sábado, diciembre 03, 2011

Cruel en el cártel.




Mirando la balanza de pagos y el sostenimiento de las principales variables del modelo, se "liberó" una nueva cuota de exportación de trigo a favor de los empresarios primitivos y las multinacionales concentradas del mercado. La cosecha fue récord. No, no hubo que importar trigo por la injerencia del estado, al contrario. Hasta el punto que Federación Agraria, una organización de mucha competitividad global por encima incluso de la mafia rusa, la mafia de Chicago, el narcotráfico en México y otras organizaciones similares, planea un nuevo asalto a la caja estatal, porque ahora esperan, como esperan todos, que el precio patriota del trigo en EEUU baje o se estanque. Piden, por eso, la creación de una "empresa testigo". Con el conveniente verso de que van contra sus socios y aliados, las multinacionales que pagan impuestos (y hasta ahí nomás) los ultramontanos se tornan keynesianos a medida que bajan los precios internacionales. El comportaminto volátil de esos precios es lo que explica la ciclotimia de Eduardo Buzzi. Esta solicitada, muestra la vulgaridad con la que ahora Buzzi intenta salvar las utilidades de Los 7 Locos: Nidera. ADM, Noble, Federación Agraria, Dreyfus y Cargill. A contramano del renunciamiento histórico de Susana Giménez a un subsidio, éstos vienen por más subsidios. A cambio de bajar un poco de delincuencia fiscal -le llaman, declarar más trigo en el fisco- piden la existencia de una empresa testigo que les garantice altos precios a las materias primas. Qué imaginativos! Cuando el precio del trigo estaba alto en las pizarras de Chicago, nuestros patriotas apretaban al estado por más liberalismo, cuando el precio cae, no hay quien los corra por izquierda en desarrollismo. Charlatanes inescrupulosos ahora quieren defender precios testigos cuando hasta hace dos meses pedían que no se planchen los "mercados a futuro".
Este sector financiero -el principal sector financiero de la argentina, que no sólo no paga impuestos, sino que es ultra subsidiado- parece haber entendido como yo la liberación de la patria (la patria son ellos y sus granos, yo casi siempre me siento de más, ajeno a esa patria) y festejaron contentos y fueron por más. Yo no creía tampoco que fuera un giro a la derecha, o a la ortodoxia o una concesión (un nuevo cupo, nada más) ni nada tan desmesurado como un Huergo, pero el chiste era demasiado bueno: "Cristina, corazón, acá tenés el trigo para la liberación" como para dejarlo pasar. Sí, creía, que iba en la línea de defender el superávit y bajar la inflación (algo que no es en sí mismo bueno: sí, la inflación es mala y fea, pero las metas de inflación, las de Chile y Brasil, son peor. La presidenta después dejó en claro que no habrá metas de inflación). Un alto funcionario sin intereses en ese entramado financiero, me dio una explicación razonable: se necesitan los dólares de esa exportación para la balanza de pagos y los cupos internos ya están cubiertos y garantizados, y el estado extrae de ahí además utilidades que se reinvierten socialmente. Es decir, una mirada más global de la economía. Suena razonable. Yo miraba más por la cerradura y con la información disponible. Estaba equivocado. 
El caso testigo de la empresa testigo que propone la oligarquía, una manera elegante de subsidiarles internamente las eventuales caídas de los precios internacionales, marca la cancha. 
Siguiendo el razonamiento explicado por el funcionario, la prioridad no está puesta en garantizarles a Los 7 Locos la extracción de renta financiera extraordinaria, de modo que vienen equivocados los muchachos. Una empresa testigo de granos para el mercado interno, significa lo mismo que darles créditos blandos que nunca pagan, pero además llevarles la plata a domicilio a los conchetos de Puerto Madero, prepararles un café y lavarles las tazas. 
El estado en cambio, puede sí crear una empresa testigo que apuntale y profundice la dirección que señala en sus objetivos, una empresa, por ejemplo, productos elaborados, como fideos. 
Ya dispone, por el subsidio a las harinas, de capacidades estatales para intermediar en los mercados que atraviesa el trigo. Estamos hablando de una cuota muy importante de importación de inflación, cuando hablamos del trigo. 
El grano sin refinar puede seguir sirviendo para un modelo industrialista, es decir, peronista, mientras que la política con los molinos puede entrar en sintonía fina de mayor control y trabajo y mercado interno, a la par que frenar la algarabía de Funes De Rioja, el abogado patronalista hoy al frente de la Cámara de la Alimentación. Y atender un drama grave: el precio de los fideos. Apuntalando, en varias direcciones, el paulatino blanqueo -sin que pierda competitividad- de la economía de los pobres, a la par que los componentes nutricionales (por ejemplo, además de subsidiar el precio y operar como precio testigo de los fideos, agregar vitaminas y proteínas a las harinas enriquecidas).
Es, el precio de los fideos, un asunto de primer orden para la economía familiar de los más pobres. Quizás un tercio de sus ingresos se destinen al precio de los fideos. Otro tercio al consumo energético (las garrafas de gas, a pesar de los subsidios, igual siguieron subiendo) y el tercio restante a alimentos complementarios. Que, de todos modos, se complementan, a su vez, con fideos. 
Con que el estado-nacional, provincial, municipal- se compre sus propios fideos (en vez de comprarle a envasadoras) ya podría subsidiar el precio sin perder un centavo. E intervenir en el mercado frenando los abusivos precios. De las envasadoras. Si los empresarios de la nada, los envasadores, timbean y toman merca, sí se podría  decir que el dinero de la Asignación Universal se va por la canaleta del juego y la droga. 
Una empresa de fideos daría una clara señal, además, de hacia dónde se apuesta en cuanto al mercado de materias primas: a agregarle valor. Pero además, podría radicarse en una zona que no sea industrial, llevando el trabajo industrial (con todas sus consecuencias) a lugares alejados de la pampa húmeda (donde está el mercado financiero del trigo) e intervenir, además, en la regulación de los equilibrios entre cultivos; hoy determinados por el mercado internacional (acá, bueno, hay que mirar también el contexto: un país medio en el culo del mundo tampoco puede hacer mucho contra la economía mundial, esto se soslaya bastante, pero es así). 
En fin, que genial mi idea, sí, de una (aplausos y ovación) por eso las chicas me aman. Voy a los boliches y les cuento, entre daiquiris, mi idea de crear una empresa estatal de fideos, y vuelan los corpiños y todos aplauden y dicen pero qué chico interesante o sea, dicen, básicamente, que nunca te llevarían a la cama. Eso quiere decir que "sos muy interesante". Sí, boluda, y vos muy macanuda. 





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