jueves, septiembre 17, 2009

Más sobre Marley


Como presumo que muchos, sino todos, los pocos lectores que tenga este blog habrán visto, por tele o en el recinto el debate de la Cámara de Diputados ayer sobre la Ley de Medios, hasta ahora me ha sorprendido, entre los comentarios, o los escritos en distintos soportes que voy leyendo, que nadie, pero nadie eh! elogie la simpatía, disponibilidad, ecuanimidad, pluralismo, docilidad, buenas maneras y trato respetuoso de Eduardo Fellner, el ex gobernador jujeño actual presidente de la Cámara de Diputados.

Un pelotudo importante, la verdad.

Cuando Patricia Vaca Narvaja tomaba la presidencia, el contraste era nítido, y contundente.

Es obvio que la mayoría de los diputados presentes en la sesión querían lucirse ante la tele, y es legítimo, y parte de la configuración de la modalidad que hoy asumen las disputas entre distintos grupos de interes al interior de las instituciones, uooopa, qué párrafo me mandé, eh!; bueno, ¿en qué estábamos?, ah, esto: y la rutina legislativa, siempre gris, siempre aburrida, se adecúa en cierto modo al vértigo y necesidad de simplificación del periodismo, todo bien, incluso hasta sería posible que en los discursos los diputados usaran puntos y comas en vez de "señor, presidente"; tener que dirigir el discurso a la presidencia no implica nombra al muy señor presidente a cada rato, fastidia un poco y rompe las pelotas, pero es una costumbre y la rutina tendrá, qué se yo, su seducción; ahora bien, bajo acuerdos legislativos, pedidos de bloques, o bien bajo votaciones en el recinto, se estipula cuánto y quiénes hablan para cada tema. Y es ciertamente algo boludo que los monobloques quieren opinar sobre todas las comas e íes y dos puntos de cada cosa que acontezca, revelando que reemplazan las tácticas institucionales para organizar correlaciones de fuerzas por el mero show dedicado a una platea generalmente porteña; pero....así son las cosas. Y no es el Presidente, perdón, el Señor Presidente, el que "da" la palabra, sino la institución la que regula el uso de la palabra. Puro formalismo, del que ahora se han enamorado las hijas y viudas de Menem y De La Rúa, pero que jerarquiza el trabajo legislativo, y le da cierta ecuanimidad necesaria ante la abundancia de sohwman que incentivan varios factores, como los avances tecnológicos informativos y la generosidad institucional para contener minorías recontra minoritarias en la Cámara de Diputados.

El constante fastidio, la falta de respeto, el asomo de autoritarismo en la voz de Fellner hasta puede ser disculpado por tantas horas de tensión y de trabajo; por la sobreactuación de Diputado-Trabajando-Como-Quiere-y Supone-Doña Rosa, pero resultaba chocante y molesto.

Eso es lo que explica porqué, una ignota diputada -Carolina Moisés- de su partido y de su provincia, se haya lucido en un debate donde nadie se acuerda del Presidente, perdón, el Señor Presidente de la Cámara de Diputados.

Flojo, che.

Tené en cuenta, Fellner que nosotros, miembros honorarios del Club de Fans de BOBo Marley; consideramos la simpatía, la sonrisa, la buena onda y el espíritu pum pum como uno de los mayores atributos de la gente, y del campo.

1 comentario:

  1. Toy viejo, no entendí si era pura ironía o no. Con lo cual le cago el post. Mis respetos en todo caso

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