La antipolítica, la que prescinde con asombrosa facilidad de la realidad, la que no sabe que el precio del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, no dependen de los titulares de Perfil o del Relato K, se puede llegar a entusiasmar con este cuestionamiento crítico (hasta podrían armarse una empresa de análisis de ésto) y muy profundo que paso a hacer a continuación:
¿Por qué, al columnista de teléfonos de los noticieros, se le permite ir sin traje, sin saco y corbata?
¿Por que los teléfonos, o el Mario Bross, el Mecano para adultos con problemas de maduración, la publicidad del monopolio Window o Google, son cosas, digamos, novedosas, como el Padel? ¿Y?
¿Por qué los actores de las otras secciones del noticiero no pueden, también, usar remera y cara de nabo como el columnistas de teléfonos si, por ejemplo, "mataron a una abuelita que podría haber sido tu o mi abuelita o, incluso, hasta la abuelita del banana con barba candado y sin traje que nos cuenta las novedades sobre teléfonos" ok, pero la abuelita, hasta que no la mataron, no estaba muerta. Con lo cual, es una novedad, tan novedosa como el Pacman décimonoveno, ergo, atención Comisarios de la Revolución Semiótica, acá tienen, para su colección de posturitas, acá tienen, otra causa, por la cual luchar: el anunciador de asesinatos también tiene derecho a tener cara de gil y remera con cuello en V. Y, siguiendo, incluso, algunos apotegmas posmodernos (la posmodernidad ha llegado a su colmo, en este teatro de la crueldad. Lo bueno es que entre los dioses, hombrecitos y policías, los revisores de cuenta del instituto de historia oficial tienen la posibilidad de recrear los tiempos independentistas: la antipolítica con sus posturitas de izquierda, o con sus posturotas de derecha; se unen para pelear denodadamente contra los realistas. Tenía que aparecer la palabra denodadamente. Siempre se la usa. En estos casos. Los próceres no luchan, digamos, pegándote un sablazo en los huevos, mordiéndote una oreja, violándote tu hija, no, luchan denodadamente. Buena gente, los estadistas. Oh, los estadistas. Venga, señora, pase por este blog, hablamos de Estadistas. Arcángel de la Patria, me voy a lavar los platos. Cómo odio lavar los platos) la imperiosa necesidad de la novedad, juvenilla de la actualidad del padel, los teléfonos y la Guerra Semiótica, podría llevar a que ninguno de los actores de los noticieros use cara melodramática y corbata. Razón que repondría las cosas en su lugar: el columnista de teléfonos, debería, entonces, usar corbata. Y en el maquillaje, tratar de disimularle la insistente cara de nabo.
Sería un cambio que, por supueto, no afectaría a quien no sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales. Los quiero a todos.
¿Por qué, al columnista de teléfonos de los noticieros, se le permite ir sin traje, sin saco y corbata?
¿Por que los teléfonos, o el Mario Bross, el Mecano para adultos con problemas de maduración, la publicidad del monopolio Window o Google, son cosas, digamos, novedosas, como el Padel? ¿Y?
¿Por qué los actores de las otras secciones del noticiero no pueden, también, usar remera y cara de nabo como el columnistas de teléfonos si, por ejemplo, "mataron a una abuelita que podría haber sido tu o mi abuelita o, incluso, hasta la abuelita del banana con barba candado y sin traje que nos cuenta las novedades sobre teléfonos" ok, pero la abuelita, hasta que no la mataron, no estaba muerta. Con lo cual, es una novedad, tan novedosa como el Pacman décimonoveno, ergo, atención Comisarios de la Revolución Semiótica, acá tienen, para su colección de posturitas, acá tienen, otra causa, por la cual luchar: el anunciador de asesinatos también tiene derecho a tener cara de gil y remera con cuello en V. Y, siguiendo, incluso, algunos apotegmas posmodernos (la posmodernidad ha llegado a su colmo, en este teatro de la crueldad. Lo bueno es que entre los dioses, hombrecitos y policías, los revisores de cuenta del instituto de historia oficial tienen la posibilidad de recrear los tiempos independentistas: la antipolítica con sus posturitas de izquierda, o con sus posturotas de derecha; se unen para pelear denodadamente contra los realistas. Tenía que aparecer la palabra denodadamente. Siempre se la usa. En estos casos. Los próceres no luchan, digamos, pegándote un sablazo en los huevos, mordiéndote una oreja, violándote tu hija, no, luchan denodadamente. Buena gente, los estadistas. Oh, los estadistas. Venga, señora, pase por este blog, hablamos de Estadistas. Arcángel de la Patria, me voy a lavar los platos. Cómo odio lavar los platos) la imperiosa necesidad de la novedad, juvenilla de la actualidad del padel, los teléfonos y la Guerra Semiótica, podría llevar a que ninguno de los actores de los noticieros use cara melodramática y corbata. Razón que repondría las cosas en su lugar: el columnista de teléfonos, debería, entonces, usar corbata. Y en el maquillaje, tratar de disimularle la insistente cara de nabo.
Sería un cambio que, por supueto, no afectaría a quien no sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales. Los quiero a todos.
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