lunes, julio 26, 2010
El arco iris se ve mejor en Brasil y las brasileras son más fogosas y ardientes
Decile a un cientista político que no admirás a Brasil. Ay, mamita, je.
No dar demasiados datos -más bien, refutar los que te tiren- inevitablemente, la precariedad de argumentos para elogiar a Brasil (tiene una burguesía, una cancillería, una política a largo plazo: uno puede agregar también que tiene un mejor arco iris y que las brasileras cogen mejor, es igual de indemostrable)- derivará en el consabido "hay que seguir a Brasil". Hacerle, de una, de furgón de cola.
El BIRC abre una grieta en donde no existe la multipolaridad (otro verso). Hay que aprovecharla. Pero el seguidismo a Brasil, que en la aristocrática cancillería argentina (en las líneas burocráticas) se secretea como un credo religioso, es bastante poco fundado.
Comprensiblemente como reacción a su contracara -la brutalidad militar- de tener como hipótesis de conflicto a Brasil, ranquea alto un seguimiento acrítico.
Aún con Lula, la situación social del Brasil es deplorable. Incluso peor -y hay que esforzarse para comparar con el desarrollo humano argentino- que China y la India. En estos años, la argentina pudo avanzar en intercambios industriales con Brasil, pero básicamente porque no se siguió una política de seguidismo bobo.
Quizás -aunque hasta ahora, Brasil patea para el otro lado, por caso en la OMC- podrían juntarse fuerzas para negociar con China, que pretende la reprimarización de nuestra economía.
La calidad institucional del Brasil, dejaría mudos a nuestros Marcos Aguinis (el jubilado de privilegio). Una institucionalidad supra estatal, en el marco del MERCOSUR, es quizás inevitable y un avance. Pero no todas rosas: los lobbystas no perderán oportunidad.
Brasil es bien visto cerca del puerto, mal visto en las fronteras con Argentina, con Bolivia, con Paraguay. Sus Alfredos De Angellis son un pichón al lado de Patrón Costas.
Brasil quiere un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que llevaría, a otra iniciativa del brasil (aunque mucho más balanceada) como un Consejo Superior Militar de la UNASUR, a ser subordinada a los intereses del Consejo de Seguridad de la ONU. Organismo nefasto, criminal, verdadera amenaza sobre el mundo. Pero, ni siquiera y en vistas de los desastres de ese cuartel mundial, desde una perspectiva pragmática, le conviene a la única región relativamente pacífica del globo, que desembarquen.
Una integración con Brasil es una cosa. El seguidismo de Brasil, es al pedo. Es comprar el combo del BIRC sin beneficio de inventario (¿seguir exportando soja sin elaborar, reorganizar la división internacional del trabajo del siglo 19?) es comprar el combo del Consejo de Seguridad sin saber dónde eso puede derivar (Brasil comparte fronteras con Colombia), es comprar el combo de que Brasil estabiliza la región y no la región estabilizándose.
Es comprar las empresas brasileras, financiadas con la explotación social (tá, ok, el Bandes me agrada, pero...) Es comprar sus créditos -Bolivia antes de Evo, Paraguay antes de Lugo- para que te moldeen la economía de acuerdo a sus necesidades.
Cuando se defiende el seguidismo se argumenta con los beneficios de la integració. Así cualquiera. Yo defiendo la integración, con los mismos argumentos. El seguidismo, no, con otros argumentos. Obvio que desde la perspectiva de Brasil, muchas concesiones a la integración, tienen que ver con el pedido de seguidismo. Sin embargo, la argentina, no hace seguidismo a Brasil en el tema Irán, ni en el tema Derechos Humanos en la Corte Penal Internacional, ni en la Organización Mundial de Comercio ni, aunque sí hubo coordinación, en el FMI y el Banco Mundial. De hecho, porque la argentina no hace seguidismo está en el G20.
Como Argentina tiene intereses (primarios y verdes) diversificados pero a la vez homogéneos, el seguimiento a Brasil en lo que quiera hacer con Corea del Norte o con Nigeria es casi una obligación. Y si, para eso, nuestro país necesita (y se beneficia innegablemente) del comercio bilateral con Brasil en nuestras propias monedas, lo que fortalece la de ellos, bien, adelante. Pues se está pensando en la integración, no en el seguidismo.
Si hay acuerdos petroleros entre nuestra empresa estatal y la de semi estatal de ellos, bien, adelante. Pero si quieren cagarnos el mercado interno con precios que no respeten la regulación, pues todo mal.
Pensar la integración sin el seguidismo es el desafío.
La argentina es un país de desarrollo medio, de grandes desigualdades geográficas pero no tan marcadas -como en el BIRC- socialmente. Sin grandes conflictos religiosos, de violencia social, de carácter político.
No creérsela, ni caer en hipótesis de conflicto estériles, inútiles y anti solidarias, pero no hacer seguidismo, es la sintonía fina que requerimos.
Y ojo, si yo fuera brasilero, opinaría lo contrario.
Y yo me emocioné -de verdad- cuando Lula lloró.
Y el Escriba es un tipo muy formado e inteligente, que no opina necesariamente lo que acabo de narrar, pero es el culpable de "inspirarme" este post, nada más.
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hace una semana volví de san pablo, despues de 1 año de estudiar allá, y solo puedo decir que si queremos jugar "con" Brasil, hay que saber que ellos "juegan" con ellos mismos y nada mas; triste destino nos espera de furgón de cola de nuestros principales competidores.
ResponderBorrarCoincido en casi la totalidad de las afirmaciones que se realizan en el artículo. Claramente hay que jugar con Brasil y saber distinguir lo que es jugar "con" y no "para" Brasil, fundamentalmente cuando el estado en Brasil sigue preso del poder oligarquico, terrateniente, y recién a partir de Lula ha empezado a desarrollar política populares de fondo aunque sin tocar varios de los grandes interéses.
ResponderBorrarIkal
Los paises defienden intereses. Desde esos intereses, se pueden hacer alianzas estratégicas, o no. Lo que no se puede hacer es seguidismo acritico, porque los yanquis son imperialistas y se nota, pero los brasileros tambien, solo que no se nota,
ResponderBorrarAbrazo
Coincido. También con Escribidor, excepto en que no se note: siempre se notó el imperialismo de Brasil, hasta el punto de la tesis aquella de que Brasil revirtió su relación imperial (ya que ellos se convirtieron en el centro del imperio desplazando a Portugal) por aquel hecho de que el emperador se trasladó a Río.
ResponderBorrarOtro tema es el 'tudo bom'. Siempre que se discute se menciona tudo bem y después salen con alguna. Eso es pretender el seguidismo.
Saludos
no entiendo la nota
ResponderBorrarel escriba bala de nivel macro no micro
descartemos a china e india que no les va micro como a nosotros son todos pobres
que fue a hacer cristina a china
todos los paises son individualistas e imperialistas es lo logico.
Claro, Ladislao, pero no se nota con la masividad que se les nota a los yanquis. Hoy haces cualquier encuesta y te dice que la mayoría opina q los yanquis son imperialistas.
ResponderBorrarAhora, si preguntas por Brasil, te hablan del carnaval, las garotas, los morros, el agua cristalina, lo buena onda que son, etc. Y de mientras, si te descuidas, garchan de parado.