martes, diciembre 08, 2009

Leandro Losada

 El diario crítica de Aerolíneas Argentinas sigue saliendo -yo pensé que ya no- pero todavía parece dirigido por la estrella del Maipo, Jorge Lanata. (Las negritas para leer este reportaje, son mías)

 

En contra del lugar común (¿?) que responsabiliza a la oligarquía política de la generación del ochenta de los males del país, el autor de Historia de las elites en la Argentina, polémico (¿?), sostiene que su hegemonía no fue ni tan poderosa ni tan duradera como se cree (o sea que no fue hegemonía, pero ojo, estas tonteras las dice el autor del reportaje).


Emiliano Gullo
08.12.2009

Fracaso (esta calificación de la nota se le escapó al director). Para Losada (no, para el autor de la nota), el error (¿error?) de las elites es no haber podido procesar las demandas de la sociedad de masas después de la Primera Guerra Mundial.
“Las clases dominantes fueron las principales responsables de no encarar un proyecto industrial”. “Las elites económicas se enriquecieron a costa del Estado argentino y se opusieron constantemente al crecimiento de los sectores populares” . Éstos son algunos de los tópicos que el investigador Leandro Losada desmantela (desmantela?) en Historia de las elites en la Argentina. Desde la Conquista  hasta el surgimiento del peronismo(desde la conquista hasta el surgimiento del peronismo hay más de 500 años). Y asegura que el esplendor de las elites “sólo abarca de 1880 a 1916” (ponele, pero entonces de 1880 para atrás...), y se asombra de “la eficacia que tiene en un nivel social y político el relato que inscribe a la oligarquía contra el pueblo”.

En este estudio, publicado por Sudamericana, el historiador desnuda (desnuda, desmantela) el esqueleto sobre el cual se desarrollaron los sectores dominantes y remarca el rol que desempeñaron en el crecimiento económico de la Argentina de finales del siglo XIX. Sin maniqueísmos (no, si desmantela y desnuda solamente), señala que el perfil parasitario de estos grupos es un fenómeno inscrito en la democracia (humm: ¿no acaba de decir que de 1880 a 1916?) y destaca que “si esa oligarquía existió, construyó un país que terminó expulsándolos del poder” (ergo, o no existió y no los expulsó) con el ascenso del radicalismo, en el 16.

–¿Qué piensa sobre las visiones que responsabilizan de alguna manera (de alguna manera, tendré que olvidarte...) a las elites de no tener un proyecto industrializador?

–Ése es un retrato que tiene un viso de realidad (un viso de realidad) en la actitud que tuvieron frente a la Argentina democrática (o sea, después de 1916, con la democracia). El problema es que se extrapoló eso hacia atrás, pensando que siempre fueron eso (ok, no de 1880 a 1916). Si a la Argentina le fue bien (le fue bien) cuando la llamaron (¿la llamaron?) el Granero del Mundo, no sólo fue por las bondades del mercado mundial sino por el empresariado, que supo aprovechar esas oportunidades. El perfil rentístico, parasitario, con una mirada cada vez más conservadora desde lo social y lo político, es un poco forzado. Cala más en el período de entreguerras (CALA MÁS EN EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS).

–Pero las elites no se caracterizaron por la apertura del juego (este muchacho sí que es agudo, eh).

–Son fenómenos de la Argentina democrática. Claro que les genera mucho recelo la apertura del juego político; no tanto por la democracia en sí misma sino por cómo se manifiesta. Sobre todo se amplía el juego social: eso es lo más incómodo para los sectores propietarios (o sea, son parasitarios, cerrados y conservadores sólo cuando hay democracia. Cuando no hay democracia están más tranquilitos).

–Usted destaca que las elites no siempre tuvieron intereses en común. ¿A cuáles se refiere (¿a cuáles elites o a cuáles intereses?)?

–La fuerza de trabajo rural, que muchas veces era demandada por las elites políticas para movilizar tropas en las guerras y la fuerza de trabajo en el campo, era escasa hasta que vino la inmigración en la segunda mitad del XIX. Eso generaba una gran tensión con los sectores propietarios.

–Pero debían de tener más coincidencias que conflictos.

–En la Argentina de 1880 a 1916 hubo menos tensiones que antes y que las que iban a venir después (¿Porqué será?). La configuración del país en ese momento era más favorable a las elites (ah, por eso), que comandan el crecimiento de una economía que genera concentración de la riqueza. Particularmente, en la elite pampeana. En la política, existe un régimen oligárquico que permite a las elites tener un control de la situación, una hegemonía (je). Las bases de sus posiciones están más sólidas, en lo político, en lo económico y en lo social, con un nivel de vida y de ostentación que nunca más tendrían y que no conocían hasta ese momento.

–¿Cómo influye la inestabilidad del escenario económico-político?

–Hasta la mitad del siglo XIX, tienen un nivel de conflicto entre sí; además, las elites económicas miran con desdén lo que pasa en la política, nunca termina de haber un orden (onda que la resolución de la battala de Caseros algo influyó). Están atravesando un proceso de recomposición muy fuerte y un problema adyacente es el control de los sectores populares; resuelto medianamente con el rosismo. Todo se ordena después de 1852, más aún del 80. El momento elitista de la Argentina es bastante efímero, ya que va de 1880 a 1916; sólo gobernaron 30 años (después, como dice el autor, despreciaron la democracia de 1916 hasta el 30, pero el perfil de la oligarquía más rancia se desarrolla entreguerras: del 30 al 45).

–Eso choca con las miradas que ven una oligarquía omnipotente que recién es destronada por el peronismo (eso choca con las ideas que vos querés combatir, leé bien lo que te está diciendo).

–Es que en esos años también se produce un fenómeno de transformación fenomenal y de inmigración vía el mismo crecimiento económico, que hace que esa sociedad que ellos mismos controlan rápidamente se transforme, pase a ser otra cosa: una incipiente sociedad de masas. Por lo tanto, ese mismo cambio en las estructuras sociales reacomoda el lugar de las elites (lo que dicho de otro modo, crea las condiciones para un gobierno no oligárquico).

–¿Las elites no supieron canalizar las demandas de participación, como sí pudo el peronismo (no, porque "canalizar demandas de participación" no es una kermese)?


–Después de la Primera Guerra Mundial, todos estaban esperando que el mundo volviera a la normalidad. No poder procesar las demandas de una sociedad de masas, desde un sistema político excluyente o desconociendo los cambios que habían aparecido en lo económico y en lo social, hicieron que fracasaran. Si esa oligarquía existió, construyó un país que los terminó expulsando del poder (sino existió, entonces no fue expulsada, lo cual es lógico porque no se expulsa a quien no existe. Más allá de eso, la tesis no es nueva -muchos historiadores enrolados en el revisionismo histórico sostienen esto mismo- y es muy interesante).

El mito fraguado de la oligarquía contra el pueblo (este pibe para interpretación de textos es re avispado, eh)

–El Gobierno acusó (¿acusó? es una categoría política, pibe) al campo de “oligárquico”. ¿Cuándo comenzó esa oligarquía? (Je, qué linda la pregunta, eh: si mi novia me acusa de idiota, y yo lo niego, después no le voy a contestar cuándo comenzó mi idiotez)

–En el siglo XIX (pará, ¿existió entonces la oligarquía que fue expulsada del poder porque creó sus propias armas de expulsión?), tampoco sería un retrato muy adecuado porque había una estructura de la tenencia de la tierra mucho más heterogénea (bueno, la derecha progresista de Sebrelli, uno de los primeros estudiosos de las familias oligárquicas desde la sociología, dice lo contrario: hoy la tierra no está concentrada por el despliegue de los árboles genealógicos. Pero este historiador está diciendo que antes la tierra estaba más repartida). En realidad, forma parte de un relato histórico de la Argentina que inscribe a la oligarquía contra el pueblo; que tiene un anclaje fuerte en el revisionismo histórico y que evidentemente a nivel político y social tiene eficacia. Si el Gobierno ve en el campo a la oligarquía, el campo ve en el Gobierno al peronismo de 1945. Cuando, en realidad, ni el campo tiene nada (nada) de oligárquico, ni el Gobierno tiene nada (nada) del primer peronismo ( pasa que la historia no se repite, jamás, pero dota de eficacia a los discursos políticos. Y por eso mismo, por esa eficacia, es que decir que en el principal clivaje político del año pasado nadie entendió nada es como mucho, eh. Sobretodo porque si el campo ve en el gobierno al primer peronismo que le jodió la vida y el peronismo ve en el campo a la oligarquía que combatió al primer peronismo, tienen algo de esos sujetos históricos, por lo menos, los mismos adversarios).

–¿Pero cree que el discurso de la “oligarquía contra el pueblo” es un mito (¿dijo creer eso el entrevistado?)?


–Claro que hay elementos de la realidad para pensar en esa clave. (o sea, nunca dijo eso. Y otro o sea: todo lo que dijiste antes fue un exceso o una figura retórica: eso de los "nada". Porque, considerás, "hay elementos de la realidad") Había gobiernos fraudulentos, con los partidos de masas proscriptos, y sectores propietarios cercanos a esos gobiernos; que al mismo tiempo en sus propias conductas económicas han dejado de ser actores dinámicos (onda que no son conductas muy mitológicas). Es una suerte de mito que se va fraguando (¿Sí? Ah, disculpá, a mí me parecía que decías que no. Pero lo entiendo como inscripto en la eficacia de los discursos, que requieren discernir y extrapolar elementos de la realidad y de la historia. Y además, no dejarlo al entrevistador, que simplifica porque no entiende, tan en pelotas). Son sectores a los que se les ha dado una omnipotencia (¿quién les dio esa omnipotencia? ¿podés citar a alguien?), un poder que tuvieron pero no durante demasiado tiempo y no necesariamente en 1930 (vos dijiste antes que sí). Más que nada porque el orden de los 30 terminó probándose totalmente ineficaz (alta falacia: entonces fue ineficáz el segundo gobierno de Irigoyen, los gobiernos de Perón, todas las dictaduras, el virreinato, en suma: es historia contrafáctica. Si la ineficacia logró gobernar, con tensiones y vaivenes, pero con continuidad por lo menos 13 años y durante el tumultuoso período de entreguerras, entonces...) . El peronismo existe en la Argentina porque en esa década no se pudo expulsar al radicalismo como un “vicio” y tratar de darle una salida política a todo eso (de acuerdo, pero dale también algún mérito al peronismo y al radicalismo: sino parece que la historia la hacen solamente, eficáz e ineficázmente, la oligarquía: esa que no existe). El fracaso de esa época no se entiende sin el peronismo (la afirmación es cierta, tanto cómo que el peronismo no se entiende sin la década anterior. Y la década anterior sin el rol del radicalismo. Y así sucesivamente. Pero, sólo basta destacar que desde 1880 hasta 1916 y desde el 30 al 45, la oligarquía, que despreciaba la democracia, sólo gobernó durante 51 años y la democracia sólo 24 años. Y que Irigoyen y Perón no pudieron terminar su mandato, aún cuando no renunciaron. Para pensar, diría Arnaldo Pérez Manija, ése que también va de a poco fraguando mitos)

Fuente:
http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=35197

3 comentarios:

  1. Realmente patetico el pensamiento del pibe, y peor el del que titulo, entendiendo lo que tenia ganas. Lei hoy temprano esa nota en critica y estuve puteando 10 minutos escribiendo un comentario que, como es usual, no salio. Hay que ser un reverendo hijo de puta para soslayar que lo unico que hizo la oligarquia es dejar de dar la cara, para manejar la sarten desde las sombras. O acaso todos los milicos con sus golpes no estuvieron fuertemente apoyados por atras por una caterva de olgarcas civiles buscando explotar el poder para su beneficio economico?

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  2. Yo pensé que el lugar común que nos enseñan de chiquitos era que esas elites fueron las que hicieron grande este país. Ahora me vengo a enterar que el lugar común es lo contrario. ¡Ademas dice que a la Argentina le fue bien cuando la llamaron el Granero del Mundo!! Tiene apellido de quienes se consideraban "La Argentina" en esa época, tal vez como descendiente piense que si les fue mal a los indios y los peones, es obvio que no eran "La Argentina". Puras sonceras y tilingaje (el reportaje, habrá que comprar este libro también, je)

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  3. obvio que hay que comprar el libro!!! (digo, tampoco es cuestión de pelearnos con todos, je)

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