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Uno no sabe si lo hacen por brutos o por hijos de puta. Pero, la mayoría de las crónicas dicen que la presidenta no fue al "tedeum" católico en Tucumán, para evitar las críticas del obispo.
Pongamos que haya sido ésa la motivación. ¿Y?
¿Acaso está bien que el poder democrático se someta a ese ritual medieval, humillante, de una corporación a la que nadie eligió?
El 9 de julio de 1816 se conmemora el comienzo de la independencia nacional. A esa independencia, se opusieron los católicos orgánicos, que invadían estas tierras. La independencia fue contra la iglesia católica, justamente.
¿Acaso estaría bien que el poder democrático fuera a conmemorar el 9 de julio a la casa del rey de España y escuchara, sin poder replicar, su sermón?
Del mismo modo, no está bien que un obispo -secretario de estado, aunque ñoqui, por un acuerdo firmado durante una de las tantas dictaduras- se arroge la representación de nada en cuanto naturaleza pública, y quiera sermonear a los presidentes. Es un mamarracho.
Pero sorprende que los mismos cronistas, en general, suelen auto creerse muy republicanos e institucionalistas. Bueno, por eso, uno no sabe si de brutos o de hijos de puta, se olvidan sus supuestos espíritus republicanos para bancar una tradición monárquica, impresentable, que debería haber sido desterrada desde el retorno a la democracia.
Los motivos que aduzca (en realidad, nadie adujo nada, es la frondosa imaginación psicológica de los cronistas la que está en juego, año tras año) carecen de importancia frente al hecho republicano e institucional (de eso, justamente, se trata el respeto republicano a las instituciones) de no asistir a esa pavada donde el obispo dice las giladas de ocasión, en un lenguaje oscurantista, incomprensible, corporativo y generalmente ultraconservador que no tiene nada que ver con la democracia.
Si el curita tiene ganas de sermonear sobre la moral: adelante, que se junte con sus fieles y les explique que no pueden divorciarse, coger sin forro, juntarse con putos ni denunciar a los curas pedófilos. Tá, es su moral. Muy lindo todo.
Pero de las cuestiones de interés público y democrático, el obispo es un ciudadano más. Y si cualquier presidente tiene ganas de escuchar la suma de boludeces que se le ocurren a siete viejos trastornados, bueno, que lo haga: pero no en un acto público, de conmemoración histórica de la independencia nacional. Porque eso nada tiene que ver con la república ni con el respeto a las instituciones.
Excelente Lucas!. No puedo estar más de acuerdo. Saludos desde Rosario. José
ResponderBorrarEl enfoque me parece perfecto. Yo soy periodista, recientemente jubilado, y siento cierto asco por estos tipos a los que me niego a llamar colegas. Yo, como vos y la mayoría de los argentinos, estoy podrido de los sermones de estos curas que fueron socios de todas las dictaduras y también de todos aquellos que empobrecieron económica y socialmente a nuestro pueblo. Y siguen queriendo sembrar su oscurantismo con la complicidad de un arco opositor y de un monopolio mediático con ideas de cuarta.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo con vos, aunque me gustaría -en aras de nuestra claridad conceptual e idiomática- que cambiaras el adució por el adujo. Abrazo peronista nac&pop.
Ahí lo cambio, Franciso. Gracias
ResponderBorrarMuy bueno lo tuyo, Lucas. Comparto 100%.
ResponderBorrarDisculpame, no es por defender a ningún cura, pero vas a tener que revisar algunos detalles de ese discurso: de los 29 diputados que declararon la independencia hace 194 años y dos días, 13 eran curas:
ResponderBorrar-Sáenz
-Cayetano Rodríguez
-Acevedo
-Colombres
-Sánchez de Bustamante
-Castro Barros
-Gorriti
-Santa María de Oro
-Uriarte
-Gallo
-Aráoz
-Thames
-Pacheco de Melo
Lamento arruinar el desarrollo de tu texto, pero no es cierto que "La independencia fue contra la iglesia católica". En absoluto.
Ese proceso empezó por lo menos cuarenta años más tarde, si no sesenta y cinco.
Saludos,
M.F. (peronista; alguna vez católico, hoy en día no sé)