viernes, junio 25, 2010

Redada policial: dos detenidos y un prófugo.



En la pequeña localidad de Viale, provincia de Entre Ríos, sucedió ésto, de película: tres delincuentes fueron interceptados por la policía. Intentaron, inmediatamente, huir. Los tres delincuentes se resistieron. dos de ellos, conocidos como Hueso y Comando, pudieron ser atrapados. En cambio, un tercero, conocido como Fortunato, logró huir. Hoy tiene pedido de captura. Aunque una vecina, directamente, pidió la pena de muerte.
La efectividad policial no está en discusión: dos de tres, no está mal. La ciudad está más segura y por supuesto, los jueces, esa aristocracia sobrevalorada, tendrán que hacer el conveniente papeleo. Lástima que Hueso y Comando no podrán declarar. No por consejo de sus abogados. Sino porque no saben hablar, ni castellano ni ningún idioma, dado que son canes. Sí, perros. Al igual que el prófugo Fortunato. La policía, ajá, quiso detener a tres perros. Y uno se les escapó, encima. En el código penal no escrito que los tribunales instrumentan con la policía, se trata de tres peligrosos delincuentes: no son de raza (más bien son morochitos y quizás huérfanos), no se les conoce propiedad (hogar, amo, etc) ni labor alguna (se asegura que no trabajan ni estudian: seguramente se endrogan con pacoooo). Merodean, vagabundean y rompen las bolsas de basura para comer. Criminales como éstos pueblan las cárceles. Aunque, la división de inteligencia de la policía, y los sobrios jueces, descubrieron que los perros detenidos no tienen antecedentes. Y que tendrían vinculaciones con el oficialismo K, por eso fueron denunciados por una concejal radical. Pero, comos e trata de menores -los usan porque entran por una puerta de la comisaría y salen por la otra- la máxima autoridad policial del departamento Paraná informó que serán devueltos a sus padres. (Ya localizados, inmediatamente, gracias a los sagaces detectives policiales, y los ágiles tribunales).
Sin embargo, resta apresar a quien sería el jefe de la banda, Fortunato, quien sí sería mayor y tendría antecedentes criminales y, para colmo, sería barrabrava del club Nuestra Señora de Luján, cuarta división, torneo de Boy Scouts Unidos, de la localidad de Cerrrito.
Acá el identik por si usted viera al peligroso prófugo, llame inmediatamente a la comisaría más cercana. Ya se sabe, la policía está al servicio de la comunidad. Ahora sí, continuamos con la habitual programación.

1 comentario:

  1. Nadie escapa al largo brazo de la ley, menos un can.
    Supe tener un Coqui (II) que murió corriendo autos (llovía y patinó el auto al frenar).
    Sujetos como éste alteran la sociedad en su conjunto, no tienen medios para redimirse, reiteran sus conductas delictivas una y otra vez, entran por una puerta y salen por la otra.
    Necesitamos duras leyes porque dado que casi nunca llegan a los 18 años, todos son menores y se burlan de las fuerzas de seguridad, corriendo con sus ágiles miembros.

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