La discusión arrancó en torno a la necesidad de mejorar el saldo favorable de la balanza comercial. Por distintos motivos, incluso, algunos muy discutidos en relación a la experiencia histórica: una política económica del campo popular debe ser expansiva, aún a costa del déficit. O sobre el déficit. Bueno, claro, muy lindo. Pero eso no es una política económica de resultados progresistas, hoy, aquí, y ahora, sino una estrategia económica con resultados políticos distintos a los objetivos, económicos, trazados. El déficit es debilidad. Una buena lección nos dejó Kirchner (entre otras tantas, más importantes acaso).Ok.
Sin embargo, la razón principal venía del lado del mercado interno. Hoy, muchos colgamos del pincel sin escalera si se achica el mercado laboral, y la maldición holandesa que soportamos -agreguemos el temperamento, históricamente criminal de nuestra oligarquía, hoy diversificada, que no industrializada- siempre puja en torno al valor del dólar. Otro tipo de disputas, como por ejemplo los derechos laborales, hoy le chupan un huevo. Es tal la tasa de ganancia, tan inmoral, y tan buenos los avances científicos, que en el reino del mercado salvaje y el capitalismo puro, o sea, lo que llaman "el campo", la tasa de explotación laboral es marginal en el total del producto exportable.
Hoy, La Nación y Clarín se quejan del precio de los cruceros. Yo, por mí, que se los coman las ballenas.
Y el debate se corrió de eje.
La balanza comercial, como ideología de contador, es una cosa. Dada la estrategia de industrialización con mercado interno, afianzada en el puerto, pero con algo de derrame hacia el resto del país (el estado nacional intenta federalizar este desarrollo, pero la cosa es muy compleja), que se venía dando, discutir la balanza comercial es discutir el salario, las condiciones laborales, la desocupación, la pobreza, las capacidades estatales, la ampliación de derechos, la coalición social que sustentará al gobierno en estos años.
En términos públicos, la Mesa de Enlace puede anotarse un gol. Ya no se discute la modalidad de su tasa de ganancia extraordinaria (lejos estamos de discutir el margen de la tasa de ganancia, luego de la 125) sino, los cruceros, el precio de los cruceros.
Una pena.
Yo también los quiero mucho.
Pero váyanse a la mierda cuanto antes en sus cruceros.
Tenemos un altísimo desempleo. Un montón de trabajo precario. Regiones africanizadas. Villas miserias. Un galopante déficit habitacional. Brechas educativas enormes. El mejor gobierno en 50 años. Gente durmiendo en la calle. Una oposición en bancarrota y corrida a la derecha. Mucho entusiasmo juvenil, un panorama cultural de puta madre, poco correlato, en audacia económica. Pero adónde y cómo decir esto, si en vez de masa crítica uno queda entrampado entre los valores de los cruceros y la amenaza, latente, de grandes corporaciones por tirar todo a la mierda.
No es fácil.
Ni simple.
Pero no es lo mismo mirar las cosas desde abajo del crucero.
"Tenemos un altísimo desempleo. Un montón de trabajo precario. Regiones africanizadas. Villas miserias. Un galopante déficit habitacional. Brechas educativas enormes. El mejor gobierno en 50 años. Gente durmiendo en la calle."
ResponderBorrarExcelente enumeración, jaja.
No es un buen momento para una buena reforma impositiva?
"Tenemos un altísimo desempleo. Un montón de trabajo precario. Regiones africanizadas. Villas miserias. Un galopante déficit habitacional. Brechas educativas enormes. El mejor gobierno en 50 años. Gente durmiendo en la calle."
ResponderBorrarExcelente enumeración, jaja.
No es buen momento para una buena reforma impositiva?
Alerta sobre el "INVERSOR GLOBAL"
ResponderBorrarYo se que de estos papanatas está lleno el universo mediático, pero lo que me indigna es que en 24 hs. me lo encontré 3 veces en internet y sin buscar temas económicos, lo que me lleva a pensar que deben haber inundado el ciberespacio: presuciones, exageraciones y amenazas de caos basadas en deducciones forzadas, además de un meditado cóctel de alusiones a los peores momentos de nuestra historia que según el enunciado estarían por desencadenar el fín de la Argentina; eludiendo hábilmente las auténticas razones de la fuga de capitales que vá en manada desde las empresas que acá tienen beneficios a socorrer a sus casas matrices en una Europa que se hunde cada vez más profundo en las fauces del anarco-capitalismo financiero.
Federico tessore: a quién le querés hacer creer que asesorás a todos sin cobrar ni un mango y no tenés intencionalidad política?
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Porqué dramatizan tanto? El dolar es una mercancía más. Tiene un precio oficial y uno verdadero, ya lo vimos en los 80.
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