sábado, septiembre 11, 2010

Puta madre




Suerte que se suspendió el asado en Santa Fe, porque no viajé. Anoche fuimos a verlo actuar a Mauri con el Conu y Franco y Patucho. Después a la milonga, después ya hice boludeces. En fin. Por la ventana (qué lindo día, no?) veo el buquebus, le tengo ganas. Y no volver en, ponele, unos tres años. O quince.Nilda Garré quiere ser mi amiga en facebook. Ajá. Paola me cuenta que la tía le reprocha haberme dejado pasar, je. Eso fue en el año 2002 y 2003, por ahí. Hasta, me parece, principios de 2004. Uno mira para atrás y todo parece sutil y tranquilo. Pero, ojo, ese es el proceso que uno va haciendo para zafar del remordimiento, la culpa, los celos ciegos, las noches tristes, las cosas oscuras. Te acordás. Sobretodo en el último tiempo. Los últimos días antes de dejar de quererse, de tocarse, de ir a los mismos lados. Después viene una etapa que se desvanece, lenta. Y vienen otras parejas, al principio, uno se confunde los nombres, compara, se pelea y recuerda, se hace de nuevo y olvida. Vos, por suerte, no te fuiste enojada. Casi la única. Hay otras que me buscan con espuma en la boca, un hacha colgada al hombro, un vestido de bruja que capaz que antes fue blanco, el vestido. Una noche fue blanco, en un altar. Dos noches. Tres noches. Y con fernet uno se enamora. Después, cuando amanece, tipo 12 del mediodía, bue, en fin, nos pasa a todos. No es sólo que yo sea un hijo de puta. También a mí me la hacen. También ando de ilusiones como si fuera una noche de bares. Y putas. Perdí el hilo. Ah. Entonces, en el 2002, ser peronista era más grasa que alentar a las leonas. Qué año loco: la recesión, la pobreza y nosotros que creíamos estar en vísperas de una revolución . O algo así. Estaban las asambleas barriales, me hace reír un recuerdo, no lo voy a contar. La facultad, también, estaba ahí. Donde sigue estando. Nosotros nos queríamos, pero así vertiginosamente. Como fueron, además, esos años.  Estoy leyendo a Sonia Budassi, un relato que se llama La medida. Vengo pensando algo sobre ese mundo, pequeño y potente, cuando lo vea a Martín, que sabe de estas cosas, le voy a contar lo que me parece. Una vez, Martín me dijo algo. Sobre unas piedras, frente al mar. Me conmovió lo que me dijo, fue en febrero. No le hice caso. Seguí nomás haciendo este personaje, así me va. Bah, me va bien. No es para andar llorando. Bueno, basta. Me voy a dar una vuelta. Por el puerto. Mañana voy a Paraná. Y por ahí hasta llego a la casa de Luciana y hacemos un asado con Martín. No, cambio de planes. Me voy a Palermo con Fernanda. Que me cuente cómo va All Boys. Odio a Palermo. Y en mi casa de Santa Fe dejé comida en el horno. La semana pasada. Puta madre. Y te eliminé del messenger, pero extraño hablar con vos, jimenita. Me estoy haciendo viejo. El Cabezón, acá al lado, se caga de risa. Está haciendo la previa para ir a ver Las Pelotas, así que no me da pelota, me dice que me deje de joder. Suerte que tengo este blog, sino, a quién contarle, eh. Qué boludo que estoy. Debería dejar de beber. Tan temprano. Ahora sí, me fui. Gracias, público.

3 comentarios:

  1. Metéle con lo de Nilda Garré que quiere ser tu amiga en Facebook: tenés material para un buen post.
    En cuanto al resto... no sé, me perdí.
    Abrazo.

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  2. claro carrasco que ud. es un chico listo pero creído. Pero escribe de puta madre y yo lo leo cayadita especialmente cuando se me vuelve tan nostalgioso y yo lo veo tan pendejo.
    Ud. es de los mios, espero que no repudie este comentario, porque evidentemente no soy la gruppie lista que escribiria que ud. escribe bien, sino una sirena vieja, y tambien ella, la del post donde ud. dejo su marquita en la arena.

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  3. Contra el desánimo, los cabreos, la rabia, las envidias, los farsantes y toda casta de maleantes; está el amor.
    Quema calorías y expulsa energías negativas.
    Un saludo.

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