domingo, junio 06, 2010

Urribarri y Busti


Sergio Urribarri:
En otra indirecta para el peronismo opositor se refirió a quienes “supuestamente” reclaman federalismo. “¿Qué pretenden?”, se preguntó y continuó: “Qué vuelva el federalismo del 89 al 99 con frases como ramal que para, ramal que cierra. O el federalismo de (Eduardo) Duhalde, (Fernando) De la Rúa o (Carlos) Reuteman, que cada vez que aparece un tema difícil se va a la casa”, castigó.

No hay vuelta atrás: Urribarri candidato por el kirchnerismo, Busti, por afuera, aliado a la derecha.

sábado, junio 05, 2010

Las esquinas

Iba pensando, aburrido, en el colectivo; como si fuera un libro, de tapas duras, las distintas esquinas que tienen un significado. Si pensás así las cosas, vas haciendo una colección de fotos. Imaginadas, claro. Probablemente distorsionadas. Y hay esquinas que ni el nombre sé, ni sabría cómo volver. Pero las cosas interesantes, si te lo ponés a pensar, suceden en las esquinas, nunca a mitad de cuadra. No sé porqué, pero las chicas no besan a mitad de cuadra, ni te dan cachetadas ni se despiden para siempre sino es en una esquina. Pensalo. No son las plazas ni los bares ni los livings los que tienen la espontaneidad, la magia, la gracia, la ternura. Y tampoco sé porqué los ladrones no roban a mitad de cuadra, sino que te esperan en la esquina. Y en la esquina pasan los trolebus y los colectivos y en la esquina se frenan los taxis. No todos los taxis ni todos los colectivos ni todos los trolebús de Rosario paran en las esquinas, pero sí los importantes.
Hay una esquina, en Paraná, que me oyó dos veces discutir con dos chicas. Una, ya falleció, y la otra me olvidó, pero la esquina sigue ahí. Está la esquina de Esquina donde terminé a las piñas. Una en el barrio de Monserrat, o Constitución, por ahí, donde perdí mucha plata. Se me fue del blsillo. Y hay una, fue en los años 90, en calle corrientes frente al mercado del abasto, donde un peruano con una navaja muy ágil quería sacarme la guita que yo no tenía. Terminé hablando con el peruano. Me invitó, esa madrugada, a tomar unos pases. Esa esquina ya no existe: a pesar de que siguió el día laboral cuando murieron dos bolivianos albañiles, hicieron un shopping y la esquina se modernizó, ponele. Las esquinas no van al cielo cuando mueren y tampoco tienen tumbas, pero cuando se van, cuando sucumben al tiempo o a los arquitectos yuppies, no se pueden llevar los recuerdos. En la esquina de FM La Tribu conocí a Enrique Symns, y en la esquina de la casa de mi vieja  velaron a mi mejor amigo. Las esquinas tienen ese no sé qué. Me acuerdo que el jardín quedaba a mitad de cuadra; pero, con mi delantal anaranjado y la canastita con la merienda, yo me sentía llegado, del brazo de mi abuela, cuando doblaba la esquina: recién entonces me sentía llegado. Porque yo rayé esa esquina con una tiza azúl.  Una vez no quise ir al jardín (alegé aburrimiento: me castigaron, por supuesto, no dejándome jugar con la pelota en el patio) y no había facebook para ratearse, y no fui al jardín y la esquina me habrá extrañado. No supe ni sabré, porque las esquinas no hablan. Y cuando en la esquina cerca del boulevard me dejó mi primer amor, sentía que el mundo se me venía abajo y que nada más grave y aterrador podía sucederme: tener 15 años, de nuevo, qué lindo estaría. La esquina ésa, cerca del boulevard, habrá sabido de historias así, de adolescentes tristes, de despedidas y reconciliaciones. Guardó silencio la esquina, y tuve que esperar al tiempo para darme cuenta que nada es para siempre y nada es la hoguera final. Fue en la esquina de la escuela donde le toqué las tetas a Carolina. Y donde fumé mi primer pucho. Y donde planifiqué una guerrilla guevarista. Después, San Benito se hizo otra ciudad, la escuela fue haciéndose grande -y vieja- y a Carolina si la volviera a ver capaz que no la reconozco. Teníamos 13 años y un montón de sueños. A la semana, Carolina me dejó, y como venganza me puse de novio con su mejor amiga, Roxana, creo que se llamaba.
 Fue en la esquina de la entrada de mi casa, en Paraná, donde se jugaba a la escondida, donde se dibujaba la rayuela, donde subíamos los kartings que hacíamos de madera con rulemanes, y en la esquina de calle misiones cuando llovía y se inundaba  nos dábamos un chapuzón y nadábamos con una tabla de tergopol que nos regalaban en la heladería.
El libro con cada foto de cada esquina me duró bastante del viaje, casi 6 mil hectáreas de soja vistas por la ventanilla.
Después llegué acá, a mi casa, en Santa Fe. Vivo en una esquina. A veces viene Fernando a esta esquina para irnos a Paraná, a veces viene el Betta para irnos a Rosario, mañana pasa Degrossi para irnos a la radio.
Y tengo las ramas que me ensucian el balcón, un paraíso, y las hojas secas -sé que suena cursi, pero es así- me hacen acordar a mi pequeña.
En enero estaba en Clorinda, Formosa, en un hotel. Mi plan era quedarme a vivir ahí, buscarme un trabajo, no sé. El plan me duró una noche. Cuando una rata se asomó por el placard y una ex novia me mandó un mensaje. Ese hotel quedaba a media cuadra. Por eso no funcionó. Mi casa de acá queda en una esquina.
Me tienen podrido mis vecinos. Dicen que soy un quilombero. Tienen razón. Cuando empiezo a odiar la vida provinciana, pequeña, aburrida, tengo que irme. Y cuando me voy y no puedo, en 10 minutos y con suma urgencia, acercarme al río Paraná, empiezo a rabiar contra los subtes y los aeropuertos y el ruido y la gente nerviosa y triste y sacada.
No sé a qué iba todo esto, pero me gusta contarlo.

viernes, junio 04, 2010

¿Se viene el zurdaje?


Como explicita en la imagen el compañero Lino Barañao, la derecha tiene un plan, como Mauricio, en tres etapas:

1) Que la inflación, de la mano de lascorporaciones, se desate.

2) Generar un clima de cispación política y mal humor social

3) quitar las herramientas de gobernabilidad a través del Partido Judicial y el Grupo A legislativo (desfinanciando el estado, por ejemplo).

Ante este escenario, el informe de 6,7,8 y las notas de Artemio sobre la consultora trucha Buenos Aires City, se enmarca en desnudar justamente esta estrategia:






Lo de Buenos Aires City diciendo que estaban tramitando la homologación de la UBA es una chantada mayúscula, que hace, ya, derrapar al diario La Nación.
Del mismo modo, yo podría autodenominarme  como "investigador del CONICET" dado que hice un curso de investigación, por correo, para ser detective, que encontré en la revista Paturuzú. Es verdad, tá, debería aclarar que no logré aprobar el curso.

Ay, Chile, ay



A través de un mail que nos envía el hombre clave de las relaciones exteriores argentinas -Lino Barañao- nos enteramos de la persecusión judicial, política y violatoria de los tratados internacionales de Derechos Humanos, al periodista y activista mapuche Pascual Pichún Collonao. Esta persecusión sistemática -emprendida por el gobierno de centroderecha de la Concertaión y continuada con el actual gobierno de derecha- llega al colmo de aplicar una ley de Pinochet denominada, cínicamente, como Ley Antiterrorista. En Chile, a diferencia de la argentina, muy pero muy lejos están de considerar a los pueblos originarios ya no con acceso y derecho a la tierra, sino siquiera como seres humanos. Una verguenza, espantosa, en serio.



Por Comision Pascual Libre Argentina - pascuallibrearg@gmail.com

Pascual Pichún Collonao es comunicador mapuche, tiene 27 años, es alumno de la Facultad de Periodismo de la UNLP, Argentina y se encontraba en el país desde 2005, tras haber obtenido por parte de las autoridades argentinas la residencia transitoria. Es alumno de cuarto año, es colaborador ad-honorem en la Secretaría de Derechos Humanos de esta unidad académica, e integra distintos proyectos de extensión de la UNLP. Como comunicador participa de varios espacios de comunicación en defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

Fue detenido el 26 febrero del corriente año por personal de inteligencia de Carabineros en Temuco, Chile, está preso en la cárcel de Traiguén, junto a otros presos políticos mapuces.

Chile tiene en vigencia la Ley Antiterrorista que impuso Pinochet, lamentablemente esta ley hoy se aplica en los conflictos políticos y es considerada por los organismos de Derechos Humanos como una herramienta de persecución y represión que ha elevado a más de 70 el número de detenidos mapuces. Esta ley viola la garantía al Debido Proceso, y permite que sean los Tribunales militares quienes juzguen a civiles, testigos “sin rostro”, lo cual viola abiertamente la independencia e imparcialidad, requeridas por los tratados de derechos humanos ratificados por Chile, entre ellos el Pacto de San José de Costa Rica. A la vez que desconoce otros instrumentos jurídicos que amparan los derechos de los Pueblos Originarios en el ámbito internacional como el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial de la Comisión de DDHH de la ONU sobre los pueblos indígenas, instó al gobierno chileno a no utilizar cargos tomados de otros contextos, como el terrorismo, "a hechos relacionados con la lucha social por la tierra y los legítimos reclamos indígenas".

Pascual es considerado prófugo de la Justicia chilena desde 2003, cuando fue condenado a cinco años y un día de prisión, conjuntamente con su hermano Rafael. En esas circunstancias, fue procesado en un juicio claramente irregular, como autor de un atentado incendiario cometido a un camión maderero en el año 2002 en las cercanías del pueblo donde vive junto a su familia.

Paralelamente, incluso, al padre de Pascual se lo condenó con la Ley Antiterrorista que impone penas tres veces superiores para delitos comunes. En la actualidad, las comunidades mapuces denuncian que esta ley es usada exclusivamente para causas relacionadas con la movilización del pueblo mapuce en Chile, e identifican el caso de la familia Pichún como uno de los ejemplos más emblemáticos de persecución judicial y política por parte del Estado Chileno.

Buzzi el valiente amenazado postal



Evidentemente, el operador clave del gobierno -Lino Barañao- sigue trabajando a full, eh. O no. Porque la nota que acà se puede escuchar al intendente de Venado Tuerto, Roberto Scott, revela varias cosas: una es que el tipo sabe de temas agrarios, conoce a los verdaderos pequeños y medianos empresarios rurales y, además, tiene claro que Alfredo Buzzi, el valiente amenazado postal, es un chanta de acá a la China. Ojo que Venado Tuerto (qué nombre para un municipio, papá) no es una localidad precisamente pobre ni alejada de la vida rural, eh. Muy por el contrario.

Sobre los blogs (y la pudro, eh)

Mauricio, que es Macri



El rostro de un candidato político en una valla publicitaria


Ahí está:
No demasiadas resacas
No demasiadas peleas con mujeres
No demasiados neumáticos desinflados
Nunca pensó en el suicidio


No más de tres dolores de muelas
Nunca se saltó una comida
Nunca estuvo encarcelado
Nunca estuvo enamorado


7 pares de zapatos


un hijo en la universidad
un coche que no tiene más que un año
pólizas de seguros
un césped muy verde
cubos de basura con tapa hermética


seguro que le eligen.

Charles Bukowski

jueves, junio 03, 2010

Pato


 

 

 




"Todo empezó con el chiste que decía, lo tuyo es mío y lo mío es mío, no comprendimos que eso sería, lo que algún día nos heriría..."
Pato trabaja en una carnicería,
Moris, 1970


Pato no trabaja en una carnicería, pero sí vende salames al costado de la ruta, en el Valle de Traslasierra. Pato conoció a Moris en Palermo. Rosedales, novias de Flores, primeros cigarrillos... Por ese entonces vagaban junto al Pajarito Zaguri. Pato era rugbier del SIC y estudió Administración de Empresas. Después crecieron y se fueron del barrio.
Cuestión que una tarde de estas, Santiago me dice, ¡estuve con Pato! Así es: Santiago había encontrado a Pato trabaja en una carnicería, uno de los personajes ilustres del rock nacional, como Natalio Ruiz o el Capitán Beto. Resulta que Santiago estaba de viaje por Córdoba cuando llegó al puestito de Pato para comprar un sánguche para sus hijos. Pato se había encargado de señalizar la ruta en cada kilómetro con carteles anunciando  salame, bondiola y algunos dulces.
Parece que es como un viejo capitán, de barba, mitad pelado, mitad canoso. Para la época en la que Moris le dedicó el tema, Pato trabajaba en un banco.  Pato nunca trabajó en una carnicería. ¿Entienden? Santiago devela la metáfora 40 años después: la carnicería que cantaba Moris, en realidad era un banco.
Por la noche, Pato se sienta en una silla, toma una damajuana y se pone a lustrar una bala en honor a sus compañeros. Pato vive en el Valle desde que le allanaron la casa en el 78. Llegó con lo puesto. Tiene un hijo policía, una hija hippie,  una casa en Mina Clavero y el bulín al costado de la ruta, perdido en las Altas Cumbres.








Pato


 

 

 




"Todo empezó con el chiste que decía, lo tuyo es mío y lo mío es mío, no comprendimos que eso sería, lo que algún día nos heriría..."
Pato trabaja en una carnicería,
Moris, 1970


Pato no trabaja en una carnicería, pero sí vende salames al costado de la ruta, en el Valle de Traslasierra. Pato conoció a Moris en Palermo. Rosedales, novias de Flores, primeros cigarrillos... Por ese entonces vagaban junto al Pajarito Zaguri. Pato era rugbier del SIC y estudió Administración de Empresas. Después crecieron y se fueron del barrio.
Cuestión que una tarde de estas, Santiago me dice, ¡estuve con Pato! Así es: Santiago había encontrado a Pato trabaja en una carnicería, uno de los personajes ilustres del rock nacional, como Natalio Ruiz o el Capitán Beto. Resulta que Santiago estaba de viaje por Córdoba cuando llegó al puestito de Pato para comprar un sánguche para sus hijos. Pato se había encargado de señalizar la ruta en cada kilómetro con carteles anunciando  salame, bondiola y algunos dulces.
Parece que es como un viejo capitán, de barba, mitad pelado, mitad canoso. Para la época en la que Moris le dedicó el tema, Pato trabajaba en un banco.  Pato nunca trabajó en una carnicería. ¿Entienden? Santiago devela la metáfora 40 años después: la carnicería que cantaba Moris, en realidad era un banco.
Por la noche, Pato se sienta en una silla, toma una damajuana y se pone a lustrar una bala en honor a sus compañeros. Pato vive en el Valle desde que le allanaron la casa en el 78. Llegó con lo puesto. Tiene un hijo policía, una hija hippie,  una casa en Mina Clavero y el bulín al costado de la ruta, perdido en las Altas Cumbres.