Evangelina Pisco

En Tartagal, provincia de Salta, Mariela Aramayo (20 años), Rebeca Andrada (16 años) y Claudia García (15 años) confesaron que aesinaron a Evangelina Pisco, de 16 años, a la salida de un boliche en la madrugada del sábado primero de mayo, ya día 2.
Las cuatro chicas pertenecen a la comunidad Wichi. 
El cuerpo de la víctima no había sido encontrado. 
Las versiones radiales del crímen que habían confesado las tres chicas, iban desde un descuartizamiento arrojando partes del cuerpo en distintos baldíos a un ritual aborígen de comerse el cuerpo. Todos bolazos, por supuesto. Incluída una supuesta disputa por celos con Gabriel "El Chaqueñito" Pampero, de 32 años.
Las jóvenes fueron detenidas, por orden del Juez Nélson Aramayo. Hasta que, oh, se encontró el cuerpo de la pobre chica muerta. Estaba en un pozo de agua, adonde se había caído, cerca del boliche. Se trataba de un pozo de registro hecho por la empresa de "aguas del norte", que por supuesto no se dignaron a tapar, encima de que, las lluvias habían desmoronado los bordes, dejándolo como un embudo. 
Al volver del boliche, la chica de 16 años, de madrugada y en plena oscuridad, se cayó. Y falleció. Ya está comprobado que se trató de un accidente.
¿Porqué hubo tres detenidas?
Porque las torturaron para confesar un crímen que no existió, pero encima, ni siquiera ocurrió. Las torturó la policía, con la obvia complicidad del inepto juez de la causa, Aramayo.
¿Qué hizo entonces Aguas del Norte? Nada.
¿Qué hizo la policía? Algo vergonzozo. Tras el típico bolazo de anunciar que se iniciará un "expediente administrativo" desde la dirección de asuntos internos, el jefe de policía, Pascual Argarañaz, dio una conferencia de prensa y viajó a Tartagal para entrevistarse con el caquique Indalecio Calerno.
Tras la reunión, el cacique declaró:

“La reunión fue tensa -dijo Calermo- porque el comisario Argañaraz defiende su cargo y su cúpula, y yo defiendo a mi gente. En un momento me quiso insinuar que todo lo que los detenidos dicen es mentira. Yo les respondí que con esa posición no tenía sentido hablar, porque él es parte de este gran problema. Yo creo que hay policías buenos y policías malos, pero esa no es la postura de él, que quiere defenderlos a todos por igual. No voy a descansar hasta que se conozca y se castigue a todos los que le hicieron estas aberraciones a nuestros jóvenes”, advirtió.

Las menores fueron detenidas sin permitirles que sus madres las acompañen. Fueron insultadas ("matacas" es el modo despectivo de discriminar a los wichis), fueron torturadas, y obligadas a firmar una declaración falsa. Levantadas al boleo, los policías ni siquiera se dedicaron a buscar el cuerpo, el juez demostró una compulsión a la tortura y las autoridades provinciales hacen silencio ante este hecho escandaloso. Posteriormente, se supo que también Campero fue torturado -en este video muestra las marcas- y que así se armó la causa.

Un caso que puede tener resonancia por lo salvaje, bruto y descarado que muestra a la policía salteña y los tribunales -especialmente Aramayo- en relación con los wichis. Lástima que se haya tenido que llegar hasta este extremo. Aún cuando, todavía, ningún criminal está preso.