miércoles, diciembre 23, 2009
La Posse que siempre falla
Bueno, se acerca la festividad por la tortura de un tipo hace 2000 años y todos se ponen un poquito más buenos y más borrachos (qué sería que el mismísimo hijo de María y el Espíritu Santo -nunca entendí el rol del cornudo de José en toda esta historia- se reencarnara de vuelta y apareciera con su taparrabos en algún festejo bolichero de navidad: lo sacan a los bolzasos los patovicas) como corresponde al paganismo cristiano de los que son "creyentes, pero no practicantes". Nosotros, bah, yo, que soy "practicante, pero no creyente" no podía quedar atrás y decir algo que se me ocurre pero con la mejor onda. Con lucecitas de colores, burbujas y espíritu consumista, como cuaja.
Cuando fulanito o menganito quiere ser presidente, generalmente se propone, antes del fragor real de la campaña, de la coima a los empresarios de medios y la rosca con los futuros funcionarios se propone dos cosas que siempre salen mal, pero siempre se repiten: conformar un grupo de intelectuales prestigiosos y viajar por el exterior como estadista.
Macri, se ve, tenía las dos cosas planificadas, pero los escándalos le marcaron los tiempos: con el bufón de España, Juan Carlos (hay que tener ñoquis de esa envergadura, eh: qué país, España, qué país) y acá le salta el despelote de la forzada renuncia del Fino Palacios. No pudo mostrarle a Aznar, el derechista ideológico que arma la derecha más brutal en estas pampas fértiles yprogresistas, ni al compañero del socialismo del gran capital, el lobysta de Felipe González, no les pudo mostrar que él era la cara de un Piñeira chileno en la Argentina.
Ayer, cuando presentaba los 800 oficiales de la policía porteña, la renuncia de Posse le arruina esa fiesta cívica: por primera vez, los porteños iban a probar el amargo sabor de tener una policía provincial. La fiesta, otra vez, quedó empañada.
Es un clásico en la construcción de la imagen de "estadista" esa boludez: visitar el gran ñoqui de españa, algún funcionario de Francia, viaje inaugural a los Estados Unidos, en lo posible hincarse en la dictadura teocrática del Vaticano, y juntar un puñado de licenciados de la UBA para venderlo como planificador estratégico para los próximos siete mil trescientos cincuenta años de políticas de estado consistentes en todas las áreas, desde la CONEAU hasta la floristería de las plazas formoseñas.
Siempre fracasa, el asunto. Y sino, la gente de a pie, suele tener la mala leche de no compartir la euforia de los micrclimas de campaña. Fea la actitud, eh.
No hay caso, señores, ya lo dijo el compañero Otto Vargas, si la cosa no funciona, para qué cambiar nosotros: hay que cambiar de pueblo.
En fin. ¿Cómo vamos con la unidad del centroizquierda? ¿El compañero Lozano no se pone celoso en Navidad, porque sólo se recuerda a Cristo y no a su encarnación, eh, que viene a ser, justamente, él?
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Che, yo no se mucho de ritos católicos, pero ahora creo que no se festeja la tortura aquella, sino el nacimiento. Lo de la tortura en la cruz se feteja en Pascuas.
ResponderBorrarCambiando de tema, recién leí una declaración de Posse que pensé que la había ecrito Degrossi. Dijo Posse en la radio: "No soy xenófobo, hace 50 años que estoy casado con una alemana" ¡Brillante!
Sí, lo de la alemana lo leí hoy. La verdad que muy gracioso.
ResponderBorrarRespecto a las "torturas", de chico siempre me intrigó esa mención del calendario al 1º de enero como "circuncisión de N S Jesucristo".
Le pregunté a mi viejo y me dijo que era la circuncisión judía.
Podríamos entonces decir, en vez de "antes o después de Cristo", "antes o después del tijeretazo"?
Saludos y felices fiestas,
Andrés
"No soy xenófobo, hace 50 años que estoy casado con una alemana"
ResponderBorrar¡Es buenísimo! Posse es un groso, yo lo contrataría para bailando por un sueño.
Pobre Mauricio, no le sale una che.
Salutes.