sábado, julio 30, 2011

frente de izquierda Y (y...ya que estamos) los trabajadores



Vienen tres que vienen a ser algo así como "deben ser" los obreros, preguntándose "quién va a decir" algo que, al parecer, es de interés de los obreros: "que dejamos la vida por un sueldo que no nos alcanza". Parece de prioritaria importancia que alguien lo diga, eh. Bueno, entonces, están con eso de quién lo va a decir (no a pedir, no. Bueno, tampoco sería de mucho pedir "dejar la vida" por un sueldo que sí alcance porque, fijate, no tendrías en qué gastar lo que falta para que alcance: se te iría la vida por el sueldo) y entonces, prepotente, mira (el actor que hace de "obrero") a cámara y pregunta, ¿quién?
Sale el plano de la puerta de la fábrica. Viene la cámara a unas oficinas -dónde suele estar la burocracia, pero bue- y dos gerentes de sectas trotskistas, dicen: "nosotros". Tipo Chapulín Colorado con el ¿y ahora quién podrá defendernos? pero con cero onda. Atrás, unas mujeres secretarias -las secretarias son mujeres- de la oficina, siguen con sus tareas.
Ergo: tenemos a los trabajadores de la fábrica que no saben quién va a decir lo que ellos quieren que diga (metáfora de la representación con absoluta impotencia política) y están las compañeras trabajadoras secretarias, que mientras la vanguardia se propone como representación, siguen en lo suyo, trabajando. Sin darles bola. La vanguardia le habla -desde sus oficinas- a los trabajadores de las fábricas. Y les dicen que no los vota nadie, que necesitan el 1,5% de los votos para presentarse en octubre con la finalidad de decir lo que ellos se supone -no tanto, porque no los votan- quieren que digan. En realidad, para cobrar la guita que da el Ministerio del Interior, pero eso no se lo podés explicar a pendejitos de la UBA que están haciendo su año sabático de trotskismo, queda feo.
El remate: "para que no nos silencien, danos tu voto" es algo contradictorio, pero efectivo. El mensaje es: para que no me silencies, dame tu voto. Pero como se nota mucho, el "no nos silencien" queda ambiguo, dando a entender que hay una especie de conjura mística que intenta silenciarlos. Conjura que sólo entienden los que, en el corto, llevan saco y camisa. Los trabajadores, las secretarias, directamente, están en otra cosa.
Una pura confesión de cómo sobrevivir engañando chicos que, luego de un par de años, a lo sumo, se darán cuenta y huirán de esas sectas. Pero vendrán nuevos chicos. 

5 comentarios:

  1. La escribiò Saborido esa publicidad, me hace re cagar de risa mal.

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  2. por un momento pensé que terminaba de ver bajada de linea y espesaba sofovich , en ese caso las secretarias pasarían corriendo con sus 400 mil votos

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  3. Y ahora quien podra ayudarnos? Yo! El chapulin castillo!

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  4. castillo tiene onda, del tipo que hace suspirar.

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  5. Jaja bastante entretenida la publicación, muy buena, un saludo.

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