martes, febrero 01, 2011

Valeria Ramírez


Estimadxs, les solicitamos compartir este correo entre vuestros contactos

Queremos compartir con ustedes una noticia generada en el marco del trabajo de la Fundación Buenos Aires Sida viene desarrollando durante los últimos quince años

Hace cuatro años, Valeria Ramírez, Coordinadora del Área Trans de la Fundación Buenos Aires Sida, compartió con nuestro equipo su experiencia en durante la Dictadura Militar que se inició con el Golpe de Estado de 1976.

Valeria Ramírez fue dos veces detenida y secuestrada en el centro Clandestino de detención y Tortura denominado: el “Pozo de Banfield, allí, junto a 9 compañeras, fue sometida a la tortura sistemática y fue testigo de un parto en cautiverio, testimonio que acompañamos a presentar el día miércoles 26 de enero pasado ante la Unidad Especial de Obtención de Datos sensibles sobre Delitos de lesa Humanidad y queda en guarda del Archivo nacional de la Memoria, dependiente de la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación.

Desde hace 12 años la Fundación Buenos Aires Sida venimos apoyando a Valeria Ramírez en su liderazgo y desde hace cuatro años estamos acompañándola su proceso de reconstrucción de los hechos que aporta en su testimonio, que prueba el “Homocausto “ocurrido en el marco del genocidio impulsado por acciones de terrorismo de Estado llevadas adelante por las Fuerzas Armadas y el grupo parapolicial Triple A-

Luego de varios años en los que el temor a que no sean respetadas sus garantías constitucionales, Valeria Ramírez ha impulsado con valentía un camino en busca de la Memoria, la Verdad y la Justicia, siendo la primera, pero no la última, persona trans en ser testigo y querellante en juicios sobre delitos de lesa humanidad.

A Valeria la torturaron durante el gobierno militar por querer ser Valeria, hoy, el Estado Argentino, bajo la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner le toma declaración testimonial como Valeria Ramírez.

La Fundación Buenos Aires Sida expresa su determinación de acompañar todo el proceso que Valeria Ramírez inicia en busca de la Memoria, la Verdad y la Justicia, por ella y por todas las Valerias.

Contacto:
Alex Freyre (15 6504 3634)
Director Ejecutivo
Fundación Buenos Aires Sida

Factbook  http://on.fb.me/gAi2L0
Twitter      alexfreyre
Skype      alex.freyre
E-mail      alexfreyre@yahoo.com.ar

A continuación, les compartimos algunos links presentados en orden cronológico:

Los primeros 4 se corresponden a notas de prensa durante la última semana, luego de presentar su testimonio.

Los últimos links se corresponden a dos entrevistas en 2009 y 2010 cuando su historia comienza a ser reflejada en los medios de comunicación, sin que ningún organismo de DDHH se interesara en su historia, invisibilizando una vez más la persecución a la que se enfrentaron las personas homosexuales y las personas transgéneros en nuestro país durante la Dictadura Militar, hasta su declaración ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

Conadep recibió el primer testimonio de una persona transexual

Primera declaración de transexual víctima de dictadura argentina

“Otros se ponían la camiseta del CHE, nosotras teniamos los pechos”

Argentina: Hubo más de 400 homosexuales desaparecidos durante la dictadura

El dolor invisible

Los gays esperan su Nunca Más

Para quienes no estén interiorizadxs de este capítulo de la historia Argentina, les presentamos un resumen sobre los acontecimientos en los que se enmarca el aporte del testimonio de Valeria Ramírez, Coordinadora del Área Trans de la Fundación Buenos Aires Sida


Proceso de Reorganización Nacional es el nombre con el que se autodenominó la dictadura cívico-militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 a partir de un golpe de estado que derrocó al gobierno constitucional de la presidente María Estela Martínez de Perón e instaló en su lugar una junta militar encabezada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas.

Esta etapa, a la que suele referirse simplemente como "el Proceso", es considerada una de las más sangrientas de la historia argentina. Se caracterizó por el terrorismo de estado, la violación de los derechos humanos, la desaparición y muerte de miles de personas, el robo sistemático de recién nacidos y otros crímenes de lesa humanidad. Un largo derrotero judicial y político ha permitido condenar a parte de los responsables en juicios que aún continúan su curso.

En febrero de 1976 el entonces general Roberto Eduardo Viola elaboró el plan de operaciones del golpe. El plan contemplaba la necesidad de "encubrir" como "acciones antisubversivas", la detención clandestina de activistas y opositores, desde la noche misma del golpe.

El mismo 24 de marzo de 1976, los golpistas organizaron un gobierno dictatorial que impuso, como "órgano supremo del Estado", una Junta de Comandantes de las tres fuerzas armadas (ejército, marina y aviación).

El gobierno realizó detenciones, secuestró, torturó y ejecutó clandestinamente a miles de personas, sospechadas de ser guerrilleros o activistas civiles sin relación con las organizaciones armadas en centros clandestinos de detención establecidos al efecto. Gran cantidad de ellos fueron ejecutados y enterrados en fosas comunes o arrojados al mar desde aviones militares, o forzadas al exilio, como parte del plan de exterminio del gobierno militar

Dentro del marco ideológico del Proceso, heredero en muchos aspectos del nazismo, el concepto de nacionalidad excluía cualquier forma de heterogeneidad posible. Esta búsqueda de homogeneidad de la sociedad dejaba al costado las minorías tomando en cuenta, por ejemplo, sus raíces (judíos, descendientes de los pueblos originarios, etc.) su orientación sexual y su identidad de género (homosexuales, lesbianas, transexuales, etc.) o sus creencias religiosas (Ateos, Testigos de Jehová, etc.).

Estas minorías fueron tratadas con especial ferocidad por los represores, creándose incluso comandos especiales con dedicación exclusiva (como es el caso del Comando Cóndor, dedicado a perseguir personas homosexuales).

Durante el Proceso, la conducción militar definió en un sentido sumamente amplio el concepto de "subversión". Para la Junta Militar y sus principales personeros, todo aquel que no estuviera alineado con los criterios y objetivos de los golpistas, estaba "infiltrado" por el "germen" subversivo. Los principales jefes de las Fuerzas Armadas compartían esta posición y lo explicitaron en sucesivas declaraciones públicas, que potencialmente ubicaban dentro del espectro "subversivo" a gran parte de la población.

Jaqueado por las crecientes protestas sociales, la presión internacional por las violaciones a los derechos humanos, y la derrota en la guerra de las Malvinas, el Proceso decidió finalmente entregar el poder en 1983. Bignone, el último líder de la Junta Militar, se vio obligado a llamar a elecciones.

DEMOCRACIA
El presidente Alfonsín creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas para investigar las violaciones de derechos humanos ocurridas entre 1976 y 1983 y luego promovió el juzgamiento de los miembros de las tres primeras juntas por los delitos cometidos durante su gobierno, como resultado del cual cinco de sus integrantes fueron condenados y cuatro absueltos. Al mismo tiempo otros responsables fueron enjuiciados en diversos procesos. En 1986 y 1987, a iniciativa del presidente Alfonsín, se dictaron las leyes de Punto Final y Obediencia Debida dando fin a los juicios por crímenes de lesa humanidad.

En 1989 y 1990 el presidente Carlos Menem dictó una serie de indultos que beneficiaron a los funcionarios del Proceso y a los jefes guerrilleros que continuaban judicialmente comprometidos. La situación de impunidad en Argentina determinó que los familiares de los desaparecidos buscaran apoyo en el exterior, por lo que desde 1986 se iniciaron procesos penales contra miembros de la dictadura militar en España, Italia, Alemania, Francia, por desaparecidos de esos países. En 2004 el Tribunal de la ciudad de Núremberg, Alemania emitió órdenes de captura y extradición contra Jorge Rafael Videla y Emilio Massera.

En 2003, a poco de asumir, el presidente Néstor Kirchner impulsó ante el Congreso de la Nación la nulidad de las leyes de impunidad (Punto Final y Obediencia Debida), posteriormente convalidada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y los juicios se reabrieron, en tanto que la justicia comenzó a declarar inconstitucionales los indultos por crímenes de lesa humanidad que habían cometido los militares durante la última dictadura y condenó a la pena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua y cárcel común a los represores y genocidas. 

La satisfacción de este reiterado reclamo de las organizaciones defensoras de los derechos humanos hizo posible la reapertura de los juicios a los genocidas y las severas condenas

Día Nacional de la Memoria
El 15 de marzo de 2006, la ley 26.085 declara al 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en conmemoración al terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad cometidos durante el Proceso, al cumplirse 30 años del golpe que derrocara a María Estela Martínez de Perón. Se establece como feriado nacional inamovible.

A principios de 2008, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se manifestó como una fiel defensora de la cárcel común para aquellos que cometieron crímenes de lesa humanidad.

1 comentario:

  1. Carta de lectores de hoy de LA NACION:
    Fijate quien la firma, ¿será un homónimo o el pelado de barcelona se volvió reaccionario?

    Terrorismo
    Se­ñor Di­rec­tor:
    "Ante el trágico ataque terrorista en el aeropuerto Domodedovo, de Moscú, una vez más queda evidenciado que no hay país que pueda considerarse a salvo de este tipo de atentados. Estados Unidos, Gran Bretaña, España y tantos otros han debido soportar hechos violentos y lamentables relacionados con el terrorismo. También los tuvimos en la Argentina, durante sucesivos años, y se trató de operaciones concertadas, alevosas, sistemáticas y generalizadas, con el resultado de muchísimos muertos y heridos.
    "En el mundo en general, a quienes ejecutan ese género de acciones se los califica de terroristas y las respectivas autoridades no dudan en procurar su erradicación y la aplicación de las condenas que correspondan. Así, hoy en Rusia se habla de castigar inevitablemente y de liquidar a los autores del atentado. En nuestro país, en cambio, no los llamamos terroristas y, por el contrario, los enaltecemos como jóvenes idealistas y maravillosos; gozan de libertad plena, satisfechos de su perversidad.
    "Analizando desapasionadamente la cuestión, está claro que se trata de una de esas cosas que nos diferencian y alejan del planeta."

    Pablo F. Marchetti
    pfjmarchetti@ciudad.com.ar

    ResponderBorrar