Estoy cantando esta canción

 Charlando en la radio anoche con Gerardo Fernández contaba de cómo desembocar desde la izquierda al campo nacional y popular, al peronismo -pero hasta ahí nomás, eh- con la dosis de soberbia, egocentrismo, altanería y abundancia que me caracteriza, porque, convengamos, soy el mejor. Porque además estoy "orgulloso de estar, junto al proletariadooooooo".
Vamos, hermano proletario, que hasta soy capaz de tomar un mate con usted (y hasta dos!) porque estamos cerca de la revolución, como el doctor Chapatín, que le hizo coros a Hilda Lizarazu, un poco caros, pero bue, es lo que hay. El pueblo pide sangre, coagulada, embutida en una tripa de cerdo, pero también chorizos. Y el pueblo pide. Pero sin tomar conciencia, sino tomando vino con soda; ya no de sifón, pero ojo, en la república de Palermo venden soda con sifón. El problema es que pedir sin tomar conciencia es eso del en sí y el para sí que ahora viene con metáforas arquitectónicas.