once horas. Con esta actitud, no han hecho más que continuar con la política de ocupación de la propiedad privada (aunque era un avión de una empresa estatal) y perjudicar la libre circulación de aeronaves garantizada en nuestra constitución nacional.
Ayer, hartos de esperar, los pasajeros de un avión de Aerolíneas Argentinas, que debía volar desde las 18 de ayer con destino a Tucumán, se apoderaron de la aeronave y estuvieron casi 11 horas en su interior.
Un diputado nacional, opositor él, pero seguro que atemorizado por el control K de la caja y los efectos que podría tener sobre su provincia, apoyó esta protesta a todas luces violatoria de los más sagrados derechos individuales.
El diputado nacional de la UCR por Tucumán, Juan Francisco Casañas, estaba entre los pasajeros de este avión y justificó la rebelión porque “hay que hacer valer los derechos” del ciudadano.
Sigue acá.
Me gustan los putos soberbios, no me gustan los orgullosos gay.
Pero yo, sigo sin entender.
Ojo, entiendo que los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos del otro. Por ejemplo, los derechos míos terminan donde empiezan los de Ernestina Herrera de Noble, y los de Ernestina terminan donde empiezan los de mi amigo Jorge, empleado bancario, que a su vez, finaliza sus derechos cuando empiezan los de Paolo Rocca, y creo que los del de Techint terminan -pero no estoy seguro- donde empiezan los de Mario Paulela. Y así. Muy lindo todo.
Ojo, entiendo que los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos del otro. Por ejemplo, los derechos míos terminan donde empiezan los de Ernestina Herrera de Noble, y los de Ernestina terminan donde empiezan los de mi amigo Jorge, empleado bancario, que a su vez, finaliza sus derechos cuando empiezan los de Paolo Rocca, y creo que los del de Techint terminan -pero no estoy seguro- donde empiezan los de Mario Paulela. Y así. Muy lindo todo.
Las manifestaciones de elegantísimos tacos. De disfraces procaces. De una provocación que puede asustar a mi abuelita -jojo, qué loco todo, eh- pero nada más.
Las marchas del orgullo gay, importadas sin beneficio de inventario de las más gélidas tierras reaccionarias, no han logrado muuucho más que el pintoresquismo hasta hace poco. Audiencia televisiva para esta neo excursión a los indios ranqueles.
La militancia tozuda, de colectivos organizados, sí, han logrado impresionantes avances si se compara a nuestro país con la región. Aún si con el mundo.
Ciertamente, es un error conceptual, seguramente, separar la militancia organizada de los vestidos de diseño exclusivo -y presunta y presumidamente despolitizados- que luego hacen de Marí Marí para las cámaras de TV. Ese desfile de rebeldiítas de pretendida insolencia que también sirve de pasarela y glamour. Una Susana Giménez bizarra, vendida como modelo de "lo gay". Orgullosamente. Para consumo de usted, señor, que no quiere quedar fuera del mundo -en plasma- que se viene. En comodísimas cuotas.
Todo bien, pero.
La afirmación de la diferencia tiene un estadio estratégico que es la asimilación natural -por la otredad- de esa diferencia, sin por eso anularla. Lo diferente no es antagónico a lo igualitario.
La despolitización del pretendido glamour, traviesamente sonriendo a las cámaras, se renueva como carnaval -en su aspecto (que los tiene) más conservador y elitista- año tras año diluyendo, muchas veces, los reclamos. Ojo, la sola visibilización de ese show implica la naturalización de lo diferente, pero quitándole densidad programática esa naturalización tiende, más bien, a ser conservadora. Queda viejo aplicar la dialéctica marxista, pero viene (como mecanismo de razonamiento de un proceso) al pelo. Pues no es la modalidad sexual la que se naturaliza sino la singularidad y la extravagancia. Muchas Florencia de la Vega, devenida en solamente V, muchas Moria Casán con pija, digamos. Pero la posibilidad -graficando- de explicarle al nene de jardín que es un travesti.
Tucumanas que hasta los 30 años gastan fortunas para pasear de putonas en los bosques de Palermo y luego, por supuesto, ya arruinadas, se dedicarán, en el mejor de los casos, a reclutar otras tucumanas más jovencitas, meterlas en una pensión y reproducirles el encanto de ser una barby. Todo muy naif. Me parece, con respeto. Quizás tendría más onda reclamar cupos de trabajo, se me ocurre.
La concentración frente al congreso -una de las tantas, a la que fui- para pedir por el matrimonio igualitario, tenía otros componentes. Me parece. Más políticos, si se quiere. Más, también, heterogéneos.
Pero ojo, quizás (seguramente) me equivoque y esté errando en el análisis. Explicame, Alex, vos que sos un cuadro en estos temas. Que me metí en un berenjenal.
Y en última instancia, si ni siquiera yo me entendí qué quería decir.
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