domingo, noviembre 21, 2010

El provocador

Cuando vuelvo en el tren es de mañana. Los días que conozco el viento y el sol de la mañana. Con gente que lee el diario, van al trabajo. Es probable que la señora que está sentada al lado mio, con celular barato, como el mío, trabaje "en casa de familia". Les dicen así, con decoro. Del otro lado, las llaman  la mujer que trabaja en casa, o la empleada, la que limpia. Así. Con, también, decoro.
No es poca cosa. Gente que se aburre pero conserva el decoro.
El rengo me dice que la gente que viaja en tren no mira la ventanilla, sino que va mirando el pasado.
Anoche era una cena o algo así, yo venía de tomarme medio bar con Pablo Ferreyra, mi amigo. Se cumplía un mes del estúpido asesinato del hermano, Mariano. Qué absurdo, qué tonto todo. Otra tarde que nos tomamos medio bar. Bah, en rigor, soy yo el que siempre llama al mozo, y siempre está atardeciendo. No sé porqué. Capaz que porque termina la jornada, porque uno dispone de la ilusión de disponer del tiempo, capaz que por eso, pero atardece. Entonces después vamos a la casa. Unas amigas de él y su mujer. Casi todas becarias del Conicet. Sociólogas. Carrasco dice que hay que cerrar el Conicet y devolverme esa plata a los formoseños. Alta discusión, comiquísima (imaginen la escena: un borracho, abrazado al peral, versus las científicas, todas, claro, con trenzas y ojeras) Extremar los razonamientos es muy divertido. Al rato ya proponía cerrar la UBA y todas las carreras de ciencias sociales. Dejar, nomás, a los que hacen ciencia. Para la oligarquía, como el INTA. O mudar el Conicet a Río Negro, a Jujuy, al norte, donde hace falta.
Uno que, por esas cosas de la noche, le dio con todo a Diego Tognetti, que no se llama, cierto, Diego. Hice una acérrima defensa, muy divertida, además. Entre otras cosas porque el flaco me detesta. Tomé whisky. Conversé por teléfono con Artemio, ni me acuerdo de qué. La otra mañana, volvía en el tren, pasaba por un baldío. Me acordaba. Cuando era chiquito armábamos casas en los baldíos, con ramas y chapas que robábamos de la basura, y le hacíamos como un alambrado de cañas, al rancho. Una vez nos robamos un caballo, le hicimos un corral, en el baldío de a la vuelta de casa, calle de tierra, en Paraná. Arriba de un árbol hicimos una casita, resistente. Para mirar al caballo. Eran las vacaciones de invierno. Sebastián tenía una revista pornográfica, que escondía debajo de la almohada. Y la llevaba al baldío. La habíamos robado de un quiosco cerrado en la peatonal. San Martín, así se llaman todas las peatonales del país, menos acá, donde ahora, escribo esto. Lavalle fue un hijo de puta. Y Florida hasta donde sé es una ciudad en los Estados Unidos. Rompimos el vidrio y sacamos la revista, salimos corriendo. La peatonal estaba muda, a la siesta, un domingo. Teníamos ojotas y pantalones cortos, nos atábamos la remera en la cabeza. En dos meses cumplo 33 años. Cuando anoche volví me sentía mal. Que el mundo es una mierda. Yo, básicamente, también. Las ideas por las que peleé nunca van a soportar un muerto. Un crimen. Un asesinato, como el de Mariano. La puta madre.
 Cada vez que nos juntamos en el mismo lugar, lo llamo a Pablo para preguntarle la dirección. Una vez, vivía con Maia y la llamé por teléfono, porque había ido al supermercado -a comprarme fernet- y me había perdido. Me dijo, caminá hasta la esquina, doblá media cuadra, y estás en tu casa, querido. Con una paciencia. Un amor. Desde esos días que la noche se hace interminable, a veces triste, la mayoría de las veces, en cambio, esta carcajada. Podría ser mejor tipo. Supongo. Me da pena, una pena grande, haber herido tantas personas. Esta querella, la mesa tendida, comiendo solo, con la computadora. Se viene la siesta pero recién me levanto. Tengo que escribir unos mil caracteres, para pagar el alquiler. No tengo ganas. Cuando tenía 20 años -Agustina me hace acordar mucho a eso- tenía plena conciencia de tener 20 años, de lo irrepetible, de la densidad idiota del tiempo. No sé si todos se dan este lujo de saber la finitud, la ausencia de plenitud que trae, la constancia torpe de saberse sin dormir la siesta, sin correr a lo loco, más bien un poco manso, pero sacado. Todo el tiempo. Como pegándole trompadas al viento, así de inútil, casi todo. Vendrá algún día el momento en que el cuerpo esté vencido, que tire la toalla. Mientras tanto. O quizás ese día. El provocador que fui, amigos, sólo buscaba un beso. De la chica más linda del mundo. Y la becaria del Conicet, anoche, me mandó a la mierda. Qué lindo es, qué placer, que te manden a la mierda. Quizás debería haber un día en que todos, jefes y empleados, enamorados y solitarios, tiernos y duros, tontos y vivos, nos mandemos, sin sutilidad ni buenas intenciones, a la mismísima mierda. Sería un día glorioso. De barricada. De calles encendidas, de bares emocionales. Un día total, de la pavada. Un día perfecto. Sin arrepentimiento. Un día glorioso, un día peronista. Sin culpa. Ni cariño. Porque tenemos que endurecernos, sin perder la ternura. Jamás. Comandante.
Estaba muy rico, Cabezón, el asado. Voy a tomarme una caipirinha. No voy a dormir la siesta. Voy a escribir una cosa furiosa. En lo posible, triste. No puedo sacarme de la cabeza que hace un mes. Sólo un mes. Son 30 días, los días largos en que la gente espera en el cajero. Los días que pasan, nada más. Solo que la siesta se puebla de sombras. Y es todo tan, no sé, tan absurdo.
Tan absurdo.

10 comentarios:

  1. Seguí escribiendo. Lo tuyo es escribir, no sé si vivir, pero si escribir.... Hermoso!
    marta

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  2. asi es...una muerte estupida, hija de puta, inutil la de Mariano. Una muerte q no le reporto nada a nadie ni al agredido, ni a sus amigos o defendidos (aunque quizas a largo plazo si...pero a que precio?), ni ciertamente a los agresores...


    mi vieja me decia q yo provocaba para aprender...para obtener el mejor argumento del q tenia enfrente...en el caso de las sociologas jovenes del conicet me imagino q el mejor argumento no es demasiado bueno...pero eso no importa, las sociologas jovenes del conicet tienen y deben existir por otras razones...aun cuando sus argumentos sean pobres es necesario que alguien defienda a los marginados y ellas le ponen garra...esta bien...

    y no...no te ligaste un sobe...pero la proxima habla de Foucault, te perdonan y mojas seguro.

    Gracias por escribir

    Sara Hustizia

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  3. lINDO, muy lindo, lástima que hay tanto alcohol, haciendo de musa. Triste, nosé, tan triste, la chica más hermosa, la chica becaria, nadie? triste. Pero lindo lo que escribiste.:)

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  4. Excelente texto Lucas. No, no hay que cerrar el CONICET, hay que darles el raje a los mediocres como sarlo y vezzetti, así, con minúsculas...

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  5. La solución es simple, todos los estudiantes de sociales-filo-su ruta deben trabajar 2 años en una fábrica, de preferencia metalúrgica. Dos años pegando mazazos y se te arregla la ideología. Un abrazo.

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  6. lucas sos hermoso.
    lo que escribis me vuela la cabeza.
    una lástima que te guste que te manden a la mierda, no podría hacerte feliz con eso.

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  7. Muy linda la prosa, lástima que no sirvas para (casi) nada, Carrasco. Acá en córdoba la gente está contenta. Cuando era la 125 nosotros nos parábamos en la esquina con banderas y repartíamos volantes a favor de la medida. Nos daba risa cómo la gente que venía en los autos comenzaba a tocar bocina en franca acción de adhesión, pero cuando se daba cuenta que eran K los que manifestaban nos empezaban a putear con todas sus fuerzas. Desde los edificios del centro nos tiraban baldes de agua, posta. La directora del museo de arte de la provincia sembró soja en el patio de entrada en apoyo "al campo" posta. Era como volver a militar los 90 pero siendo gobierno, hermoso. ¡que te la voy a contar a vos Carrasco! Pero no se viejo, no me importa lo que te tomes, me da como cosa que te hagas el Charly de vos mismo. El Caparrós nacypop, el loco que tira polémicas y solo quiere robar un beso de alguna chica.
    Hacé lo que quieras Carrasco. Es buena esa de pegarle al Conicet, pedir que le den la guita a los tobas que se mueren de hambre. Capaz que hasta te levantás una becaria eh! Vos sabés que son boludeces, Que el problema no es la guita del Conicet, el problema es que el ministro de ciencia que tenemos es un tremendo soquete y ¿sabés qué?, piensa igual que vos, Carrasco, el Orangután que tenemos de ministro cree que eso de escribir sobre lo social es una chantada, que los únicos que merecen algo de guita son los que sostienen un tubo de ensayo en la mano y publican en revistas indexadas de los yankis, como Cavallo, como el Banco Mundial. Y sigue tirando la guita en gente que hace lo que se le canta las bolas. Las Universidades amarrocan la guita y gritan ¡viva la Autonomía! Y hacen sus consultorías para los privados. Como los chicos de La Cámpora que manejan el programa de voluntariado universitario y te cuentan que hay que hacerse cargo, que afuera hay un pueblo, que está esperando todo de nosotros y zaraza zaraza, el pibe que te dice eso es un boludito porteño que no tiene una puta idea de lo que habla, no sabe que hacer con la política científica, ni con la universidad, ni con su novia, ni con nada, eso sí, tiene un hermoso teléfono y se la pasa haciendo la V con los dedos.
    En Córdoba estamos contentos porque vamos a ganar las elecciones y porque sí. Porque vivimos en un país maravilloso, porque Néstor es lo mejor que nos pasó, porque Cristina es cada día mas cuadro. ¿Viste el perfil emotivo que le está clavando a los discursos? Increíble. Porque mide 43,8 en Córdoba, ¿podés creerlo? Se siente eso en la calle, en el barrio. Los pibes por acá son todos Cristinistas. Y vos haciéndote el sensible polémico y reventado para ponersela a alguna hermosa. Dejáte de joder Carrasco,cojetela y dejate de joder, haceme el favor.

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  8. Cómo pasa el tiempo, que de pronto son años. Es increible que haya pasado un mes ya. Cuatro años de López, tres de Fuentealba. Que este no sea otro más en ese camino de casos irrresueltos, por favor. No creo que vaya a serlo.
    "Hay que endurecerse pero sin perder la ternura jamás", le agregaría: "podrán morir las personas, pero jamás sus ideas".
    Creo que la soledad es un "don" (sonó carrioísta.. brrr), siempre que se la lleve con dignidad. Pasa que es muy humano estar quejándonos de todo. Si estamos solos, por eso, si estamos acompañados, por eso, si estamos aburridos, por eso, si estamos divertidos, también por eso. Y así. No somos críticos para diferenciar qué es una elección o un modo facilista de vivir y qué es algo que nos destroza. Porque culturalmente fuimos criados para quejarnos de todo.
    Adhiero al día de mandar todo a la mierda. Aunque siento que eso sicede de manera implícita todo el tiempo.
    Cariños!

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  10. tus palabras me emocionan, me duelen, me gustan y vuelvo a emocionarme...
    Romina Sterling

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