¿Sabatella o Scioli?

Para ser prácticos, dejemos de lado la ideología, o mejor -dado que epistemológicamente, y por suerte, tal cosa no es posible- veamos un norte deseable para votantes de Sabatella y de Scioli que disputen entre sí el apoyo a uno o a los dos (no hay posibilidad de "a uno o a otro") por parte de la presidenta, qué tal Cristina, ¿andás bien? bueno, decía, el norte deseable puede ser qué le conviene más a la presidenta.
Hoy, pero sólo hoy, mañana veremos comandante Grondona, la situación política indica que la presidenta tiene mayor intención de votos que Scioli y Sabatella.
Dejando, entonces de lado (por un rato) la administración provincial -el norte de análisis, a los efectos de la practicidad, es qué sería más conveniente para la presidenta- el dilema racional es éste:

1) Apoyar sólo a Scioli, de modo de ganar ascendente y autoridad sobre el Pj de la provincia de Bs As, en vistas a la gobernabilidad en el congreso y más allá, desde el 11 de diciembre de 2011.

2) Apoyar también a Sabatella, sabiendo que puede, con amabilidad, "acompañar" pero que ese acompañamiento no es incondicional, con lo cual, en el congreso, puede haber problemas en el 2011.

Cuestiones prácticas: en la boleta con Scioli fueron dos tránfugas con oficio: la esposa de Barrionuevo y Victoria Donda. También Felipe Solá y algunos experimentados tránfugas más.
De los diputados que logró entrar Sabatella, el 50% de su fuerza no cumplió su campaña electoral y migró al Grupo A, esto es, 1 diputada que puso ahí, medio cachivache, Víctor De Genaro. No suena muy prometedor que digamos.
Así las cosas, y dando por sentado que el peronismo tiene que poner los votos y el progresismo la sabiduría; porque en La Matanza el asunto del techo y el piso, entre tanto albañil paraguayo, algo se entiende; así las cosas, entonces, el debate es más serio: ¿quién nos cagará menos?  ¿en nombre de Perón o de Lo Bueno vs Lo Malo nos la empomarán, por decirlo académicamente?
¿Quién, ante la imperecedera incertidmbre que zamarrea el hegeliano espíritu de los tiempos, quién será más capaz de aguantarse la que se viene, ahora que no necesitamos (por ahora) un vaso de agua progresista o un corredor maratónico del peronismo que no se nos raje, quién?
¿Quién, amadas mías, cuál de las dos será la que, tras la primavera ardiente y candorosa, aceptará el duro desafío de casarse conmigo y aguantarse la que se te viene?
He ahí el dilema.
Bueno, sí, una parte del dilema, una manera de enfocarlo, qué se yo, no, pará, ey, no tiren cosas, paren, compañeros, violencia no, eh, violencia noooooooooooooo.