viernes, febrero 12, 2010
Cómo hacer un huevo frito
Pero uno de verdad, eh. No algo todo roto, desparramado, con gusto a tergopol pasado en aceite. Un verdadero huevo frito, crocante y con la yema en el punto justo.
El miércoles cumplo 32 años- tengo una mala noticia que darles a la mitad de los lectores: me hice un chequeo médico y estoy muy bien de salud, lo siento- y me costó 31 años aprender a hacer un huevo frito. Como la gente. La gente también es crocante, espumosa, volátil y efímera.
La cosa comenzó así. Durante mis primeros 9 años de vida, resultó completamente normal que no sepa hacer un huevo frito. De hecho, mi vieja, que me escondía las aspirinetas porque yo era adicto, no me iba a dejar andar jugando con aceite hirviendo. Ingenua, pero no boluda, mi vieja. Bue. Salteemos la etapa de la adolescencia, porque ahí solamente me importaban las chicas. Además, vivía con mi abuela que los hacía -hace- con una sutileza irritante, para un inexperto, que envidia, como este cronista.
Arrojado al destino cruel de la existencia sin más compañía que una inmensa soledad -qué frase cursi, eh- aprendí, a las patadas, a cocinar, diría que, decentemente. Incluso, he escrito algo sobre eso. Siempre, por cierto, exagerando y pretendiéndome virtudes -como cuando hago análisis políticos- que no tengo, pero eso es parte del folklore. Sólo unos pocos conocemos la dura cruz que cargamos los vanidosos, señora. En fin, que me las arreglaba y hasta me gustaba, ese acto solitario, ritual, sensual también, de cocinar. Pero, huevos fritos, jamás. Se me deshacían, quedaban quemados, parecían una babosa envuelta en una telaña, qué resentimiento, a la larga lista de frustraciones se agregaba la "verguenza de no saber hacer un huevo frito". Lacan, en su seminario "La mujer no existe" donde explicaba que la señorita gracil y divina, pasados algunos años se transformaba en esa loca que te grita todo el día, estudió el síntoma de la "verguenza de no saber hacer un huevo frito" y, didácticamente, lo explicó como otra manifestación del Grafo del Deseo. Decía Lacan que, como el deseo es el deseo del otro, uno deseaba un huevo frito bien hecho porque proyectaba el deseo insatisfecho de que tu abuela te venga a cocinar.
Usted, quizás, piense que todo hombre que supere la barrera de los 30 es sin dudas un atorrante. Fíjese que no. Nada que ver. Vea mi caso, por ejemplo. Recibo la circular de la Liga de Madres de Familia, doné 3 dólares a Greenpace y en Facebook soy fan del Canal Encuentro.
Y un grandote y algo pavote, no va a ir a su abuela a pedirle la receta...para un huevo frito. Naaa, convengamos.
Aunque no se crea, esto me afectaba. Y una noche de borrachera atróz, le pregunté a una amiga por el msn -días atrás- cómo se hace un miserable huevo frito. Eran las cuatro de la mañana y sí, ahora que lo pienso, estaba quedando un poquito mal. Bah, mal no, banana, ponele.
Tras explicarle mis teorías sociológicas y psicoanalíticas sobre la carencia de este saber, accedió a una explicación, paso a paso, del asunto.
Agarré la computadora, la puse sobre la mesada, la enchufé, abrí el msn y fui siguiendo atentamente cada lección. Más o menos para las siete de la mañana, tenía mi huevo frito ( al décimo noveno intento) bastante razonable.
Con el paso de los días me fui perfeccionando.
Como un artesano paciente, con el entusiasmo de un viaje de egresados y el silencio de la madrugada, logré un huevo frito bastante parecido al de mi abuela. Ya estoy, me dije, para ser abuelo.
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hola primero te queria felicitar por tu pagina republica de la soja , esta buenisima!!!
ResponderBorraryo tengo dos blogs uno que funciona como resumen de noticias gastronomicas http://www.cocinerosurbanos.com/ y otro de recetas unicamente que es http://recetasurbanas.blogspot.com/ queria saber si te interesa intercambiar links con alguna de ellas.
saludos
Uff cuando escuches ésto te vas a replantear el tema de los fried eggs........http://video.aol.co.uk/video-detail/678-la-radio-ataca-fernando-de-la-rua-nos-enga-a-todos-es-re-piola/339412334
ResponderBorrartonces se puede decir que te quedó de re chupete!!!
ResponderBorrarEyy!! Para, para!!!
ResponderBorrarY la receta??
Y el yeite del huevo frito pulenta??
OK, hay que explicarte una cosa.
ResponderBorrarPara ser abuelo te falta algo en el medio (entre vos y los nietos).
Y, además, no son huevos fritos que se necesitan.
Bueno, continuá, estás haciendo progresos evidentes en la vida...
Un saludo,
Eduardo.
Que gil te perdiste el comentario de De la Rua o nunca viste al inservible con la receta para cocinar un huevo frito. te ahorrabas el andar jodiendo amigas hasta la madrugada.(es cierto el comentario, y seria bueno encontrarlo para hacer un poco de memoria) o de verguenza publica nacional, todo es igual...
ResponderBorrarJaja, siempre hay una primera vez para todo
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