Un chiste de la UIA y la Sociedad Rural

Es graciosa, si uno tiene cierta experiencia de cinismo, la Sociedad Rural. Siempre lo fue. Criminalmente graciosa. Ahora, la sucursal de la Asociación Empresaria Argentina, los sojeros que alquilan sus empresas a Brasil nucleados en la Unión Industrial Argentina, de nefasto pasado, se han sumado, a la Sociedad Rural para pedir un subsidio, para ellos, "universal". Sólo para ellos, pero universal.
Así están las cosas.
Pidiendo una devaluación que les licue costos y deudas, a cambio del salario de los trabajadores -y de la universal asignación familiar y de las jubilaciones universales. Pero, puestos a la moda de la derecha sensiblera, piden un tipo de cambio "justo, equitativo y universal". Uno no sabe si reírse o llorar.
Acá la noticia. 

"Hay que poner fin a la confiscación de la renta, que provoca la asfixia económica de la actividad privada, evitando que sea utilizada como herramienta de dominación por parte del poder político", manifestó.

 La alícuota para la exportación sin elaboración de soja móvil, con los precios internacionales siemrpe oscilantes pero en ese momento por las nubes, les parecía confiscatoria, con su oportuno constitucionalista que anunciaba una cláusula oculta que daba "el 35%". Bueno, sigue siendo "confiscatorio" tener un dólar diferencial para distintas exportaciones; porque los empresarios primitivos, perdón, primarios, quieren apropiarse de la totalidad de la renta producto jamás de ninguna habilidad empresarial, sino heredades (por las que tampoco pagan impuestos) subsidios, transferencias de ingreso y demás. Amarretes hasta el hartazgo, impresentables socialmente, la derecha se crucifica al poner como estandarte moral a tipos inmorales que sólo buscan maximizar ganancias a través del estructuralmente inviable modelo que proponen.
Pero, bueno, si los socios de la Sociedad Rural están contentos de tener a tipo como Biolcatti al frente, qué se yo.